El próximo domingo se llevarán a cabo las elecciones legislativas y dos consultas interpartidistas, y aunque desde el Gobierno Nacional se han concentrado esfuerzos para que haya menos abstencionismo en las regiones, este es un comportamiento que históricamente ha marcado los procesos electorales en Colombia.

En 2014, en el país se registró una abstención del 56.42% en las votaciones al Senado y del 56.43% en las votaciones a la Cámara. Para el caso del Cesar, la abstención fue del 56,71% y 56,71%, respectivamente. El panorama para este año no parece cambiar.

“Colombia históricamente tiene una tendencia a la abstención, es decir, que esto no es nuevo sino que por el contrario históricamente los colombianos no creen en los procesos eleccionarios a pesar de que se quiera mostrar al país como una república democrática, lo cual es una democracia muy imperfecta, es una democracia que está basada en el voto y eso produce en el elector una desconfianza que se ve refleja en la apatía a participar de los comicios, como una forma de rechazar masivamente la corrupción de los políticos; la gente no cree en los políticos tradicionales, en la politiquería”, explicó el sociólogo y doctor en historia Edgar Rey Sinning, docente de la Universidad Popular del Cesar.

A su juicio, los colombianos han rechazado históricamente estos procesos porque no ven que haya soluciones a los grandes problemas sociales y económicos por los cuales atraviesa la sociedad y que por el contrario ven lo que hoy sucede en Colombia con los graves casos de corrupción. “Esto hace que cada vez más los electores se abstengan de votar por los candidatos. Pienso que la gente definitivamente no cree en los aspirantes y por eso se abstiene, así sea eso una forma muy pasiva de hacerlo”, acotó.

Sin embargo, precisó que no existe un estudio científico que diga por qué la gente se abstiene de ejercer su derecho al voto y esto también podría estar relacionado con que el voto no es obligatorio, y aunque hay beneficios legales para los votantes muchos piensan que su participación no cambia el curso del país.

El próximo domingo 11 de marzo se llevarán a cabo las elecciones legislativas y dos consultas interpartidistas.

“Para ello se están buscando salidas como el voto obligatorio, y castigar a quien no cumpla. Sin embargo, lo mejor es que el voto sea consciente y que la gente salga a votar porque es sensato que al hacerlo, la historia de su pueblo lo va beneficiar en la generalidad. Se necesita hacer mucha pedagogía además de parte de los funcionarios del Estado, mostrar mucha pulcritud para que la gente crea”, manifestó Edgar Rey Sinning.

Históricamente, la abstención en Colombia oscila entre el 50% y 55% para elecciones nacionales, y en las regionales del 40% al 50%.

Por su parte, la psicóloga María Eugenia Sarmiento aseguró que el tema es de motivación. “Hoy en día algunas personas son apáticas a esto de participar de las elecciones debido a que están cansados de tantas mentiras, de que se elijan a los mismos, de no sentirse apoyados por el mismo Estado. Por lo tanto es necesario que se renueven todas las propuestas, saberle llegar a la ciudadanía que son quienes eligen a los candidatos, traerles buenas propuestas sobre trabajo, salud, educación, inclusión de mejorar la calidad de vida del mismo entorno y de la sociedad Colombiana”, expresó.

Así mismo recordó que cada persona tiene el derecho de elegir y apoyar a su candidato de preferencia, pero que es muy importante salir a votar, así sea en blanco porque si no otros terminan decidiendo. “Así que tenemos que incentivarnos, saber que tenemos la facultad de elegir a quien llene nuestras expectativas. Lo más importante en el ser humano es la motivación y eso es dado por uno mismo. Solo tenemos que saber relacionarnos y ponernos la camiseta por el país”, acotó la experta.

Potencial electoral

En Colombia el potencial electoral, es decir, las personas en capacidad de votar, alcanza los 36 millones. Sin embargo, teniendo en cuenta los resultados históricos se espera que, por lo menos, a las urnas asista poco más de la mitad.

De no ser así, esto se constituiría en una nueva derrota para la democracia, ya que, como se ve, más de la mitad de la población no ejerce su derecho.

