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Columnista - 9 noviembre, 2013

La inspiración

Por Leonardo José Maya Escribe ilusionado el poeta. Ignora que jamás alcanzará a la musa que lo inspira. Es aventura, es poesía Es un rayo de luna en la noche oscura Es como un disparo al aire O el beso furtivo de un amante Es volátil es esquiva Jamás la encuentras si la buscas Ella […]

Por Leonardo José Maya

Escribe ilusionado el poeta. Ignora que jamás alcanzará a la musa que lo inspira.

Es aventura, es poesía
Es un rayo de luna en la noche oscura
Es como un disparo al aire
O el beso furtivo de un amante
Es volátil es esquiva
Jamás la encuentras si la buscas
Ella viene cuando quiere
Nunca está donde la imaginas
Es extraña su condición.
Nadie la controla, nadie la conquista
Es ella, radiante y espléndida
Ella es la inspiración.

Me olvidarás

Me olvidarás, lo sé
Pero, ay de ti  cuando te sientes a esperarme ciertas tardes y yo no llegue
Ay de ti en días de lluvias de vientos serenos
Ay de ti sin nadie que entienda tus penas de amor
Qué sentirás cuando salgan mariposas a tu paso
Qué le dirás a tu soledad 
Mientras tanto yo estaré en paz y sin sentir nada
Para entonces ya estaré en la eternidad.

Prisionero

Alguien escribió para siempre su nombre en mi celda
Cosas del destino o tal vez de Dios 
Después  dibujaron su sonrisa en mis rejas
la miro todos los días sufriendo esta condena,
Yo solo propuse un verso a la suave brisa de una mujer que pasó
Y su mirada sutil me condenó para siempre
He asumido mi pena sabiendo que soy inocente
Para amargarme la noche el carcelero no duerme
Anunciándome tu gracia tan lejos de mí destino.
Mi prisión es cruel y difícil, no hay estrellas en mi noche
El  verdugo es desalmado, no me tiene compasión
Por sus gestos adivino mi muerte
Pero conozco bien los culpables de mi condición
Fueron tus encantos,  tus labios encendidos
Tu rostro de ángel que tortura mi suerte
Tú me miraste y esa fue prisión
Pero el verdugo soy yo 
Y la celda es mi corazón

Mi última esperanza 

 

Mi última esperanza para llegar a ti es esta botella de mar
En ella he puesto todos mis versos con el secreto deseo de que encuentren tu mirada
No sé cuánto tardarán, yo esperaré con esta poca alma que me queda
Quizás tus ojos se iluminen con mis viejos  anhelos
O tal vez pasen muchos años y mis versos se vuelvan flores
Quizás el tiempo los convierta en mariposas de seda
O tal vez si te llegan solo exista el olvido
Entonces que mi última esperanza no sea la botella encantada
¡Sea  mi última esperanza éste último verso que te escribo!

*Del libro Palabras de Amor

Columnista
9 noviembre, 2013

La inspiración

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Leonardo Maya Amaya

Por Leonardo José Maya Escribe ilusionado el poeta. Ignora que jamás alcanzará a la musa que lo inspira. Es aventura, es poesía Es un rayo de luna en la noche oscura Es como un disparo al aire O el beso furtivo de un amante Es volátil es esquiva Jamás la encuentras si la buscas Ella […]


Por Leonardo José Maya

Escribe ilusionado el poeta. Ignora que jamás alcanzará a la musa que lo inspira.

Es aventura, es poesía
Es un rayo de luna en la noche oscura
Es como un disparo al aire
O el beso furtivo de un amante
Es volátil es esquiva
Jamás la encuentras si la buscas
Ella viene cuando quiere
Nunca está donde la imaginas
Es extraña su condición.
Nadie la controla, nadie la conquista
Es ella, radiante y espléndida
Ella es la inspiración.

Me olvidarás

Me olvidarás, lo sé
Pero, ay de ti  cuando te sientes a esperarme ciertas tardes y yo no llegue
Ay de ti en días de lluvias de vientos serenos
Ay de ti sin nadie que entienda tus penas de amor
Qué sentirás cuando salgan mariposas a tu paso
Qué le dirás a tu soledad 
Mientras tanto yo estaré en paz y sin sentir nada
Para entonces ya estaré en la eternidad.

Prisionero

Alguien escribió para siempre su nombre en mi celda
Cosas del destino o tal vez de Dios 
Después  dibujaron su sonrisa en mis rejas
la miro todos los días sufriendo esta condena,
Yo solo propuse un verso a la suave brisa de una mujer que pasó
Y su mirada sutil me condenó para siempre
He asumido mi pena sabiendo que soy inocente
Para amargarme la noche el carcelero no duerme
Anunciándome tu gracia tan lejos de mí destino.
Mi prisión es cruel y difícil, no hay estrellas en mi noche
El  verdugo es desalmado, no me tiene compasión
Por sus gestos adivino mi muerte
Pero conozco bien los culpables de mi condición
Fueron tus encantos,  tus labios encendidos
Tu rostro de ángel que tortura mi suerte
Tú me miraste y esa fue prisión
Pero el verdugo soy yo 
Y la celda es mi corazón

Mi última esperanza 

 

Mi última esperanza para llegar a ti es esta botella de mar
En ella he puesto todos mis versos con el secreto deseo de que encuentren tu mirada
No sé cuánto tardarán, yo esperaré con esta poca alma que me queda
Quizás tus ojos se iluminen con mis viejos  anhelos
O tal vez pasen muchos años y mis versos se vuelvan flores
Quizás el tiempo los convierta en mariposas de seda
O tal vez si te llegan solo exista el olvido
Entonces que mi última esperanza no sea la botella encantada
¡Sea  mi última esperanza éste último verso que te escribo!

*Del libro Palabras de Amor