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Columnista - 24 diciembre, 2018

La maestra Ana Beatriz Salas en El Plan

En el hermoso pueblo de El Plan, el apellido Salas es música en el paisaje de su historia y por eso todavía en la memoria de los abuelos: el eco repite el nombre de la Vieja Sara María Salas Baquero, aquella noche bohemia de Escalona y Poncho Cotes, y los versos de cuatro o de […]

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En el hermoso pueblo de El Plan, el apellido Salas es música en el paisaje de su historia y por eso todavía en la memoria de los abuelos: el eco repite el nombre de la Vieja Sara María Salas Baquero, aquella noche bohemia de Escalona y Poncho Cotes, y los versos de cuatro o de diez palabras evocan la epifanía de la piqueria entre los hermanos Emiliano Zuleta y Toño Salas.

Andrés Salas Araujo, el cuarto hijo de la Vieja Sara, tuvo 8 hijos con Julia Fidelia Mugues Salas, y la mayor es Ana Beatriz Salas Mugues; quien desde niña muestra su inclinación por la música, pero su padre decide que tome los caminos del estudio y la lleva a Villanueva donde cursa la primaria y el nivel básico de bachillerato. En 1962, cuando apenas había cumplido dieciocho primaveras es nombrada maestra en la recién creada Escuela de El Plan, y después termina en periodos de vacaciones el ciclo de bachiller normalista. Durante 46 largos e inolvidables años ejerce su misión de sembrar esperanzas y abrir caminos de sueños y superación.

En el 2008, antes de cumplir la edad del retiro forzoso, renuncia por cuestiones de salud, y hoy reside en Valledupar con la compañía de José “Chema” Acosta. En instantes familiares cuando habla de las canciones que más le gustan, recuerda a su hija y canta: Te voy hacer una casa en el aire/ únicamente para que vivas tú/ después le pongo un letrero bien grande/ con nubes blancas que diga Ada Luz.

El pasado mes de noviembre, en la celebración de la Semana Cultural de la Escuela, los docentes y la comunidad en general, le rindieron un merecido homenaje. En el programa, uno de los momentos más emotivos fue la proyección de varios videos enviados por exalumnos, que hoy son destacados profesionales, dando testimonios de su gratitud a su querida maestra, entre ellos Rubén Salas, un reconocido periodista que reside en Bogotá; Marielsy Zequeira Negrete, docente y labora en Valledupar.

Un programa, sencillamente humano y excelente, donde salieron lágrimas del alma. Uno de los oferentes invitó a la comunidad para que a través de una petición firmada le solicitaran al acalde de la Jagua Del Pilar, doctor Amiro José Morón, que en reconocimiento a esta insigne maestra, la escuela de El Plan lleve el nombre de Ana Beatriz Salas; un homenaje a su labor pedagógica, y también a su padre Andrés, un ángel benefactor, arquitecto de la amistad y el trabajo en la región.
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Nota. A todos les deseo Feliz Navidad, que Dios les siga bendiciendo y en los próximos años les premie de bienestar, paz, amor y trabajo. Regresaré de vacaciones a finales de enero.

Por José Atuesta Mindiola

Columnista
24 diciembre, 2018

La maestra Ana Beatriz Salas en El Plan

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

En el hermoso pueblo de El Plan, el apellido Salas es música en el paisaje de su historia y por eso todavía en la memoria de los abuelos: el eco repite el nombre de la Vieja Sara María Salas Baquero, aquella noche bohemia de Escalona y Poncho Cotes, y los versos de cuatro o de […]


En el hermoso pueblo de El Plan, el apellido Salas es música en el paisaje de su historia y por eso todavía en la memoria de los abuelos: el eco repite el nombre de la Vieja Sara María Salas Baquero, aquella noche bohemia de Escalona y Poncho Cotes, y los versos de cuatro o de diez palabras evocan la epifanía de la piqueria entre los hermanos Emiliano Zuleta y Toño Salas.

Andrés Salas Araujo, el cuarto hijo de la Vieja Sara, tuvo 8 hijos con Julia Fidelia Mugues Salas, y la mayor es Ana Beatriz Salas Mugues; quien desde niña muestra su inclinación por la música, pero su padre decide que tome los caminos del estudio y la lleva a Villanueva donde cursa la primaria y el nivel básico de bachillerato. En 1962, cuando apenas había cumplido dieciocho primaveras es nombrada maestra en la recién creada Escuela de El Plan, y después termina en periodos de vacaciones el ciclo de bachiller normalista. Durante 46 largos e inolvidables años ejerce su misión de sembrar esperanzas y abrir caminos de sueños y superación.

En el 2008, antes de cumplir la edad del retiro forzoso, renuncia por cuestiones de salud, y hoy reside en Valledupar con la compañía de José “Chema” Acosta. En instantes familiares cuando habla de las canciones que más le gustan, recuerda a su hija y canta: Te voy hacer una casa en el aire/ únicamente para que vivas tú/ después le pongo un letrero bien grande/ con nubes blancas que diga Ada Luz.

El pasado mes de noviembre, en la celebración de la Semana Cultural de la Escuela, los docentes y la comunidad en general, le rindieron un merecido homenaje. En el programa, uno de los momentos más emotivos fue la proyección de varios videos enviados por exalumnos, que hoy son destacados profesionales, dando testimonios de su gratitud a su querida maestra, entre ellos Rubén Salas, un reconocido periodista que reside en Bogotá; Marielsy Zequeira Negrete, docente y labora en Valledupar.

Un programa, sencillamente humano y excelente, donde salieron lágrimas del alma. Uno de los oferentes invitó a la comunidad para que a través de una petición firmada le solicitaran al acalde de la Jagua Del Pilar, doctor Amiro José Morón, que en reconocimiento a esta insigne maestra, la escuela de El Plan lleve el nombre de Ana Beatriz Salas; un homenaje a su labor pedagógica, y también a su padre Andrés, un ángel benefactor, arquitecto de la amistad y el trabajo en la región.
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Nota. A todos les deseo Feliz Navidad, que Dios les siga bendiciendo y en los próximos años les premie de bienestar, paz, amor y trabajo. Regresaré de vacaciones a finales de enero.

Por José Atuesta Mindiola