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Columnista - 20 septiembre, 2017

La lucha contra las drogas

No echemos al olvido los temas de las tardeadas, de las estudiantes prepagos, de las pastillas alucinógenas, de los licores a menores y de la distribución de drogas, son hechos que deben ser denunciados. Aquí en Valledupar, no es un secreto todo esto, que está sucediendo, muchos jovencitos son adictos, agréguenle a esto la venta […]

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No echemos al olvido los temas de las tardeadas, de las estudiantes prepagos, de las pastillas alucinógenas, de los licores a menores y de la distribución de drogas, son hechos que deben ser denunciados.

Aquí en Valledupar, no es un secreto todo esto, que está sucediendo, muchos jovencitos son adictos, agréguenle a esto la venta de licores a menores. La droga está más presente en la vida de muchas familias de estratos bajos y altos. Sin darse cuenta, muchas de ellas han permitido que las drogas entren a sus hogares porque no han trabajado suficientemente la estabilidad y fuerza de la familia.

Seguimos dominados por luchas de poder entre los padres, que llevan discordia, conflictos y separaciones. Seguimos en mano de la torpeza emocional, la cual nos impide expresar bien el amor. Esto vuelve vulnerable a nuestros hijos a cualquier cosa, inclusive a la droga.
Inicialmente, un joven prueba la droga por curiosidad; por experimentar y arriesgar que son conductas propias del adolescente. Es fácil iniciarse porque el principio los desinhibe, les quita temores y les da una falsa seguridad. Lo difícil viene después, cuando se depende de la droga para vivir. Los jóvenes se sienten invencibles y creen que ellos podrán controlar este consumo aparentemente inocente, pero a la larga terriblemente peligroso.

Solo aquel que ha vivido la narcodependencia sabe el sufrimiento que esto implica. El adicto es un enfermo grave. No creo que nadie quiera esto para sus hijos. Criar bien, tener presencia, dar testimonio en nuestra vida, apoyar en los momentos difíciles, enseñar el manejo de las emociones y sobre todo, tolerar las diferencias, son algunas de las fórmulas que nos permiten vislumbrar un futuro sano para nuestros hijos. Por eso, en el seno de la familia tenemos que dar la pelea.

Tengo la seguridad que todos esos delitos que cometen los jóvenes vallenatos contra la propiedad y la vida de los ciudadanos es la mezcla del alcohol y la droga. El gobierno debe enfrentar estos problemas con algunas estrategias normativas. El menor que sea hallado consumiendo bebidas embriagantes deberá asistir con sus padres a un curso de prevención del alcoholismo infantil, igual el expendio de licores por parte de los estancos de la ciudad a los jovencitos deben ser sancionados.

En la próxima columna trataré un informe completo sobre el control a las drogas por parte de la policía en cabeza de nuestro distinguido comandante de la Policía Cesar, Mauricio Pedraza y el coronel Bonilla.

Postdata: el sábado se llevó a cabo una fabulosa reunión por el festejo del cumpleaños número 75 de ‘El Turco’ Pavajeau. Según comentarios, la fiesta del año. Se lució Luna Pavajeau, su hija con la presencia de destacadas personalidades: ministros, gobernadores, empresarios de la Costa y Bogotá, y toda su familia que llegaron de varios sitios del país, sus amigos de tertulia. Esta fiesta fue amenizada con la agrupación de Alfredo Gutiérrez y la presencia de Jaime Dangond, una banda ‘Los Kangris’, Wilber Mendoza y otros conjuntos invitados disfrutaron hasta las 6:00 de la mañana del día domingo. Las viandas exquisitas no faltaron. No faltó nada. Todo espectacular, toda una fiesta por cierto, elegantísima. Gracias Turco y que dures muchos años más.

Por Alberto Herazo Palmera

 

Columnista
20 septiembre, 2017

La lucha contra las drogas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alberto Herazo P.

No echemos al olvido los temas de las tardeadas, de las estudiantes prepagos, de las pastillas alucinógenas, de los licores a menores y de la distribución de drogas, son hechos que deben ser denunciados. Aquí en Valledupar, no es un secreto todo esto, que está sucediendo, muchos jovencitos son adictos, agréguenle a esto la venta […]


No echemos al olvido los temas de las tardeadas, de las estudiantes prepagos, de las pastillas alucinógenas, de los licores a menores y de la distribución de drogas, son hechos que deben ser denunciados.

Aquí en Valledupar, no es un secreto todo esto, que está sucediendo, muchos jovencitos son adictos, agréguenle a esto la venta de licores a menores. La droga está más presente en la vida de muchas familias de estratos bajos y altos. Sin darse cuenta, muchas de ellas han permitido que las drogas entren a sus hogares porque no han trabajado suficientemente la estabilidad y fuerza de la familia.

Seguimos dominados por luchas de poder entre los padres, que llevan discordia, conflictos y separaciones. Seguimos en mano de la torpeza emocional, la cual nos impide expresar bien el amor. Esto vuelve vulnerable a nuestros hijos a cualquier cosa, inclusive a la droga.
Inicialmente, un joven prueba la droga por curiosidad; por experimentar y arriesgar que son conductas propias del adolescente. Es fácil iniciarse porque el principio los desinhibe, les quita temores y les da una falsa seguridad. Lo difícil viene después, cuando se depende de la droga para vivir. Los jóvenes se sienten invencibles y creen que ellos podrán controlar este consumo aparentemente inocente, pero a la larga terriblemente peligroso.

Solo aquel que ha vivido la narcodependencia sabe el sufrimiento que esto implica. El adicto es un enfermo grave. No creo que nadie quiera esto para sus hijos. Criar bien, tener presencia, dar testimonio en nuestra vida, apoyar en los momentos difíciles, enseñar el manejo de las emociones y sobre todo, tolerar las diferencias, son algunas de las fórmulas que nos permiten vislumbrar un futuro sano para nuestros hijos. Por eso, en el seno de la familia tenemos que dar la pelea.

Tengo la seguridad que todos esos delitos que cometen los jóvenes vallenatos contra la propiedad y la vida de los ciudadanos es la mezcla del alcohol y la droga. El gobierno debe enfrentar estos problemas con algunas estrategias normativas. El menor que sea hallado consumiendo bebidas embriagantes deberá asistir con sus padres a un curso de prevención del alcoholismo infantil, igual el expendio de licores por parte de los estancos de la ciudad a los jovencitos deben ser sancionados.

En la próxima columna trataré un informe completo sobre el control a las drogas por parte de la policía en cabeza de nuestro distinguido comandante de la Policía Cesar, Mauricio Pedraza y el coronel Bonilla.

Postdata: el sábado se llevó a cabo una fabulosa reunión por el festejo del cumpleaños número 75 de ‘El Turco’ Pavajeau. Según comentarios, la fiesta del año. Se lució Luna Pavajeau, su hija con la presencia de destacadas personalidades: ministros, gobernadores, empresarios de la Costa y Bogotá, y toda su familia que llegaron de varios sitios del país, sus amigos de tertulia. Esta fiesta fue amenizada con la agrupación de Alfredo Gutiérrez y la presencia de Jaime Dangond, una banda ‘Los Kangris’, Wilber Mendoza y otros conjuntos invitados disfrutaron hasta las 6:00 de la mañana del día domingo. Las viandas exquisitas no faltaron. No faltó nada. Todo espectacular, toda una fiesta por cierto, elegantísima. Gracias Turco y que dures muchos años más.

Por Alberto Herazo Palmera