Una de las tareas más importantes durante el proceso posparto tiene que ver con la lactancia materna.
Una de las tareas más importantes durante el proceso posparto tiene que ver con la lactancia materna. Es una condición asumida por la mujer en la que se crea un lazo importante con el ser humano que llegó recientemente a la vida. También es el proceso durante el cual se contribuye con el correcto desarrollo del recién nacido.
Pero, ¿y la pareja? Los padres también pueden asumir un rol importante dentro de la lactancia materna. ¿Cómo puede ayudar el padre de familia? Tome nota de esta serie de ingredientes vitales para no dejar a su esposa sola en esta ardua tarea:
· Haga presencia en el momento del amamantamiento. El contacto físico, su presencia y cariño son fundamentales en cuanto a la estimulación del vínculo entre madre, hijo y padre de familia.
· Concéntrese en las labores del hogar ya que una mamá lactante debe darle de comer a su hijo cada tres horas en promedio. Prepare el baño del bebé, cámbiele de pañal, álcelo y vístalo si es necesario. Todas estas acciones alivianan la carga de la madre.
· Si usted es paciente y comprensivo tendrá mucho terreno ganado para que su pareja pueda llevar a cabo una buena lactancia y un vínculo aún más fuerte con su bebé.
· Teniendo en cuenta que la lactancia exclusiva debe llegar como mínimo hasta los seis meses, evite darle de tomar leche en biberón a su hijo recién nacido. Es importante que la madre asuma con total confianza y serenidad este paso. De usted depende.
Diva Ferreira, médico especialista, explica cuáles son los tiempos establecidos para darle leche a su hijo, cómo evitar las mastitis y en qué momento es recomendable alternar este proceso con alimentos variados.
La leche materna es el mejor alimento para nuestros bebés, cubre todas las necesidades nutricionales de los niños, en especial la de los que son menores de un año. Tiene muchos beneficios: el primero y más importante es el vínculo que se establece entre la madre y el hijo; y el segundo se refiere a toda la disminución de posibles enfermedades que pueden presentar los niños a futuro. Dándole leche materna a los bebés, vamos a disminuir el riesgo de muerte súbita del lactante y los riesgos de muerte en el menor de un año de vida; para las mamás trae muchos beneficios adicionales como la disminución del riesgo de la hemorragia posparto y a largo plazo la disminución del riesgo de padecer cáncer de útero y ovario.
A través de la leche materna se trasmiten muchas calorías y proteínas al bebé que sirven para su adecuada nutrición. La leche materna en sus diferentes momentos, trae para el bebé ciertos beneficios, por ejemplo en la primera etapa, la leche sale con un poco más de agua y azúcar, lo que satisface la necesidad de sed que tiene el bebé; después la leche se va poniendo más espesa, entre blanca y amarilla y eso significa mayor contenido de grasa, lo que le va a aportar más calorías al bebé.
Siempre que comparamos la leche de tarro con la leche natural, vamos a encontrar muchísimas más ventajas en la leche materna. Por algunos motivos sociales, por cuestiones laborales en las mamás, a partir de su tercer mes posparto, pueden presentarse periodos largos de tiempo en los que el bebé no tiene a la madre a su lado, se recomienda en ese caso que la madre literalmente se ‘ordeñe’, y deje la leche refrigerada para que en los periodos en los que ella no está, se le dé la leche materna en tetero al niño. Cuando la producción de la leche no es suficiente o hay algún tipo de enfermedad que contraindique la continuación de la lactancia, si se tiene que sugerir un suplemento distinto.
Sí hay recomendaciones específicas en cuanto al almacenamiento de la leche materna. Hay unos recipientes especiales que son los más higienizados para que la leche no se contamine con ningún tipo de germen; también existen recomendaciones específicas de cuánto tiempo refrigerar y dependiendo de cómo se almacene, debería consumirse en el menor tiempo posible. En el congelador puede estar de 24 a 48 horas bajo unas temperaturas especiales.
