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Columnista - 26 enero, 2011

La Jagua y sus problemas

Por: Basilio Padilla Como profesional de la salud, me preocupa la situación de los habitantes de la Jagua de Ibiríco y como columnista de este diario, es mi obligación discutirlo públicamente para que en un esfuerzo común nuestros gobernantes, congresistas y personas interesadas formen un  frente  común dirigido a proteger a los residentes de este […]

Por: Basilio Padilla

Como profesional de la salud, me preocupa la situación de los habitantes de la Jagua de Ibiríco y como columnista de este diario, es mi obligación discutirlo públicamente para que en un esfuerzo común nuestros gobernantes, congresistas y personas interesadas formen un  frente  común dirigido a proteger a los residentes de este corregimiento.
Debo hacer la aclaración que mi único interés es el  bienestar de todos las personas que de una u otra forma viven en este  corregimiento y tampoco veo el interés de nuestras instituciones de llegar y colaborar en la organización del área que redunde en beneficio de todos sus habitantes. Quizás haya más detalles de los que a primera vista se conocen, pero los elementos más importantes son los que obviamente se perciben al visitar esta ciudad. Lo primero es la impresión de abandono, cuando la vía principal es adornada con basura  de ambos lados, en un trayecto de más de un kilómetro.
En las polvorientas calles principales, se mezcla un ambiente pesado, rodeado  por una serie de establecimientos y expendios públicos donde se vende comida y otros víveres. La mayor parte de las calles permanecen sin pavimentar y la pobreza está por todas partes. La contradicción inmediatamente trae a la mente, los históricos hechos de una ciudad de contrastes: centro minero con mucho dinero de regalías, administradores que no se les han medido a las exigencias ciudadanas y alcaldes que en su mayoría terminan con múltiples procesos teniendo que ver con contratos y gastos estrafalarios.
No puede uno pensar sino en las debilidades del ser humano, la falta de educación y cultura íntegra y la incapacidad de administrar los bienes públicos. A todo esto le podemos agregar la falta de vigilancia departamental, estatal y de los organismos de control. A la luz de todo esto, la persona no puede, sino pensar porque sucede todo esto. Por supuesto lo más importante e urgente es la protección a la ciudadanía, población infantil, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad de las posibles consecuencias derivadas de la explotación del carbón a cielo abierto.
Las consecuencias de salud y del medio ambiente se deben monitorear continuamente y a largo plazo, realizando los estudios necesarios y presentarlos a la luz pública. Sería apropiado iniciar estas discusiones urgentes, en estos momentos en que la compañía internacional Drummond está negociando a otro consorcio suizo. Lo más irónico es que debido a la falta de trabajo a nivel departamental, cualquier persona daría lo que sea por ser un empleado de esta corporación, sin interesarle las consecuencias de salud. Tres situaciones son claras para los habitantes del municipio de la jagua de Ibirico: estudios a largo plazo sobre el medio ambiente; continuo análisis sobre las consecuencias de salud de esta población y finalmente que se utilicen los recursos económicos derivados de la tierra para mejorar el bienestar de los residentes, incluyendo gastos de infraestructura, salud y educación.
Otro de los aspectos importantes se relaciona a la manipulación política que se hace de la población en la escogencia de sus alcaldes. Tradicionalmente, han sido los partidos políticos, congresistas y otras influencias las que se han utilizado para derivar los beneficios económicos que han resultado de las regalías y que los mismos se han utilizado para financiar campañas políticas en el resto del departamento.
Los habitantes de la Jagua necesitan escoger a sus líderes después de un buen análisis de sus programas, personas capacitadas para regir los destinos del municipio y que tengan hojas de vida honestas y transparentes, y no dejarse llevar por líderes interesados y corruptos.

[email protected]

Columnista
26 enero, 2011

La Jagua y sus problemas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Basilio Padilla

Por: Basilio Padilla Como profesional de la salud, me preocupa la situación de los habitantes de la Jagua de Ibiríco y como columnista de este diario, es mi obligación discutirlo públicamente para que en un esfuerzo común nuestros gobernantes, congresistas y personas interesadas formen un  frente  común dirigido a proteger a los residentes de este […]


Por: Basilio Padilla

Como profesional de la salud, me preocupa la situación de los habitantes de la Jagua de Ibiríco y como columnista de este diario, es mi obligación discutirlo públicamente para que en un esfuerzo común nuestros gobernantes, congresistas y personas interesadas formen un  frente  común dirigido a proteger a los residentes de este corregimiento.
Debo hacer la aclaración que mi único interés es el  bienestar de todos las personas que de una u otra forma viven en este  corregimiento y tampoco veo el interés de nuestras instituciones de llegar y colaborar en la organización del área que redunde en beneficio de todos sus habitantes. Quizás haya más detalles de los que a primera vista se conocen, pero los elementos más importantes son los que obviamente se perciben al visitar esta ciudad. Lo primero es la impresión de abandono, cuando la vía principal es adornada con basura  de ambos lados, en un trayecto de más de un kilómetro.
En las polvorientas calles principales, se mezcla un ambiente pesado, rodeado  por una serie de establecimientos y expendios públicos donde se vende comida y otros víveres. La mayor parte de las calles permanecen sin pavimentar y la pobreza está por todas partes. La contradicción inmediatamente trae a la mente, los históricos hechos de una ciudad de contrastes: centro minero con mucho dinero de regalías, administradores que no se les han medido a las exigencias ciudadanas y alcaldes que en su mayoría terminan con múltiples procesos teniendo que ver con contratos y gastos estrafalarios.
No puede uno pensar sino en las debilidades del ser humano, la falta de educación y cultura íntegra y la incapacidad de administrar los bienes públicos. A todo esto le podemos agregar la falta de vigilancia departamental, estatal y de los organismos de control. A la luz de todo esto, la persona no puede, sino pensar porque sucede todo esto. Por supuesto lo más importante e urgente es la protección a la ciudadanía, población infantil, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad de las posibles consecuencias derivadas de la explotación del carbón a cielo abierto.
Las consecuencias de salud y del medio ambiente se deben monitorear continuamente y a largo plazo, realizando los estudios necesarios y presentarlos a la luz pública. Sería apropiado iniciar estas discusiones urgentes, en estos momentos en que la compañía internacional Drummond está negociando a otro consorcio suizo. Lo más irónico es que debido a la falta de trabajo a nivel departamental, cualquier persona daría lo que sea por ser un empleado de esta corporación, sin interesarle las consecuencias de salud. Tres situaciones son claras para los habitantes del municipio de la jagua de Ibirico: estudios a largo plazo sobre el medio ambiente; continuo análisis sobre las consecuencias de salud de esta población y finalmente que se utilicen los recursos económicos derivados de la tierra para mejorar el bienestar de los residentes, incluyendo gastos de infraestructura, salud y educación.
Otro de los aspectos importantes se relaciona a la manipulación política que se hace de la población en la escogencia de sus alcaldes. Tradicionalmente, han sido los partidos políticos, congresistas y otras influencias las que se han utilizado para derivar los beneficios económicos que han resultado de las regalías y que los mismos se han utilizado para financiar campañas políticas en el resto del departamento.
Los habitantes de la Jagua necesitan escoger a sus líderes después de un buen análisis de sus programas, personas capacitadas para regir los destinos del municipio y que tengan hojas de vida honestas y transparentes, y no dejarse llevar por líderes interesados y corruptos.

[email protected]