Revisando el archivo en el que guardo los artículos de prensa que antes con más frecuencia escribía y pensando en el momento difícil que hoy viven los ganaderos del país, me encontré con un escrito que titulé “Los tratados de libre comercio, un reto para todos”, cuyo contenido sigue vigente y en ese momento decía […]
Revisando el archivo en el que guardo los artículos de prensa que antes con más frecuencia escribía y pensando en el momento difícil que hoy viven los ganaderos del país, me encontré con un escrito que titulé “Los tratados de libre comercio, un reto para todos”, cuyo contenido sigue vigente y en ese momento decía lo siguiente:
Colombia inició, desde 2004, una acelerada carrera para internacionalizar la economía, mediante el mecanismo de los TLC. Muchos de los tratados suscritos se encuentran vigentes para beneficio de los países firmantes diferentes al nuestro, ya que no contamos con acceso sanitario a estos; en la mayoría de las negociaciones, si no en todas, se desconoció la realidad de la ganadería nacional, la cual mayoritariamente es ejercitada por pequeños y medianos productores, enfrentados, a todos los obstáculos posibles en su desarrollo.
Pero como no podemos seguir llorando sobre la leche derramada, ante la realidad de los tratados suscritos y la obligación de abrir el mercado nacional a productores de otros países, es necesario que tanto ganaderos como el sector oficial tomemos conciencia de que el reto planteado es para todos y no solo para los ganaderos.
La sostenibilidad futura del negocio ganadero nacional dependerá de los costos de producción de otros países, los cuales serán el referente para vender la producción de leche o carne; el ganadero que tome conciencia de esta realidad y asuma el cambio de visión rápidamente, será más eficiente, aprovechará las condiciones naturales favorables de nuestra ubicación geográfica, ajustando su sistema productivo, buscando menores costos de producción para pelear los mercados y se alejará de la amenaza de desaparecer como ganadero. Este es el reto fundamental para todo ganadero pequeño o mediano que pretenda continuar en la actividad.
Repito, el reto es de todos, por ello también es necesario e impostergable que aquellas instancias gubernamentales en donde se definen las políticas sectoriales participen con decisión y rapidez estableciendo instrumentos propiciatorios con los presupuestos necesarios y ejecutando acciones de la mano del ganadero, le permitan al país y a estos colombianos aprovechar los mercados ampliados que brindan los TLC; el sector oficial no puede circunscribirse a brindar créditos cuyas condiciones no se ajustan a la realidad ganadera actual y se ofrecen a través de bancos que les interesa más el manejo de los recursos de familias en acción y otros programas de gobierno que apoyar el futuro del campo.
Creemos que es urgente establecer líneas de crédito de fácil y real acceso, con condiciones de tasas y plazos adecuados al momento difícil que está afrontando la ganadería, acompañadas de incentivos y capital de riesgo oficial para ajustar y propiciar la modernización de la infraestructura productiva del sector.
Facilitando, con líneas blandas y aportes de capital oficial de riesgo, el desarrollo de canales de comercialización directa a los productores. Restableciendo sistemas de pagos al ganadero que relacionen, de manera directa, el precio al productor con el precio al consumidor.
Promoviendo y propiciando, con instrumentos de política adecuados y aportes de capital oficial de riesgo, esquemas asociativos de producción, transformación y comercialización que sean grandes, eficientes y vinculantes de los productores, los inversionistas y los consumidores. (Empresas grandes ajenas al individualismo).
[email protected]
Revisando el archivo en el que guardo los artículos de prensa que antes con más frecuencia escribía y pensando en el momento difícil que hoy viven los ganaderos del país, me encontré con un escrito que titulé “Los tratados de libre comercio, un reto para todos”, cuyo contenido sigue vigente y en ese momento decía […]
Revisando el archivo en el que guardo los artículos de prensa que antes con más frecuencia escribía y pensando en el momento difícil que hoy viven los ganaderos del país, me encontré con un escrito que titulé “Los tratados de libre comercio, un reto para todos”, cuyo contenido sigue vigente y en ese momento decía lo siguiente:
Colombia inició, desde 2004, una acelerada carrera para internacionalizar la economía, mediante el mecanismo de los TLC. Muchos de los tratados suscritos se encuentran vigentes para beneficio de los países firmantes diferentes al nuestro, ya que no contamos con acceso sanitario a estos; en la mayoría de las negociaciones, si no en todas, se desconoció la realidad de la ganadería nacional, la cual mayoritariamente es ejercitada por pequeños y medianos productores, enfrentados, a todos los obstáculos posibles en su desarrollo.
Pero como no podemos seguir llorando sobre la leche derramada, ante la realidad de los tratados suscritos y la obligación de abrir el mercado nacional a productores de otros países, es necesario que tanto ganaderos como el sector oficial tomemos conciencia de que el reto planteado es para todos y no solo para los ganaderos.
La sostenibilidad futura del negocio ganadero nacional dependerá de los costos de producción de otros países, los cuales serán el referente para vender la producción de leche o carne; el ganadero que tome conciencia de esta realidad y asuma el cambio de visión rápidamente, será más eficiente, aprovechará las condiciones naturales favorables de nuestra ubicación geográfica, ajustando su sistema productivo, buscando menores costos de producción para pelear los mercados y se alejará de la amenaza de desaparecer como ganadero. Este es el reto fundamental para todo ganadero pequeño o mediano que pretenda continuar en la actividad.
Repito, el reto es de todos, por ello también es necesario e impostergable que aquellas instancias gubernamentales en donde se definen las políticas sectoriales participen con decisión y rapidez estableciendo instrumentos propiciatorios con los presupuestos necesarios y ejecutando acciones de la mano del ganadero, le permitan al país y a estos colombianos aprovechar los mercados ampliados que brindan los TLC; el sector oficial no puede circunscribirse a brindar créditos cuyas condiciones no se ajustan a la realidad ganadera actual y se ofrecen a través de bancos que les interesa más el manejo de los recursos de familias en acción y otros programas de gobierno que apoyar el futuro del campo.
Creemos que es urgente establecer líneas de crédito de fácil y real acceso, con condiciones de tasas y plazos adecuados al momento difícil que está afrontando la ganadería, acompañadas de incentivos y capital de riesgo oficial para ajustar y propiciar la modernización de la infraestructura productiva del sector.
Facilitando, con líneas blandas y aportes de capital oficial de riesgo, el desarrollo de canales de comercialización directa a los productores. Restableciendo sistemas de pagos al ganadero que relacionen, de manera directa, el precio al productor con el precio al consumidor.
Promoviendo y propiciando, con instrumentos de política adecuados y aportes de capital oficial de riesgo, esquemas asociativos de producción, transformación y comercialización que sean grandes, eficientes y vinculantes de los productores, los inversionistas y los consumidores. (Empresas grandes ajenas al individualismo).
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