La recomendación en general es que uno lacte a su propio bebé. Esto debido a que la leche es un instrumento por el cual se pueden transmitir enfermedades de la madre al bebé que se está lactando. Si no conocemos de qué enfermedades sufre la mamá, ella puede estar trasmitiendo a través de esta leche enfermedades como el VIH. Sí por ejemplo la mamá tiene una lesión herpética, cerca de la areola del seno y esta no está debidamente tratada, dicha infección también puede trasmitirse a partir de la leche; por último también se pueden desarrollar algunas infecciones agudas como la gripe, las cuales se pueden trasmitir en esos momentos de incubación de los virus. Solamente se recomienda que una mujer de leche materna a un hijo que no es suyo en casos extremos, en los que realmente se descarta que la mamá puede contagiar al bebé de una enfermedad.
Sí, la mastitis se produce cuando hay una acumulación de leche en las glándulas lactíferas de los senos, entonces por eso siempre se recomienda que el bebé lacte por ambos senos cada dos o tres horas conforme el niño vaya creciendo. Es importante que el recién nacido consuma leche de un seno y después se cambie al seno contralateral. El hacerlo solo por un seno puede inducir a que estas glándulas almacenen mucha leche y comienza a generarse un endurecimiento que favorece a que microorganismos sobre infecten el líquido, lo cual produce la mastitis que es la inflamación de algún germen que produce un cuadro muy doloroso en las mamás en donde el seno se pone muy rojo, tenso y brillante.
No hay horarios. Las mujeres que lactamos sabemos que es una tarea que puede hacerse en cualquier momento del día. Es más, nosotras como mujeres nos ajustamos más a los horarios del bebé, por eso siempre recomendamos que cuando el bebé duerme, es el momento preciso para que la madre descanse también, porque es probable que a las dos horas, sin importar que sean las tres de la mañana, le toque a la mamá nuevamente darle de lactar al recién nacido.
Una de las tareas más importantes durante el proceso posparto tiene que ver con la lactancia materna.
Una de las tareas más importantes durante el proceso posparto tiene que ver con la lactancia materna. Es una condición asumida por la mujer en la que se crea un lazo importante con el ser humano que llegó recientemente a la vida. También es el proceso durante el cual se contribuye con el correcto desarrollo del recién nacido.
Pero, ¿y la pareja? Los padres también pueden asumir un rol importante dentro de la lactancia materna. ¿Cómo puede ayudar el padre de familia? Tome nota de esta serie de ingredientes vitales para no dejar a su esposa sola en esta ardua tarea:
· Haga presencia en el momento del amamantamiento. El contacto físico, su presencia y cariño son fundamentales en cuanto a la estimulación del vínculo entre madre, hijo y padre de familia.
· Concéntrese en las labores del hogar ya que una mamá lactante debe darle de comer a su hijo cada tres horas en promedio. Prepare el baño del bebé, cámbiele de pañal, álcelo y vístalo si es necesario. Todas estas acciones alivianan la carga de la madre.
· Si usted es paciente y comprensivo tendrá mucho terreno ganado para que su pareja pueda llevar a cabo una buena lactancia y un vínculo aún más fuerte con su bebé.
· Teniendo en cuenta que la lactancia exclusiva debe llegar como mínimo hasta los seis meses, evite darle de tomar leche en biberón a su hijo recién nacido. Es importante que la madre asuma con total confianza y serenidad este paso. De usted depende.
Diva Ferreira, médico especialista, explica cuáles son los tiempos establecidos para darle leche a su hijo, cómo evitar las mastitis y en qué momento es recomendable alternar este proceso con alimentos variados.
