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Columnista - 7 enero, 2013

La lucha por la sede de la Universidad Nacional no ha terminado

Por: RODOLFO QUINTERO ROMERO Twitter: @rodoquinteromer    Este 26 de diciembre pasado quedará grabado en nuestra memoria colectiva como una fecha histórica, solo comparable a aquel 21 de diciembre de 1967 cuando se creó el departamento del Cesar.   Porque ese día, después de muchas vicisitudes e incertidumbres, se aseguraron, en el OCAD regional,  los […]

Por: RODOLFO QUINTERO ROMERO

Twitter: @rodoquinteromer 

 

Este 26 de diciembre pasado quedará grabado en nuestra memoria colectiva como una fecha histórica, solo comparable a aquel 21 de diciembre de 1967 cuando se creó el departamento del Cesar.

 

Porque ese día, después de muchas vicisitudes e incertidumbres, se aseguraron, en el OCAD regional,  los dineros para la construcción y funcionamiento de la sede Caribe de la Universidad Nacional en La Paz.

 

Tuvo la Costa que esperar casi 150 años para que en su territorio se construyera una sede de  la más prestigiosa universidad pública del país.

 

Algo que refleja no solo el sempiterno centralismo que ha caracterizado la gestión gubernamental en Colombia sino la insensibilidad social de una clase dirigente costeña indiferente a las aspiraciones de sus paisanos a una educación superior de calidad.

 

La presencia de “La Nacional”tendrá repercusiones en todos los rincones de la Costa y beneficiará a su población más vulnerable. Sorprende, por eso, el poco despliegue que ha tenido esta noticia en la prensa regional, cuando debe ser motivo de alegría y regocijo general.

 

Aquí llegarán jóvenes de todos los departamentos de la región Caribe a apropiarse del conocimiento científico y las ideas humanistas, que luego difundirán en sus localidades de origen para contribuir al desarrollo regional y a la superación de las desigualdades.

 

Para nuestra fortuna, la población del Cesar y la Guajira será la mayor beneficiada. Muy pronto los campesinos; “pimpineros”; empleadas del servicio doméstico; conductores; jornaleros; vendedores ambulantes; pequeños y medianos comerciantes; taxistas; funcionarios públicos; indígenas y afrocolombianos, entre otros, verán a sus hijos recibir clases en la mejor universidad pública de Colombia a precios accesibles a sus modestos ingresos.

 

Las directivas de la Universidad manifiestan que la nuestra será una sede para el siglo XXI. Lo cual se verá reflejado en la calidad de sus programas académicos y en su moderna infraestructura.

 

La investigación científica y las nuevas tecnologías tendrán prioridad, así como la educación pertinente para que nuestros egresados aporten al desarrollo económico, social y cultural local sin que tengan necesidad de emigrar a otras regiones a buscar oportunidades de trabajo.

 

El éxito obtenido se debe a la alianza de voluntades construida desde el sector privado, los medios de comunicación y la sociedad civil, con el sector público liderado por el Gobernador Monsalvo, el apoyo del gobernador guajiro y los alcaldes del área metropolitana de Valledupar. Una experiencia de unidad que debemos repetir con otros proyectos.

 

Pero la lucha continúa. Ahora debemos conseguir que el proceso de licitación y contratación de la firma constructora sea transparente y ajeno a las triquiñuelas de los corruptos profesionales y aficionados.

 

Confiamos en la honestidad de nuestro Gobernador, pero creemos que le ayudaríamucho contar con la Universidad Nacional, tanto en la calificación de las propuestas como en la interventoría del contrato de construcción.

 

La ciudadaníaestará vigilante para que nada empañe la nobleza de este proyecto civilizador y modernizante. El próximo 21 de diciembre debe estar lista la Sede para comenzar las clases en el 2014. ¡Esta debe ser nuestra meta colectiva!

 

El protagonismo de la sociedad civil es el hecho político más destacado. Los ciudadanos podemos construir alianzas, sin intermediarios, con nuestro gobernador y alcaldes, para conseguir bienestar y prosperidad.

 

Con la ventaja de que siempre pediremos obras no puestos. Esa es una de las enseñanzas de este logro.