Pero como si esto no fuera suficiente, también hay que tener en cuenta los votos nulos y los no marcados. En Senado se anularon 1.485.567 (10.38%) y se registraron algo más de 842.615 (5.88%) sufragios no marcados. En la Cámara el panorama no es distinto. Los votos nulos fueron 1.750.071 (12.23%) y los no marcados llegaron a 489.853 (3.42%).

Para el Cesar fue muy parecido el panorama. En Senado se registraron 842.615 (5.88%) votos no marcados, y 1.485.567 (10.38%) nulos. En Cámara fueron 10.968 (3.42%) sufragios no marcados y 35.382 (11.05%) nulos.

Estas cifras invitan a la reflexión por parte de la Registraduría para que se busquen nuevos mecanismos para el sufragio.

“Los ciudadanos no se sienten representados por las personas que van al Congreso. Entre otras cosas no son líderes que se convierten en líderes nacionales como lo dice la estructura de la circunscripción nacional en el caso del Senado. Usted no ve a nuestros representantes y senadores liderando el diseño político en beneficio no solamente de la región, sino del país”, dijo el analista Gabriel Campillo, frente al fenómeno de la abstención.

También aseguró que se necesitan hombres de palabra, que se hagan notar en el concierto nacional. “Hombre y mujeres que tengan la capacidad de discernimiento y de diseño de políticas públicas que vayan en beneficio de la calidad de vida de todos los colombianos. La gente dice que para qué votar, si nuestros congresistas no son notables en el concierto nacional”, acotó.

Campillo reflexiona sobre el fenómeno político en el que las campañas políticas han ofrecido gestiones que le corresponden a los gobernadores y alcaldes. “El congresista tiene que ir a construir políticas públicas que es lo que dice la Constitución Política Nacional, además del control político y eso no lo están haciendo nuestros congresistas”, puntualizó.

Los beneficios de votar

Sin importar el candidato por el que usted vote o lo haga en blanco, con el solo hecho de ejercer su derecho al voto, todos los ciudadanos tienen derecho a una serie de beneficios. La clave para obtenerlos será el certificado electoral, documento que le entregan a cada sufragante después de depositar el voto en las urnas.

El Decreto 2559 de 1997 establece que el certificado electoral es un instrumento público que contiene la declaración del presidente de la mesa de votación, del registrador del lugar donde se haya inscrito la cédula de ciudadanía, y expresa que el ciudadano cumplió con el deber de votar en las elecciones correspondientes. En él se indica número de la cédula, país, ciudad, puesto y mesa de votación del sufragante.

Ese documento garantiza los beneficios estipulados en la Ley 403 de 1997, la cual establece que “el voto es un derecho y un deber ciudadano. La participación mediante el voto en la vida política, cívica y comunitaria se considera una actitud positiva de apoyo a las instituciones democráticas, y como tal será reconocida, facilitada y estimulada por las autoridades”.

De esta manera, las personas podrán tener prelación en el caso de obtener un empate en los resultados de los exámenes de ingreso a las instituciones públicas o privadas de educación superior.

Rebaja de un mes en el tiempo de prestación del servicio militar obligatorio si son soldados bachilleres o auxiliares bachilleres y dos meses si son soldados campesinos o soldados regulares.

Beneficios en la adjudicación de becas educativas, predios rurales y subsidios de vivienda ofrecidos por el Estado en casos de igualdad de condiciones estrictamente establecidas en un concurso abierto. Un tratamiento similar tendrá en caso de igualdad de puntaje en una lista de elegibles cuando se trate de un empleo de carrera con el Estado.

Los estudiantes de una institución oficial de educación superior tendrán derecho a un descuento del 10% en el costo de la matrícula.

Rebaja del 10% en el valor de la expedición del pasaporte que solicite durante los cuatro años siguientes a la votación, por una sola vez.

Descuento del 10% del valor a cancelar por concepto de trámite de expedición inicial y renovación del pasado judicial, en el trámite inicial y expedición de duplicados de la libreta militar; por duplicados de la cédula de ciudadanía, del segundo duplicado en adelante.

Así mismo tendrá derecho a medio día de descanso compensatorio remunerado, que puede hacerse efectivo treinta 30 días después a la fecha de la elección. Los jurados de votación también tienen este beneficio; sin embargo, para ellos el tiempo de caducidad es de 45 días. Además, el tiempo de descanso remunerado será de un día completo.

Andreina Bandera / EL PILÓN
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