La leche materna es el mejor alimento para nuestros bebés, cubre todas las necesidades nutricionales de los niños, en especial la de los que son menores de un año. Tiene muchos beneficios: el primero y más importante es el vínculo que se establece entre la madre y el hijo; y el segundo se refiere a toda la disminución de posibles enfermedades que pueden presentar los niños a futuro. Dándole leche materna a los bebés, vamos a disminuir el riesgo de muerte súbita del lactante y los riesgos de muerte en el menor de un año de vida; para las mamás trae muchos beneficios adicionales como la disminución del riesgo de la hemorragia posparto y a largo plazo la disminución del riesgo de padecer cáncer de útero y ovario.
A través de la leche materna se trasmiten muchas calorías y proteínas al bebé que sirven para su adecuada nutrición. La leche materna en sus diferentes momentos, trae para el bebé ciertos beneficios, por ejemplo en la primera etapa, la leche sale con un poco más de agua y azúcar, lo que satisface la necesidad de sed que tiene el bebé; después la leche se va poniendo más espesa, entre blanca y amarilla y eso significa mayor contenido de grasa, lo que le va a aportar más calorías al bebé.
Siempre que comparamos la leche de tarro con la leche natural, vamos a encontrar muchísimas más ventajas en la leche materna. Por algunos motivos sociales, por cuestiones laborales en las mamás, a partir de su tercer mes posparto, pueden presentarse periodos largos de tiempo en los que el bebé no tiene a la madre a su lado, se recomienda en ese caso que la madre literalmente se ‘ordeñe’, y deje la leche refrigerada para que en los periodos en los que ella no está, se le dé la leche materna en tetero al niño. Cuando la producción de la leche no es suficiente o hay algún tipo de enfermedad que contraindique la continuación de la lactancia, si se tiene que sugerir un suplemento distinto.
Sí hay recomendaciones específicas en cuanto al almacenamiento de la leche materna. Hay unos recipientes especiales que son los más higienizados para que la leche no se contamine con ningún tipo de germen; también existen recomendaciones específicas de cuánto tiempo refrigerar y dependiendo de cómo se almacene, debería consumirse en el menor tiempo posible. En el congelador puede estar de 24 a 48 horas bajo unas temperaturas especiales.
La recomendación en general es que uno lacte a su propio bebé. Esto debido a que la leche es un instrumento por el cual se pueden transmitir enfermedades de la madre al bebé que se está lactando. Si no conocemos de qué enfermedades sufre la mamá, ella puede estar trasmitiendo a través de esta leche enfermedades como el VIH. Sí por ejemplo la mamá tiene una lesión herpética, cerca de la areola del seno y esta no está debidamente tratada, dicha infección también puede trasmitirse a partir de la leche; por último también se pueden desarrollar algunas infecciones agudas como la gripe, las cuales se pueden trasmitir en esos momentos de incubación de los virus. Solamente se recomienda que una mujer de leche materna a un hijo que no es suyo en casos extremos, en los que realmente se descarta que la mamá puede contagiar al bebé de una enfermedad.
Sí, la mastitis se produce cuando hay una acumulación de leche en las glándulas lactíferas de los senos, entonces por eso siempre se recomienda que el bebé lacte por ambos senos cada dos o tres horas conforme el niño vaya creciendo. Es importante que el recién nacido consuma leche de un seno y después se cambie al seno contralateral. El hacerlo solo por un seno puede inducir a que estas glándulas almacenen mucha leche y comienza a generarse un endurecimiento que favorece a que microorganismos sobre infecten el líquido, lo cual produce la mastitis que es la inflamación de algún germen que produce un cuadro muy doloroso en las mamás en donde el seno se pone muy rojo, tenso y brillante.
No hay horarios. Las mujeres que lactamos sabemos que es una tarea que puede hacerse en cualquier momento del día. Es más, nosotras como mujeres nos ajustamos más a los horarios del bebé, por eso siempre recomendamos que cuando el bebé duerme, es el momento preciso para que la madre descanse también, porque es probable que a las dos horas, sin importar que sean las tres de la mañana, le toque a la mamá nuevamente darle de lactar al recién nacido.