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Columnista - 15 julio, 2021

La juventud no choca con la capacidad de gestión

La capacidad de ejecución y gestión no tiene nada que ver con la experiencia. No se trata que a uno le sobre o le falte pavimento. Yo veo que los barranquilleros tienen años de estar llevando al Gobierno nacional una serie de jóvenes que se destacaban en lo local y con una experiencia propia de […]

La capacidad de ejecución y gestión no tiene nada que ver con la experiencia. No se trata que a uno le sobre o le falte pavimento. Yo veo que los barranquilleros tienen años de estar llevando al Gobierno nacional una serie de jóvenes que se destacaban en lo local y con una experiencia propia de su edad; los antioqueños a funcionarios normales les dan estatura de prohombres, en cambio nosotros los cesarenses, y particularmente los vallenatos, al funcionario público del interior del país que llega a ministro o director de una entidad del orden nacional le damos tratamiento de estadista y le hacemos agasajos desmedidos, mientras a esta nueva camada de servidores públicos de Valledupar del nivel nacional, al principio la elogiamos y hoy ya le encontramos peros. El menos relevante de todos es el relacionado con la juventud.

El economista Luis Alberto Rodríguez Ospino, nacido en Valledupar, hoy director Nacional de Planeación y anteriormente viceministro de Hacienda, primero, es egresado de la Universidad Nacional de Colombia, la mejor universidad del país; segundo, tiene maestría en la universidad de Columbia, USA; tercero, es bachiller del Gimnasio del Norte en Valledupar y de la clase media de nuestra ciudad. 

Así sea por sentimentalismo, yo considero importante mostrar que es hijo de Luis Rodríguez Valera, un hombre sin tacha, honesto, orgullo de nuestra región y puntualmente de nuestro corregimiento Los Venados. Orgullo, porque no existe nacido en ese corregimiento de Valledupar que no admire la forma como se hizo Luis ‘Lucho’ Rodríguez Valera. Y aunque el temprano fallecimiento del exgobernador Rodríguez Valera no le permitió interactuar con su hijo, la verdad es que con diferencias y caminos distintos, el ascenso del hijo, como el del padre, es meritorio. Es más, en este caso el hijo superó al padre.

Pero así vemos  la gestión y la obra de Luis Alberto como director del DNP y de viceministro de Hacienda: es verdad o no que gracias a él desde el Ministerio de Hacienda se logró garantizar la funcionalidad anual de la sede de la Universidad Nacional en el Cesar (Sede La Paz). De no ser cierto que lo desmienta la propia universidad o la clase dirigente del Cesar. El orgullo de tener esa sede no era coherente con el no poder entrar en funcionamiento por falta de recursos, $20 mil millones anuales. Y aunque el Gobierno nacional anterior lo planteó fue Luis Alberto Rodríguez quien lo hizo posible.

La sede de la Policía Metropolitana de Valledupar, ya adjudicada en materia contractual para su ejecución, es gracias a Luis Alberto. La Dirección Administrativa y Financiera de la Policía Nacional adjudicó los contratos para la construcción y dotación de la primera fase del comando de la Policía Metropolitana de Valledupar; el Gobierno nacional destinó un total de $73 mil millones.  De estos, $57.271 millones serán para la infraestructura con todas sus adecuaciones y $16.291 millones para la dotación del mismo. 

Particularmente veo a Luis Alberto con credibilidad frente a los gobiernos territoriales del país, montado en un potro complejo como Planeación, en plena pandemia y aterrizado en el presente. Uno en los cargos públicos de ese nivel no se sostiene por la linda cara. Claro, también existe conciencia que los entes territoriales tienen debilidad en los proyectos que presentan a la nación.

Resta un año para culminar el actual Gobierno y si los alcaldes, llámese el de Valledupar o de cualquier municipio del Cesar, son inteligentes le apuntan al DNP, pero llevando cosas bien organizadas en términos de planeación. Los jefes de Planeación y los secretarios de despachos municipales deben estructurar  proyectos viables y bien organizados, de lo contrario no pasan. 

En este año próximo aprovechemos de manera positiva las gestiones de Luis Alberto Rodríguez porque difícilmente el Cesar y Valledupar volverán a tener en el tiempo cercano un director Nacional del DNP.

Que los reconocimientos a Luis Alberto se le hagan después.  Antes es lambonería, mala costumbre de nuestra tierra. Tampoco lo vuelvan presidenciable. Ni lo estén lanzando a gobernador del Cesar. Déjenlo que trabaje y llévenle menos discursos y más proyectos. 

Él ha sido un aliado de Los Besotes y de la nueva vía Valledupar-La Paz.  No es bandido, ni mano larga. Ni tiene las uñas afiladas.  Se le ve con los pies en la tierra y aunque tiene futuro, lo importante es que tiene claro que lo público es de presente.

