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Columnista - 9 noviembre, 2020

La maximización del riesgo

Desde el mes de marzo cuando se declaró la emergencia sanitaria a causa de la pandemia generada por el covid-19, se han venido tomando medidas tendientes a minimizar la posibilidad del contagio. Se ordenó el confinamiento de la población, cierre de las terminales y aeropuertos, se implementó el teletrabajo en las entidades públicas y privadas, […]

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Desde el mes de marzo cuando se declaró la emergencia sanitaria a causa de la pandemia generada por el covid-19, se han venido tomando medidas tendientes a minimizar la posibilidad del contagio. Se ordenó el confinamiento de la población, cierre de las terminales y aeropuertos, se implementó el teletrabajo en las entidades públicas y privadas, las ventas virtuales, el uso del tapabocas, evitar las aglomeraciones, y el lavado frecuente de las manos. Todas estas medidas tomadas con la finalidad de evitar que nuestro frágil sistema de salud colapsara, mientras se descubre la vacuna que nos inmunice.

Pues bien, hoy tenemos más del millón de casos confirmados de coronavirus, situación que nos coloca en el top 10 a nivel mundial, por encima de Canadá, México y Perú, y la vacuna tardará unos meses más ya que se encuentra en fase de prueba. Así las cosas, lo aconsejable es continuar con las medidas de prevención, pero, ¿qué estamos viendo?, que el Estado olímpicamente se lava las manos dejando a la ciudadanía la responsabilidad de su propio cuidado, anunciando con bombos y platillos que la prima de navidad se adelantará y que el 21 de noviembre tendremos el tercer día sin IVA.

Para colmo de males a los pasajeros de vuelos internacionales no se les exigirá la prueba PCR, maximizándose el riesgo de contagio. Es decir, que bastará que el viajero declare que no tiene síntomas para que pueda abordar el avión. Me gustaría conocer la opinión de los epidemiólogos frente a esta medida, pues considero que en estos momentos la medida es inoportuna, pues en Europa hay un rebrote de coronavirus, que nos pone en situación de alto riesgo. Recordemos que en el mes de marzo el cierre de los vuelos internacionales fue una medida que se tomó de manera tardía, presentándose muchos casos “importados”. Ahora dizque la EPS hará el seguimiento a los pasajeros que vengan del exterior.

“No hay que bajar la guardia”, pregona Duque a los cuatro vientos, pero estas medidas muestran con meridiana claridad que su mediocre administración le apuesta todo a la economía, y que el ciudadano sea el que se preocupe por preservar su vida ¡y listo! Eso estaría bien para Duque de no ser porque la Constitución de Colombia advierte en su artículo 2° lo siguiente: “Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares”.

Notas de cierre: 1- El pueblo estadounidense le pasó factura al presidente Trump por el pésimo manejo de la pandemia, y además por los conflictos raciales. 2- La carrera octava entre calles 14 y 16ª sector centro se encuentra abandonada desde hace meses luego de que se removieran las losas del pavimento, causando toda suerte de incomodidades a los comerciantes, vecinos y transeúntes ¡No hay derecho, señor alcalde!

Columnista
9 noviembre, 2020

La maximización del riesgo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

Desde el mes de marzo cuando se declaró la emergencia sanitaria a causa de la pandemia generada por el covid-19, se han venido tomando medidas tendientes a minimizar la posibilidad del contagio. Se ordenó el confinamiento de la población, cierre de las terminales y aeropuertos, se implementó el teletrabajo en las entidades públicas y privadas, […]


Desde el mes de marzo cuando se declaró la emergencia sanitaria a causa de la pandemia generada por el covid-19, se han venido tomando medidas tendientes a minimizar la posibilidad del contagio. Se ordenó el confinamiento de la población, cierre de las terminales y aeropuertos, se implementó el teletrabajo en las entidades públicas y privadas, las ventas virtuales, el uso del tapabocas, evitar las aglomeraciones, y el lavado frecuente de las manos. Todas estas medidas tomadas con la finalidad de evitar que nuestro frágil sistema de salud colapsara, mientras se descubre la vacuna que nos inmunice.

Pues bien, hoy tenemos más del millón de casos confirmados de coronavirus, situación que nos coloca en el top 10 a nivel mundial, por encima de Canadá, México y Perú, y la vacuna tardará unos meses más ya que se encuentra en fase de prueba. Así las cosas, lo aconsejable es continuar con las medidas de prevención, pero, ¿qué estamos viendo?, que el Estado olímpicamente se lava las manos dejando a la ciudadanía la responsabilidad de su propio cuidado, anunciando con bombos y platillos que la prima de navidad se adelantará y que el 21 de noviembre tendremos el tercer día sin IVA.

Para colmo de males a los pasajeros de vuelos internacionales no se les exigirá la prueba PCR, maximizándose el riesgo de contagio. Es decir, que bastará que el viajero declare que no tiene síntomas para que pueda abordar el avión. Me gustaría conocer la opinión de los epidemiólogos frente a esta medida, pues considero que en estos momentos la medida es inoportuna, pues en Europa hay un rebrote de coronavirus, que nos pone en situación de alto riesgo. Recordemos que en el mes de marzo el cierre de los vuelos internacionales fue una medida que se tomó de manera tardía, presentándose muchos casos “importados”. Ahora dizque la EPS hará el seguimiento a los pasajeros que vengan del exterior.

“No hay que bajar la guardia”, pregona Duque a los cuatro vientos, pero estas medidas muestran con meridiana claridad que su mediocre administración le apuesta todo a la economía, y que el ciudadano sea el que se preocupe por preservar su vida ¡y listo! Eso estaría bien para Duque de no ser porque la Constitución de Colombia advierte en su artículo 2° lo siguiente: “Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares”.

Notas de cierre: 1- El pueblo estadounidense le pasó factura al presidente Trump por el pésimo manejo de la pandemia, y además por los conflictos raciales. 2- La carrera octava entre calles 14 y 16ª sector centro se encuentra abandonada desde hace meses luego de que se removieran las losas del pavimento, causando toda suerte de incomodidades a los comerciantes, vecinos y transeúntes ¡No hay derecho, señor alcalde!