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Columnista - 19 octubre, 2011

La Industria del Siglo Veintiuno es el Tráfico y Abuso de Palabras

Desde mí cocina Por Silvia Betancourt Alliegro En cada campaña electoral son pocos los favorecidos por el dinero que circula a raudales, veamos, no exactamente en su orden: los medios, lo publicistas, los periodistas y los médicos. Cuando decimos campaña estamos usando la palabra exacta que desde todas las épocas de emancipaciones se aplica a […]

Desde mí cocina

Por Silvia Betancourt Alliegro
En cada campaña electoral son pocos los favorecidos por el dinero que circula a raudales, veamos, no exactamente en su orden: los medios, lo publicistas, los periodistas y los médicos.
Cuando decimos campaña estamos usando la palabra exacta que desde todas las épocas de emancipaciones se aplica a las beligerancias; por tanto, el movimiento electoral en Colombia es una guerra interna en la que salen a relucir todas las armas, especialmente las verbales.  Los medios, en caso de guerra o conflicto, sobre todo, más que contar la realidad, contribuyen a crearla y  la elección del léxico configura un modo de contar determinado por los intereses del ‘cliente’.
Entonces, los del segundo poder –aún no han podido correrle la banca a la Banca- analizan las intenciones descritas por cada candidato en su Programa y con base a las utopías narradas en tono de Decretos, fabrican audiencias cautivas. Las palabras informan por lo que dicen, pero no hay que olvidar que también lo hacen por lo que no dicen.
Asistimos a la degradación del auténtico sentido de muchos términos sin que se susciten polémicas y denuncias.  El uso del eufemismo en los medios no es compatible con las tareas informativas: entorpecen más que aclaran. Y los medios nos dan ‘asesoría’  para que sigamos en el statu quo.
Los idiomas brindan a sus oradores la posibilidad de ocultar o encubrir la realidad  El uso del eufemismo puede ser peligroso, puesto que oculta o transforma la realidad para las mayorías, que no saben de este tipo de manipulaciones y son las que deciden en cualquier democracia quiénes las van a ayudar en las angustias de la cotidianidad del rebusque, sin sospechar que son conducidas como reses al matadero. El lenguaje de los políticos ‘encripta’ sus verdaderas intenciones, más para ello requieren de un publicista o de un periodista que se atreva a saltar la barrera  de la dignidad ¡por dinero!.
Se entiende que no todos los periodistas son bien remunerados, en ocasiones tienen que buscar medios de subsistencia alternos, sobre todo los de provincia, que se ven obligados a vender publicidad para el medio en que se desempeñan para que les den un porcentaje, esto le quita dignidad y decoro a su trabajo. Tanto así, que algunos se van a las plazas de mercado a ejercer el trueque para llevar algo de comida a sus hogares. Es imposible para ellos ejercitarse en la difusión de la verdad.
Mas, hay algunos que son los dictadores de procesos en los que la comunidad se ve inmersa y perjudicada y usan de peones a los anteriormente descritos.
@yastao

Columnista
19 octubre, 2011

La Industria del Siglo Veintiuno es el Tráfico y Abuso de Palabras

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Silvia Betancourt Alliegro

Desde mí cocina Por Silvia Betancourt Alliegro En cada campaña electoral son pocos los favorecidos por el dinero que circula a raudales, veamos, no exactamente en su orden: los medios, lo publicistas, los periodistas y los médicos. Cuando decimos campaña estamos usando la palabra exacta que desde todas las épocas de emancipaciones se aplica a […]


Desde mí cocina

Por Silvia Betancourt Alliegro
En cada campaña electoral son pocos los favorecidos por el dinero que circula a raudales, veamos, no exactamente en su orden: los medios, lo publicistas, los periodistas y los médicos.
Cuando decimos campaña estamos usando la palabra exacta que desde todas las épocas de emancipaciones se aplica a las beligerancias; por tanto, el movimiento electoral en Colombia es una guerra interna en la que salen a relucir todas las armas, especialmente las verbales.  Los medios, en caso de guerra o conflicto, sobre todo, más que contar la realidad, contribuyen a crearla y  la elección del léxico configura un modo de contar determinado por los intereses del ‘cliente’.
Entonces, los del segundo poder –aún no han podido correrle la banca a la Banca- analizan las intenciones descritas por cada candidato en su Programa y con base a las utopías narradas en tono de Decretos, fabrican audiencias cautivas. Las palabras informan por lo que dicen, pero no hay que olvidar que también lo hacen por lo que no dicen.
Asistimos a la degradación del auténtico sentido de muchos términos sin que se susciten polémicas y denuncias.  El uso del eufemismo en los medios no es compatible con las tareas informativas: entorpecen más que aclaran. Y los medios nos dan ‘asesoría’  para que sigamos en el statu quo.
Los idiomas brindan a sus oradores la posibilidad de ocultar o encubrir la realidad  El uso del eufemismo puede ser peligroso, puesto que oculta o transforma la realidad para las mayorías, que no saben de este tipo de manipulaciones y son las que deciden en cualquier democracia quiénes las van a ayudar en las angustias de la cotidianidad del rebusque, sin sospechar que son conducidas como reses al matadero. El lenguaje de los políticos ‘encripta’ sus verdaderas intenciones, más para ello requieren de un publicista o de un periodista que se atreva a saltar la barrera  de la dignidad ¡por dinero!.
Se entiende que no todos los periodistas son bien remunerados, en ocasiones tienen que buscar medios de subsistencia alternos, sobre todo los de provincia, que se ven obligados a vender publicidad para el medio en que se desempeñan para que les den un porcentaje, esto le quita dignidad y decoro a su trabajo. Tanto así, que algunos se van a las plazas de mercado a ejercer el trueque para llevar algo de comida a sus hogares. Es imposible para ellos ejercitarse en la difusión de la verdad.
Mas, hay algunos que son los dictadores de procesos en los que la comunidad se ve inmersa y perjudicada y usan de peones a los anteriormente descritos.
@yastao