Columnista
15 julio, 2021

La juventud no choca con la capacidad de gestión

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Ricardo Quintero Baute

La capacidad de ejecución y gestión no tiene nada que ver con la experiencia. No se trata que a uno le sobre o le falte pavimento. Yo veo que los barranquilleros tienen años de estar llevando al Gobierno nacional una serie de jóvenes que se destacaban en lo local y con una experiencia propia de […]


La capacidad de ejecución y gestión no tiene nada que ver con la experiencia. No se trata que a uno le sobre o le falte pavimento. Yo veo que los barranquilleros tienen años de estar llevando al Gobierno nacional una serie de jóvenes que se destacaban en lo local y con una experiencia propia de su edad; los antioqueños a funcionarios normales les dan estatura de prohombres, en cambio nosotros los cesarenses, y particularmente los vallenatos, al funcionario público del interior del país que llega a ministro o director de una entidad del orden nacional le damos tratamiento de estadista y le hacemos agasajos desmedidos, mientras a esta nueva camada de servidores públicos de Valledupar del nivel nacional, al principio la elogiamos y hoy ya le encontramos peros. El menos relevante de todos es el relacionado con la juventud.

El economista Luis Alberto Rodríguez Ospino, nacido en Valledupar, hoy director Nacional de Planeación y anteriormente viceministro de Hacienda, primero, es egresado de la Universidad Nacional de Colombia, la mejor universidad del país; segundo, tiene maestría en la universidad de Columbia, USA; tercero, es bachiller del Gimnasio del Norte en Valledupar y de la clase media de nuestra ciudad. 

Así sea por sentimentalismo, yo considero importante mostrar que es hijo de Luis Rodríguez Valera, un hombre sin tacha, honesto, orgullo de nuestra región y puntualmente de nuestro corregimiento Los Venados. Orgullo, porque no existe nacido en ese corregimiento de Valledupar que no admire la forma como se hizo Luis ‘Lucho’ Rodríguez Valera. Y aunque el temprano fallecimiento del exgobernador Rodríguez Valera no le permitió interactuar con su hijo, la verdad es que con diferencias y caminos distintos, el ascenso del hijo, como el del padre, es meritorio. Es más, en este caso el hijo superó al padre.

Pero así vemos  la gestión y la obra de Luis Alberto como director del DNP y de viceministro de Hacienda: es verdad o no que gracias a él desde el Ministerio de Hacienda se logró garantizar la funcionalidad anual de la sede de la Universidad Nacional en el Cesar (Sede La Paz). De no ser cierto que lo desmienta la propia universidad o la clase dirigente del Cesar. El orgullo de tener esa sede no era coherente con el no poder entrar en funcionamiento por falta de recursos, $20 mil millones anuales. Y aunque el Gobierno nacional anterior lo planteó fue Luis Alberto Rodríguez quien lo hizo posible.

La sede de la Policía Metropolitana de Valledupar, ya adjudicada en materia contractual para su ejecución, es gracias a Luis Alberto. La Dirección Administrativa y Financiera de la Policía Nacional adjudicó los contratos para la construcción y dotación de la primera fase del comando de la Policía Metropolitana de Valledupar; el Gobierno nacional destinó un total de $73 mil millones.  De estos, $57.271 millones serán para la infraestructura con todas sus adecuaciones y $16.291 millones para la dotación del mismo. 

Particularmente veo a Luis Alberto con credibilidad frente a los gobiernos territoriales del país, montado en un potro complejo como Planeación, en plena pandemia y aterrizado en el presente. Uno en los cargos públicos de ese nivel no se sostiene por la linda cara. Claro, también existe conciencia que los entes territoriales tienen debilidad en los proyectos que presentan a la nación.

Resta un año para culminar el actual Gobierno y si los alcaldes, llámese el de Valledupar o de cualquier municipio del Cesar, son inteligentes le apuntan al DNP, pero llevando cosas bien organizadas en términos de planeación. Los jefes de Planeación y los secretarios de despachos municipales deben estructurar  proyectos viables y bien organizados, de lo contrario no pasan. 

En este año próximo aprovechemos de manera positiva las gestiones de Luis Alberto Rodríguez porque difícilmente el Cesar y Valledupar volverán a tener en el tiempo cercano un director Nacional del DNP.

Que los reconocimientos a Luis Alberto se le hagan después.  Antes es lambonería, mala costumbre de nuestra tierra. Tampoco lo vuelvan presidenciable. Ni lo estén lanzando a gobernador del Cesar. Déjenlo que trabaje y llévenle menos discursos y más proyectos. 

Él ha sido un aliado de Los Besotes y de la nueva vía Valledupar-La Paz.  No es bandido, ni mano larga. Ni tiene las uñas afiladas.  Se le ve con los pies en la tierra y aunque tiene futuro, lo importante es que tiene claro que lo público es de presente.