Decía Fernando Morán escritor y político español militante del Partido Socialista Obrero Español que el gran enemigo de la democracia es la militarización del pensamiento político.Interesante afirmación queen el actual escenario político colombianocobra mucha vigencia.
Por Raúl Bermúdez Márquez
Decía Fernando Morán escritor y político español militante del Partido Socialista Obrero Español que el gran enemigo de la democracia es la militarización del pensamiento político.Interesante afirmación queen el actual escenario político colombianocobra mucha vigencia.
En la derecha, que no la representa tanto el Partido Conservador como el Puro Centro (?) Democrático -movimiento de reciente creación y que para que no existan dudas de su naturaleza caudillista y vertical quiere denominarse ahora el Uribe Centro Democrático-, el pensamiento de su líder es palabra sagrada como dice un canto vallenato.
Las cosas se hacen a su manera sin derecho a “chistar” algo en contrario. De ello puede dar testimonio Pacho Santos que después de su pataleta en contra de la Convención como mecanismo para definir el candidato presidencial de ese movimiento le ha tocado tragarse el sapo adobado por su jefe.
En el Centro, -Partido Verde-, Enrique Peñalosa y otros miembros de esa agrupación partidista aceptaron a regañadientes la alianza con el movimiento Progresista de Navarro y Petro, sin embargo se despacharondespués en los medios en contra de ella.
En la izquierda, Clara López y Jorge Robledo, las voces cantantes del Polo Democrático,siguen cerrados a cualquier posibilidad de alianza con los verdes y los progresistas.
Y como bien lo apunta León Valencia en reciente columna “La izquierda tradicional sola no puede ofrecer una alternativa creíble a todo este electorado.
Tiene que buscar alianzas en el centro del espectro político”. Es decir, también en el centro y la izquierda pululan las posiciones verticales, no deliberantes, impositivas de arriba hacia abajo, que es precisamente lo que Morán ubica como “militarización del pensamiento político” y por tanto la antítesis del concepto de democracia.
Mala cosa para el país. Porque lo que eso significa es que no existe una alternativa clara que pueda garantizar una expresión auténtica del Estado Social y Democrático de Derecho en el futuro inmediato y mediato.
Lo cual seguirá incidiendo como pesado fardo en nuestra historia, sobre el disfrute real de las libertades políticas.
Primero la colonia, después la Patria Boba, luego las guerras civiles fratricidas, siguió la hegemonía conservadora, en 1948 el bogotazo, el Frente Nacional en 1958 y finalmente la horrible noche de guerrillas, narcotráfico, paramilitares y bacrim.
Y para decirlo a la manera del premio nobel de literatura en 1990 Octavio Paz, sin democracia la libertad es una quimera.