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Columnista - 13 mayo, 2022

La incultura ataca las esculturas

¿Quién conocedor del vallenato dudaría que Rafael Escalona Martínez, Consuelo Araujonoguera, Leandro Diaz Duarte o Alejandro Durán Díaz, por solo mencionar algunos, merecen una escultura o un busto, por lo menos en los pueblos donde nacieron?

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Han pasado más de 60 años desde cuando en Valledupar y la región se decidió que la cultura y más concretamente la música folclórica nuestra, llamada vallenato, sería nuestro referente a nivel nacional e internacional y solo hasta en los últimos cinco años nos dimos cuenta que se hacía necesario, de una parte, convertirnos en vitrina turística por nuestra música, y de otra, rendirle un sentido homenaje a aquellos artistas que lograron penetrar en el alma y corazón de colombianos y extranjeros creando museos, parques temáticos, esculturas y otros símbolos que nos identifican.

¿Quién conocedor del vallenato dudaría que Rafael Escalona Martínez, Consuelo Araujonoguera, Leandro Diaz Duarte o Alejandro Durán Díaz, por solo mencionar algunos, merecen una escultura o un busto, por lo menos en los pueblos donde nacieron?

¿Cuál experto en música del Caribe colombiano pensaría que con los aportes de cantantes como Diomedes Díaz o Jorge Oñate no amerita que los gobernantes locales le rindan homenaje con un monumento que tenga su rostro o su figura? 

Bueno en Colombia se puso de moda en redes sociales la foto al lado de la escultura de Diomedes o de su hijo Martín Elías. Un alto porcentaje de visitantes de Valledupar en los últimos cinco años tiene una foto con alguna de estas imágenes, ello es un importante indicador.

Pero al parecer lo que es bonito para el turista, no lo es tanto para el nativo, el vandalismo se tomó a Valledupar y en particular a nuestra maltrecha cultura, más se demoraron en develar la escultura de Jorge Oñate que en vandalizarla, ya antes lo habían hecho con Diomedes, Martín, Kaleth, Villazón y demás.

Ahora las autoridades locales al parecer van a gastar más recursos en restaurar permanentemente esas esculturas que lo que costaron las originales. No hay derecho. Ustedes creen que se justifica poner un policía 24/7 al lado de cada estatua. ¿Cuál es el mensaje que mandamos los vallenatos al resto del País con ese tipo de actitud?

Algunos otros municipios y poblaciones del departamento han venido emulando a Valledupar con imágenes de sus juglares y artistas representativos, ojalá que el mal ejemplo de la capital no sea secundado en esas poblaciones y los delincuentes que pululan por todos lados, no hagan lo mismo.

Propongo que se ataque esta forma de delincuencia poniendo en los ojos de las esculturas unas cámaras que capten información que conduzca a la judicialización de los facinerosos. El daño en bien ajeno consagrado en el Artículo 265 del Código Penal Colombiano se agrava cuando “4. Sobre objetos de interés científico, histórico, asistencial, educativo, cultural, artístico, sobre bien de uso público, de utilidad social, o sobre bienes que conforman el patrimonio cultural de la Nación.” Luego entonces lo que falta es una captura y la aplicación de una pena ejemplarizante que se haga pública, a ver si se escarmienta.      

COLOFÓN: En la polarización política e ideológica estamos tocando fondo, los últimos acontecimientos indican que no estamos preparados para el cambio brusco que cada día se ve más cerca, la derecha emplea todas las formas de lucha para intentar quedarse y a ello le incluye injusticia, los ánimos están demasiado caldeados, tenemos mucha experiencia en violencia interna, no quiero ni pensar en que volvamos a enfrentarnos físicamente entre los mismos colombianos, solo porque quienes históricamente han detentado el poder no quieren darle chance a los demás.   

Columnista
13 mayo, 2022

La incultura ataca las esculturas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

¿Quién conocedor del vallenato dudaría que Rafael Escalona Martínez, Consuelo Araujonoguera, Leandro Diaz Duarte o Alejandro Durán Díaz, por solo mencionar algunos, merecen una escultura o un busto, por lo menos en los pueblos donde nacieron?


Han pasado más de 60 años desde cuando en Valledupar y la región se decidió que la cultura y más concretamente la música folclórica nuestra, llamada vallenato, sería nuestro referente a nivel nacional e internacional y solo hasta en los últimos cinco años nos dimos cuenta que se hacía necesario, de una parte, convertirnos en vitrina turística por nuestra música, y de otra, rendirle un sentido homenaje a aquellos artistas que lograron penetrar en el alma y corazón de colombianos y extranjeros creando museos, parques temáticos, esculturas y otros símbolos que nos identifican.

¿Quién conocedor del vallenato dudaría que Rafael Escalona Martínez, Consuelo Araujonoguera, Leandro Diaz Duarte o Alejandro Durán Díaz, por solo mencionar algunos, merecen una escultura o un busto, por lo menos en los pueblos donde nacieron?

¿Cuál experto en música del Caribe colombiano pensaría que con los aportes de cantantes como Diomedes Díaz o Jorge Oñate no amerita que los gobernantes locales le rindan homenaje con un monumento que tenga su rostro o su figura? 

Bueno en Colombia se puso de moda en redes sociales la foto al lado de la escultura de Diomedes o de su hijo Martín Elías. Un alto porcentaje de visitantes de Valledupar en los últimos cinco años tiene una foto con alguna de estas imágenes, ello es un importante indicador.

Pero al parecer lo que es bonito para el turista, no lo es tanto para el nativo, el vandalismo se tomó a Valledupar y en particular a nuestra maltrecha cultura, más se demoraron en develar la escultura de Jorge Oñate que en vandalizarla, ya antes lo habían hecho con Diomedes, Martín, Kaleth, Villazón y demás.

Ahora las autoridades locales al parecer van a gastar más recursos en restaurar permanentemente esas esculturas que lo que costaron las originales. No hay derecho. Ustedes creen que se justifica poner un policía 24/7 al lado de cada estatua. ¿Cuál es el mensaje que mandamos los vallenatos al resto del País con ese tipo de actitud?

Algunos otros municipios y poblaciones del departamento han venido emulando a Valledupar con imágenes de sus juglares y artistas representativos, ojalá que el mal ejemplo de la capital no sea secundado en esas poblaciones y los delincuentes que pululan por todos lados, no hagan lo mismo.

Propongo que se ataque esta forma de delincuencia poniendo en los ojos de las esculturas unas cámaras que capten información que conduzca a la judicialización de los facinerosos. El daño en bien ajeno consagrado en el Artículo 265 del Código Penal Colombiano se agrava cuando “4. Sobre objetos de interés científico, histórico, asistencial, educativo, cultural, artístico, sobre bien de uso público, de utilidad social, o sobre bienes que conforman el patrimonio cultural de la Nación.” Luego entonces lo que falta es una captura y la aplicación de una pena ejemplarizante que se haga pública, a ver si se escarmienta.      

COLOFÓN: En la polarización política e ideológica estamos tocando fondo, los últimos acontecimientos indican que no estamos preparados para el cambio brusco que cada día se ve más cerca, la derecha emplea todas las formas de lucha para intentar quedarse y a ello le incluye injusticia, los ánimos están demasiado caldeados, tenemos mucha experiencia en violencia interna, no quiero ni pensar en que volvamos a enfrentarnos físicamente entre los mismos colombianos, solo porque quienes históricamente han detentado el poder no quieren darle chance a los demás.