No echemos al olvido los temas de las tarteadas, de las estudiantes prepagos, de las pastillas alucinógenas, de los licores a menores y de la distribución de drogas, son hechos que deben ser denunciados. Aquí en Valledupar, no es un secreto todo esto, que está sucediendo. Muchos jovencitos son adictos, agréguenle a esto la venta […]
No echemos al olvido los temas de las tarteadas, de las estudiantes prepagos, de las pastillas alucinógenas, de los licores a menores y de la distribución de drogas, son hechos que deben ser denunciados.
Aquí en Valledupar, no es un secreto todo esto, que está sucediendo. Muchos jovencitos son adictos, agréguenle a esto la venta de licores a menores. La droga está más presente en la vida de muchas familias de estratos bajos y altos. Sin darse cuenta, muchas de ellas han permitido que las drogas entren a sus hogares porque no han trabajado suficientemente la estabilidad y fuerza de la familia.
Seguimos dominados por luchas de poder entre los padres, que llevan discordia, conflictos y separaciones. Seguimos en mano de la torpeza emocional, la cual nos impide expresar bien el amor. Esto vuelve vulnerable a nuestros hijos a cualquier cosa, inclusive a la droga.
Inicialmente, un joven prueba la droga por curiosidad; por experimentar y arriesgar que son conductas propias del adolescente. Es fácil iniciarse porque el principio los desinhibe, les quita temores y le da una falsa seguridad. Lo difícil viene después, cuando se depende de la droga para vivir. Los jóvenes se sienten invencibles y creen que ellos podrán este consumo aparentemente inocente pero a la larga terriblemente peligroso.
Solo aquel que ha vivido la narcodependencia sabe el sufrimiento que esto implica. El adicto es un enfermo grave. No creo que nadie quiera esto para sus hijos. Criar bien, tener presencia, dar testimonio en nuestra vida, apoyar en los momentos difíciles, enseñar el manejo de las emociones y sobre todo, tolerar las diferencias, son algunas de las fórmulas que nos permiten vislumbrar un futuro sano para nuestros hijos. Por eso, en el seno de la familia tenemos que dar la pelea.
Tengo la seguridad que todos esos delitos que cometen los jóvenes vallenatos contra la propiedad y la vida de los ciudadanos es la mezcla del alcohol y la droga. El gobierno debe enfrentar estos problemas con algunas estrategias normativas. El menor que sea hallado consumiendo bebidas embriagantes deberá asistir con sus padres a un curso de prevención del alcoholismo infantil, igual el expendio de licores por parte de los estancos de la ciudad a los jovencitos, deben ser sancionados.
Pero además…
Como es mi costumbre, quiero manejar otros temitas de actualidad. El sábado pasado vivimos un día de completa tranquilidad con la medida de las motos sin parrilleros. Algunas calles se han convertido en terminalitos de motos (Almacenes Éxito, 5 Esquinas, FONVISOCIAL, Caja Agraria, Banco Agrario, etc., etc., etc.), las autoridades deben tomar las medidas pertinentes. Igualmente se debe hacer con los vendedores ambulantes estacionarios que tienen actualmente ocupada la Calle del Cesar y la movilidad es un desastre.
Postdata
Verdaderamente nuestro gobernador Luis Alberto Monsalvo lo viene haciendo de manera insuperable, por eso está ocupando el segundo puesto de los mejores gobernadores del país. Tenemos gobernador, gracias a Dios.
Por Alberto Herazo
No echemos al olvido los temas de las tarteadas, de las estudiantes prepagos, de las pastillas alucinógenas, de los licores a menores y de la distribución de drogas, son hechos que deben ser denunciados. Aquí en Valledupar, no es un secreto todo esto, que está sucediendo. Muchos jovencitos son adictos, agréguenle a esto la venta […]
No echemos al olvido los temas de las tarteadas, de las estudiantes prepagos, de las pastillas alucinógenas, de los licores a menores y de la distribución de drogas, son hechos que deben ser denunciados.
Aquí en Valledupar, no es un secreto todo esto, que está sucediendo. Muchos jovencitos son adictos, agréguenle a esto la venta de licores a menores. La droga está más presente en la vida de muchas familias de estratos bajos y altos. Sin darse cuenta, muchas de ellas han permitido que las drogas entren a sus hogares porque no han trabajado suficientemente la estabilidad y fuerza de la familia.
Seguimos dominados por luchas de poder entre los padres, que llevan discordia, conflictos y separaciones. Seguimos en mano de la torpeza emocional, la cual nos impide expresar bien el amor. Esto vuelve vulnerable a nuestros hijos a cualquier cosa, inclusive a la droga.
Inicialmente, un joven prueba la droga por curiosidad; por experimentar y arriesgar que son conductas propias del adolescente. Es fácil iniciarse porque el principio los desinhibe, les quita temores y le da una falsa seguridad. Lo difícil viene después, cuando se depende de la droga para vivir. Los jóvenes se sienten invencibles y creen que ellos podrán este consumo aparentemente inocente pero a la larga terriblemente peligroso.
Solo aquel que ha vivido la narcodependencia sabe el sufrimiento que esto implica. El adicto es un enfermo grave. No creo que nadie quiera esto para sus hijos. Criar bien, tener presencia, dar testimonio en nuestra vida, apoyar en los momentos difíciles, enseñar el manejo de las emociones y sobre todo, tolerar las diferencias, son algunas de las fórmulas que nos permiten vislumbrar un futuro sano para nuestros hijos. Por eso, en el seno de la familia tenemos que dar la pelea.
Tengo la seguridad que todos esos delitos que cometen los jóvenes vallenatos contra la propiedad y la vida de los ciudadanos es la mezcla del alcohol y la droga. El gobierno debe enfrentar estos problemas con algunas estrategias normativas. El menor que sea hallado consumiendo bebidas embriagantes deberá asistir con sus padres a un curso de prevención del alcoholismo infantil, igual el expendio de licores por parte de los estancos de la ciudad a los jovencitos, deben ser sancionados.
Pero además…
Como es mi costumbre, quiero manejar otros temitas de actualidad. El sábado pasado vivimos un día de completa tranquilidad con la medida de las motos sin parrilleros. Algunas calles se han convertido en terminalitos de motos (Almacenes Éxito, 5 Esquinas, FONVISOCIAL, Caja Agraria, Banco Agrario, etc., etc., etc.), las autoridades deben tomar las medidas pertinentes. Igualmente se debe hacer con los vendedores ambulantes estacionarios que tienen actualmente ocupada la Calle del Cesar y la movilidad es un desastre.
Postdata
Verdaderamente nuestro gobernador Luis Alberto Monsalvo lo viene haciendo de manera insuperable, por eso está ocupando el segundo puesto de los mejores gobernadores del país. Tenemos gobernador, gracias a Dios.
Por Alberto Herazo