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Columnista - 6 marzo, 2018

La indigencia es un problema mayor

La Cámara de Comercio de Bogotá D.C. en el año 1996 en la investigación: ‘Habitantes de la calle: un estudio sobre el cartucho’, definió la indigencia como aquella “incapacidad para solventar la subsistencia en razón a la edad, limitaciones físicas o mentales u otras condiciones no controlables, por lo cual se depende de las estructuras […]

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La Cámara de Comercio de Bogotá D.C. en el año 1996 en la investigación: ‘Habitantes de la calle: un estudio sobre el cartucho’, definió la indigencia como aquella “incapacidad para solventar la subsistencia en razón a la edad, limitaciones físicas o mentales u otras condiciones no controlables, por lo cual se depende de las estructuras familiares sucedáneas de protección”, haciendo énfasis una vez más en la raíz de una problemática que, junto a la pobreza extrema, representa una de las fallas más grandes del Estado en materia de planes preventivos y el cubrimiento de un sector vital como es la educación, esto, sin desconocer otras causales que no son imputables al Estado y que tienen que ver más con decisiones personales.

La ciudad de Valledupar no se escapa de esta problemática. Hace un par de días me topé con varios actores de la indigencia en distintos sitios de la ciudad. Estas personas se encuentran en un universo oscuro lleno de consumo de alcohol y alucinógenos, hurtos, lesiones personales, homicidios, cobro de vacunas, entre otros ilícitos que agravan aún más las condiciones de vida en las que se encuentran.

Según cifras arrojadas por el Dane y otras organizaciones no gubernamentales dedicadas al estudio de esta materia, en Colombia hay por lo menos 40.000 personas en condición de indigencia extrema, cifra alarmante. Este fenómeno representa un gran activo para las organizaciones criminales que se valen de la posición en la que se encuentra la persona indigente para cometer ilícitos y lograr sus cometidos.

En mi concepto el asunto de la indigencia requiere ser combatido con planes de acción que sean estructurados bajo el tenor de los principios de eficacia e integralidad. Pedagogía permanente sobre riesgos de la indigencia, programas de protección y rehabilitación, formación en educación media y tecnológica y la generación de alternativas de empleo, podría ser la respuesta más contundente frente a esa fragilidad social que imposibilita el cumplimiento de los fines del Estado.

Al confrontar enteramente la indigencia son muchos los logros que podríamos obtener. Se dan golpes contundentes a la criminalidad, se neutraliza el constante aumento de la pobreza e indigencia extrema y se lograr un mejor aspecto de ciudad.

La problemática hay que encararla con mucha seriedad. La administración del municipio de Valledupar está en la obligación de trabajarle al tema, personalmente, hasta el momento no he observado medidas serias al respecto. No se trata de simples personas deambulando por las calles, la indigencia es un problema mayor.

@camilopintom

Columnista
6 marzo, 2018

La indigencia es un problema mayor

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Camilo Pinto

La Cámara de Comercio de Bogotá D.C. en el año 1996 en la investigación: ‘Habitantes de la calle: un estudio sobre el cartucho’, definió la indigencia como aquella “incapacidad para solventar la subsistencia en razón a la edad, limitaciones físicas o mentales u otras condiciones no controlables, por lo cual se depende de las estructuras […]


La Cámara de Comercio de Bogotá D.C. en el año 1996 en la investigación: ‘Habitantes de la calle: un estudio sobre el cartucho’, definió la indigencia como aquella “incapacidad para solventar la subsistencia en razón a la edad, limitaciones físicas o mentales u otras condiciones no controlables, por lo cual se depende de las estructuras familiares sucedáneas de protección”, haciendo énfasis una vez más en la raíz de una problemática que, junto a la pobreza extrema, representa una de las fallas más grandes del Estado en materia de planes preventivos y el cubrimiento de un sector vital como es la educación, esto, sin desconocer otras causales que no son imputables al Estado y que tienen que ver más con decisiones personales.

La ciudad de Valledupar no se escapa de esta problemática. Hace un par de días me topé con varios actores de la indigencia en distintos sitios de la ciudad. Estas personas se encuentran en un universo oscuro lleno de consumo de alcohol y alucinógenos, hurtos, lesiones personales, homicidios, cobro de vacunas, entre otros ilícitos que agravan aún más las condiciones de vida en las que se encuentran.

Según cifras arrojadas por el Dane y otras organizaciones no gubernamentales dedicadas al estudio de esta materia, en Colombia hay por lo menos 40.000 personas en condición de indigencia extrema, cifra alarmante. Este fenómeno representa un gran activo para las organizaciones criminales que se valen de la posición en la que se encuentra la persona indigente para cometer ilícitos y lograr sus cometidos.

En mi concepto el asunto de la indigencia requiere ser combatido con planes de acción que sean estructurados bajo el tenor de los principios de eficacia e integralidad. Pedagogía permanente sobre riesgos de la indigencia, programas de protección y rehabilitación, formación en educación media y tecnológica y la generación de alternativas de empleo, podría ser la respuesta más contundente frente a esa fragilidad social que imposibilita el cumplimiento de los fines del Estado.

Al confrontar enteramente la indigencia son muchos los logros que podríamos obtener. Se dan golpes contundentes a la criminalidad, se neutraliza el constante aumento de la pobreza e indigencia extrema y se lograr un mejor aspecto de ciudad.

La problemática hay que encararla con mucha seriedad. La administración del municipio de Valledupar está en la obligación de trabajarle al tema, personalmente, hasta el momento no he observado medidas serias al respecto. No se trata de simples personas deambulando por las calles, la indigencia es un problema mayor.

@camilopintom