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Columnista - 28 marzo, 2018

La magia de una pequeña gran ciudad

Muchas de las ciudades en el mundo y en especial en Colombia, como es el caso de la perla del Caribe, Santa Marta, se han bautizado y auto reconocido como una ciudad que lo tiene todo, interesante como estrategia de marketing para cautivar viajeros y curiosos a conocer una ciudad que dice tenerlo  todo. Considero […]

Muchas de las ciudades en el mundo y en especial en Colombia, como es el caso de la perla del Caribe, Santa Marta, se han bautizado y auto reconocido como una ciudad que lo tiene todo, interesante como estrategia de marketing para cautivar viajeros y curiosos a conocer una ciudad que dice tenerlo  todo.

Considero que nuestra pequeña ciudad de los Santos Reyes realmente tiene magia en cada uno de sus atractivos turísticos, podríamos de hecho compararlos con grandes ciudades, es un ejercicio mental que nos transporta a muchos lugares repletos de magia e historia con tan solo visitar el patrono de la ciudad, Santo Eccehomo, con el Cristo Redentor de Rio de Janeiro, el rio Guatapurí, no solo por su historia que ha sido una mesa de poesía para nuestros juglares, sino también por los senderos bien trazados de civilización respetados en términos de construcción con el río Po de Turín, Italia, que cautiva con sus senderos el corazón de esta antigua ciudad italiana, y el río Sena, llenos de historias y civilizaciones en el mundo, el vallenato es nuestra carta de presentación y en sus letras se describen muchas historias, situaciones y sentimientos propios de nuestra Región. Cuba entre salsas y boleros no tendría tanta historia cantada.

Sus árboles frondosos que adornan las avenidas, contrastan con sus glorietas, nada que envidiar a los Campos Elíseos de París, Francia, la Ciudad Luz, conectados por el Arco del Triunfo que conduce al Louvre, también tenemos nuestras avenidas principales que conducen a la muestra autóctona de la cultura y el folclor llamada así: Plaza Alfonso López. Para despedir con su imponente estructura nuestra ciudad le dice adiós a sus visitantes con el Obelisco, como un homenaje a la vida, nada que envidiar a la escultura en Buenos Aires, Argentina.

Realmente al hacer este tipo de comparaciones, son varias las lecturas que podríamos resaltar, creo que nuestra ciudad es un reconocimiento y un homenaje al mundo que en entre sus matices se singularizan en una pequeña gran ciudad del Valle del Cacique Upar.

 

Columnista
28 marzo, 2018

La magia de una pequeña gran ciudad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Luis Blanco Calderón

Muchas de las ciudades en el mundo y en especial en Colombia, como es el caso de la perla del Caribe, Santa Marta, se han bautizado y auto reconocido como una ciudad que lo tiene todo, interesante como estrategia de marketing para cautivar viajeros y curiosos a conocer una ciudad que dice tenerlo  todo. Considero […]


Muchas de las ciudades en el mundo y en especial en Colombia, como es el caso de la perla del Caribe, Santa Marta, se han bautizado y auto reconocido como una ciudad que lo tiene todo, interesante como estrategia de marketing para cautivar viajeros y curiosos a conocer una ciudad que dice tenerlo  todo.

Considero que nuestra pequeña ciudad de los Santos Reyes realmente tiene magia en cada uno de sus atractivos turísticos, podríamos de hecho compararlos con grandes ciudades, es un ejercicio mental que nos transporta a muchos lugares repletos de magia e historia con tan solo visitar el patrono de la ciudad, Santo Eccehomo, con el Cristo Redentor de Rio de Janeiro, el rio Guatapurí, no solo por su historia que ha sido una mesa de poesía para nuestros juglares, sino también por los senderos bien trazados de civilización respetados en términos de construcción con el río Po de Turín, Italia, que cautiva con sus senderos el corazón de esta antigua ciudad italiana, y el río Sena, llenos de historias y civilizaciones en el mundo, el vallenato es nuestra carta de presentación y en sus letras se describen muchas historias, situaciones y sentimientos propios de nuestra Región. Cuba entre salsas y boleros no tendría tanta historia cantada.

Sus árboles frondosos que adornan las avenidas, contrastan con sus glorietas, nada que envidiar a los Campos Elíseos de París, Francia, la Ciudad Luz, conectados por el Arco del Triunfo que conduce al Louvre, también tenemos nuestras avenidas principales que conducen a la muestra autóctona de la cultura y el folclor llamada así: Plaza Alfonso López. Para despedir con su imponente estructura nuestra ciudad le dice adiós a sus visitantes con el Obelisco, como un homenaje a la vida, nada que envidiar a la escultura en Buenos Aires, Argentina.

Realmente al hacer este tipo de comparaciones, son varias las lecturas que podríamos resaltar, creo que nuestra ciudad es un reconocimiento y un homenaje al mundo que en entre sus matices se singularizan en una pequeña gran ciudad del Valle del Cacique Upar.