Se llama Juan Luis Chitiva, proviene de una familia muy humilde que vive en el barrio Pardo Rubio, en los cerros orientales de Bogotá y sus padres jamás imaginaron que iba a ingresar a una carrera profesional. Gracias a la iniciativa de las directivas del Colegio Nueva Granada (CNG), y a la generosidad de los […]
Se llama Juan Luis Chitiva, proviene de una familia muy humilde que vive en el barrio Pardo Rubio, en los cerros orientales de Bogotá y sus padres jamás imaginaron que iba a ingresar a una carrera profesional.
Gracias a la iniciativa de las directivas del Colegio Nueva Granada (CNG), y a la generosidad de los padres de familia, Juan Luis Chitiva, pudo acceder a estudios y alimentación gratuitamente desde el preescolar hasta el bachillerato. Luego por ser un destacado estudiante, se hizo merecedor a una beca para estudiar ingeniería de sistemas en la Universidad Piloto de Colombia. Hoy cursa quinto semestre y ha sido postulado por la universidad para una beca que le permitirá adelantar una experiencia de voluntariado en el exterior.
Como Juan Luis Chitiva, hay 552 estudiantes de los barrios aledaños al Colegio Nueva Granada, incluyendo Bosque Calderón, donde vivía Yuliana Samboni, la niña raptada, violada y asesinada por Rafael Uribe.
Para poder educar a estos niños y jóvenes de escasos recursos, se creó la Fundación Hogar Nueva Granada -FHGN- con un “plan padrino” voluntario por familia para cubrir los gastos de 65 personas que integran el equipo académico y administrativo más 125 voluntarios activos que donan 1.300 horas de trabajo mensuales. Este modelo de inclusión social educativo, implementado por varios colegios privados del país, ha permitido que miles de familias de escasos recursos puedan asegurar la educación gratuita de sus hijos hasta el bachillerato.
Lastimosamente, los recursos son limitados y no alcanzan para apoyar sus carreras universitarias. Pues, hay que darles oportunidad a otras humildes familias que anhelan tener una educación de calidad para sus hijos. Es aquí donde se requiere de la ayuda de las universidades, la empresa privada y el gobierno para no dejar frustrados los sueños de la mayoría de estos jóvenes.
Se trata de instituir un modelo de Alianza Pública Privada de inclusión social educativa, para trabajar coordinadamente en estos procesos de ayuda en la formación educativa desde el preescolar hasta los estudios universitarios de miles de familias humildes que no tienen los recursos económicos para pagar la educación de sus hijos. Se trata de unir, por ejemplo, el programa de formación primaria del Colegio Nueva Granada con el programa de formación universitaria “Quiero Estudiar” que promueve el presidente de la Junta Directiva de Colpatria, Eduardo Pacheco y la Universidad de los Andes con el programa “Ser Pilo Paga” del Ministerio de Educación.
Mi respetuosa sugerencia, ministra Janeth Giha, es que presente ante el Consejo de Ministros una propuesta de remplazar todos esos programas mediáticos del Ministerio por la creación de un fondo educativo que se puede fondear con recursos del presupuesto de su cartera, de la venta de las acciones que tiene el Estado en todas las empresas que dan pérdidas (como Coltel y Gecelca por ejemplo) y del sector privado.
Con esta alianza pública privada, el gobierno reduce automáticamente su contribución económica, mejora la cobertura y calidad de la educación en las familias con escasos recursos económicos y reduce enormemente la brecha social que tenemos en este país. Sin duda alguna, es la mejor plata invertida y sólo así podremos ayudar a que haya miles de Chitivas en las universidades del país.
Se llama Juan Luis Chitiva, proviene de una familia muy humilde que vive en el barrio Pardo Rubio, en los cerros orientales de Bogotá y sus padres jamás imaginaron que iba a ingresar a una carrera profesional. Gracias a la iniciativa de las directivas del Colegio Nueva Granada (CNG), y a la generosidad de los […]
Se llama Juan Luis Chitiva, proviene de una familia muy humilde que vive en el barrio Pardo Rubio, en los cerros orientales de Bogotá y sus padres jamás imaginaron que iba a ingresar a una carrera profesional.
Gracias a la iniciativa de las directivas del Colegio Nueva Granada (CNG), y a la generosidad de los padres de familia, Juan Luis Chitiva, pudo acceder a estudios y alimentación gratuitamente desde el preescolar hasta el bachillerato. Luego por ser un destacado estudiante, se hizo merecedor a una beca para estudiar ingeniería de sistemas en la Universidad Piloto de Colombia. Hoy cursa quinto semestre y ha sido postulado por la universidad para una beca que le permitirá adelantar una experiencia de voluntariado en el exterior.
Como Juan Luis Chitiva, hay 552 estudiantes de los barrios aledaños al Colegio Nueva Granada, incluyendo Bosque Calderón, donde vivía Yuliana Samboni, la niña raptada, violada y asesinada por Rafael Uribe.
Para poder educar a estos niños y jóvenes de escasos recursos, se creó la Fundación Hogar Nueva Granada -FHGN- con un “plan padrino” voluntario por familia para cubrir los gastos de 65 personas que integran el equipo académico y administrativo más 125 voluntarios activos que donan 1.300 horas de trabajo mensuales. Este modelo de inclusión social educativo, implementado por varios colegios privados del país, ha permitido que miles de familias de escasos recursos puedan asegurar la educación gratuita de sus hijos hasta el bachillerato.
Lastimosamente, los recursos son limitados y no alcanzan para apoyar sus carreras universitarias. Pues, hay que darles oportunidad a otras humildes familias que anhelan tener una educación de calidad para sus hijos. Es aquí donde se requiere de la ayuda de las universidades, la empresa privada y el gobierno para no dejar frustrados los sueños de la mayoría de estos jóvenes.
Se trata de instituir un modelo de Alianza Pública Privada de inclusión social educativa, para trabajar coordinadamente en estos procesos de ayuda en la formación educativa desde el preescolar hasta los estudios universitarios de miles de familias humildes que no tienen los recursos económicos para pagar la educación de sus hijos. Se trata de unir, por ejemplo, el programa de formación primaria del Colegio Nueva Granada con el programa de formación universitaria “Quiero Estudiar” que promueve el presidente de la Junta Directiva de Colpatria, Eduardo Pacheco y la Universidad de los Andes con el programa “Ser Pilo Paga” del Ministerio de Educación.
Mi respetuosa sugerencia, ministra Janeth Giha, es que presente ante el Consejo de Ministros una propuesta de remplazar todos esos programas mediáticos del Ministerio por la creación de un fondo educativo que se puede fondear con recursos del presupuesto de su cartera, de la venta de las acciones que tiene el Estado en todas las empresas que dan pérdidas (como Coltel y Gecelca por ejemplo) y del sector privado.
Con esta alianza pública privada, el gobierno reduce automáticamente su contribución económica, mejora la cobertura y calidad de la educación en las familias con escasos recursos económicos y reduce enormemente la brecha social que tenemos en este país. Sin duda alguna, es la mejor plata invertida y sólo así podremos ayudar a que haya miles de Chitivas en las universidades del país.