 

 

Columnista
7 enero, 2013

La lucha por la sede de la Universidad Nacional no ha terminado

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rodolfo Quintero Romero

Por: RODOLFO QUINTERO ROMERO Twitter: @rodoquinteromer    Este 26 de diciembre pasado quedará grabado en nuestra memoria colectiva como una fecha histórica, solo comparable a aquel 21 de diciembre de 1967 cuando se creó el departamento del Cesar.   Porque ese día, después de muchas vicisitudes e incertidumbres, se aseguraron, en el OCAD regional,  los […]


Por: RODOLFO QUINTERO ROMERO

Twitter: @rodoquinteromer 

 

Este 26 de diciembre pasado quedará grabado en nuestra memoria colectiva como una fecha histórica, solo comparable a aquel 21 de diciembre de 1967 cuando se creó el departamento del Cesar.

 

Porque ese día, después de muchas vicisitudes e incertidumbres, se aseguraron, en el OCAD regional,  los dineros para la construcción y funcionamiento de la sede Caribe de la Universidad Nacional en La Paz.

 

Tuvo la Costa que esperar casi 150 años para que en su territorio se construyera una sede de  la más prestigiosa universidad pública del país.

 

Algo que refleja no solo el sempiterno centralismo que ha caracterizado la gestión gubernamental en Colombia sino la insensibilidad social de una clase dirigente costeña indiferente a las aspiraciones de sus paisanos a una educación superior de calidad.

 

La presencia de “La Nacional”tendrá repercusiones en todos los rincones de la Costa y beneficiará a su población más vulnerable. Sorprende, por eso, el poco despliegue que ha tenido esta noticia en la prensa regional, cuando debe ser motivo de alegría y regocijo general.

 

Aquí llegarán jóvenes de todos los departamentos de la región Caribe a apropiarse del conocimiento científico y las ideas humanistas, que luego difundirán en sus localidades de origen para contribuir al desarrollo regional y a la superación de las desigualdades.

 

Para nuestra fortuna, la población del Cesar y la Guajira será la mayor beneficiada. Muy pronto los campesinos; “pimpineros”; empleadas del servicio doméstico; conductores; jornaleros; vendedores ambulantes; pequeños y medianos comerciantes; taxistas; funcionarios públicos; indígenas y afrocolombianos, entre otros, verán a sus hijos recibir clases en la mejor universidad pública de Colombia a precios accesibles a sus modestos ingresos.

 

Las directivas de la Universidad manifiestan que la nuestra será una sede para el siglo XXI. Lo cual se verá reflejado en la calidad de sus programas académicos y en su moderna infraestructura.

 

La investigación científica y las nuevas tecnologías tendrán prioridad, así como la educación pertinente para que nuestros egresados aporten al desarrollo económico, social y cultural local sin que tengan necesidad de emigrar a otras regiones a buscar oportunidades de trabajo.

 

El éxito obtenido se debe a la alianza de voluntades construida desde el sector privado, los medios de comunicación y la sociedad civil, con el sector público liderado por el Gobernador Monsalvo, el apoyo del gobernador guajiro y los alcaldes del área metropolitana de Valledupar. Una experiencia de unidad que debemos repetir con otros proyectos.

 

Pero la lucha continúa. Ahora debemos conseguir que el proceso de licitación y contratación de la firma constructora sea transparente y ajeno a las triquiñuelas de los corruptos profesionales y aficionados.

 

Confiamos en la honestidad de nuestro Gobernador, pero creemos que le ayudaríamucho contar con la Universidad Nacional, tanto en la calificación de las propuestas como en la interventoría del contrato de construcción.

 

La ciudadaníaestará vigilante para que nada empañe la nobleza de este proyecto civilizador y modernizante. El próximo 21 de diciembre debe estar lista la Sede para comenzar las clases en el 2014. ¡Esta debe ser nuestra meta colectiva!

 

El protagonismo de la sociedad civil es el hecho político más destacado. Los ciudadanos podemos construir alianzas, sin intermediarios, con nuestro gobernador y alcaldes, para conseguir bienestar y prosperidad.

 

Con la ventaja de que siempre pediremos obras no puestos. Esa es una de las enseñanzas de este logro.