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Columnista - 17 noviembre, 2011

La idea de progreso

MEDIO AMBIENTE Por: Hernán Maestre Martínez Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia.  Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar.  Hagamos causa común para que el Embalse  Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego. Entre 1750 y 1900, tanto en la mentalidad popular […]

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MEDIO AMBIENTE

Por: Hernán Maestre Martínez

Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia.  Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar.  Hagamos causa común para que el Embalse  Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.

Entre 1750 y 1900, tanto en la mentalidad popular como en los círculos intelectuales, la idea de progreso de ser una de las ideas importantes de la civilización occidental, pasó a convertirse en la idea dominante, incluso teniendo en cuenta la creciente importancia de ideas como las de igualdad, justicia social y soberanía popular que también fueron focos directrices durante este período señalado. Pero el concepto de progreso es claramente central porque es el contexto en que esas otras ideas viven y se desarrollan; gracias a la idea de progreso, las ideas de libertad, igualdad y soberanía popular, dejaron de ser anhelos para convertirse en objetivos que nosotros los seres humanos queríamos lograr aquí en la tierra.
Esta noción de progreso se vio fuertemente reforzada en la modernidad, a partir de los vertiginosos cambios originados en el orden social: numerosos inventos, producción incrementada de bienes, avances reales y aparentes en todos los órdenes de la vida a partir del siglo XVII. Sin embargo, esta noción se ve ahora fuertemente cuestionada. Actualmente existe un gran vacío en los valores y una pérdida de sentido y significado de la vida humana, debido en gran medida, al contundente y rotundo fracaso que ha demostrado dicha noción.
La ilusión de progreso creciente e incesante, de mayores niveles de consumo y de manejo de tiempo de ocio, creado en la mente y los sueños colectivos de las personas de nuestro tiempo se han convertido en un espejismo. Los grandes beneficios que ha traído consigo la modernidad como son el incremento de la esperanza de vida  al nacer, la elevación de los niveles de vida de grandes sectores de la humanidad, la mecanización de muchos procesos de producción que anteriormente requerían de la mano de obra humana como fuerza bruta, la extensión de la educación, las artes y las ciencias a sectores más amplios de la población, la ampliación de los avances tecnológicos a la vida cotidiana; en una palabra. la elevación del nivel y la calidad de vida de grandes sectores de la población tienen procesos asociados a este progreso que afecta negativamente esta mencionada calidad de vida.
Digamos que el paraíso prometido, el Edén, ha venido acompañado de los Siete Jinetes del Apocalipsis: los beneficios del  control y el dominio que se ejerce sobre la naturaleza no se han transformado en instrumentos de libertad humana. De hecho, el dominio y control que se ha pretendido tener sobre la NATURALEZA, actualmente presenta efectos acumulativos que se revierten sobre el controlador universal; el ser humano ha pasado a ser un medio y no un fin, y el bienestar de unos cuantos ha significado el empobrecimiento de muchos. Es en esta época en la que la vida humana no tienen ningún significado ni importancia en el pensamiento de las mayorías, y para ello, sólo basta con encender el televisor o la radio y ver o escuchar un programa de noticias en el que se da cuenta de un sinnúmero de desastres y desgracias humanas y esto ya se constituye en la normalidad cotidiana, que ya no conmueve a nadie. La importancia de la vida, al parecer en nuestro tiempo sólo es en función de su utilidad.
Sobre la humanidad, como nunca antes en la historia, se cierne la amenaza de su propia destrucción, ya sea por la insostenibilidad del estilo de vida de las sociedades contemporáneas  o por la amenaza de armas nucleares o biológicas de una nación contra otra.

NOTA BREVE:

Presento mis excusas por no haber asistido al evento de exaltación de nuestra excelente y sobresaliente escritora Mary Daza Orozco, persona muy cara a mis afectos. La no presencia se debió a que me encontraba con quebrantos de salud .Espero confiado acepte mis excusas y me siga teniendo en la lista de sus admiradores y amigos.

Columnista
17 noviembre, 2011

La idea de progreso

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

MEDIO AMBIENTE Por: Hernán Maestre Martínez Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia.  Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar.  Hagamos causa común para que el Embalse  Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego. Entre 1750 y 1900, tanto en la mentalidad popular […]


MEDIO AMBIENTE

Por: Hernán Maestre Martínez

Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia.  Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar.  Hagamos causa común para que el Embalse  Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.

Entre 1750 y 1900, tanto en la mentalidad popular como en los círculos intelectuales, la idea de progreso de ser una de las ideas importantes de la civilización occidental, pasó a convertirse en la idea dominante, incluso teniendo en cuenta la creciente importancia de ideas como las de igualdad, justicia social y soberanía popular que también fueron focos directrices durante este período señalado. Pero el concepto de progreso es claramente central porque es el contexto en que esas otras ideas viven y se desarrollan; gracias a la idea de progreso, las ideas de libertad, igualdad y soberanía popular, dejaron de ser anhelos para convertirse en objetivos que nosotros los seres humanos queríamos lograr aquí en la tierra.
Esta noción de progreso se vio fuertemente reforzada en la modernidad, a partir de los vertiginosos cambios originados en el orden social: numerosos inventos, producción incrementada de bienes, avances reales y aparentes en todos los órdenes de la vida a partir del siglo XVII. Sin embargo, esta noción se ve ahora fuertemente cuestionada. Actualmente existe un gran vacío en los valores y una pérdida de sentido y significado de la vida humana, debido en gran medida, al contundente y rotundo fracaso que ha demostrado dicha noción.
La ilusión de progreso creciente e incesante, de mayores niveles de consumo y de manejo de tiempo de ocio, creado en la mente y los sueños colectivos de las personas de nuestro tiempo se han convertido en un espejismo. Los grandes beneficios que ha traído consigo la modernidad como son el incremento de la esperanza de vida  al nacer, la elevación de los niveles de vida de grandes sectores de la humanidad, la mecanización de muchos procesos de producción que anteriormente requerían de la mano de obra humana como fuerza bruta, la extensión de la educación, las artes y las ciencias a sectores más amplios de la población, la ampliación de los avances tecnológicos a la vida cotidiana; en una palabra. la elevación del nivel y la calidad de vida de grandes sectores de la población tienen procesos asociados a este progreso que afecta negativamente esta mencionada calidad de vida.
Digamos que el paraíso prometido, el Edén, ha venido acompañado de los Siete Jinetes del Apocalipsis: los beneficios del  control y el dominio que se ejerce sobre la naturaleza no se han transformado en instrumentos de libertad humana. De hecho, el dominio y control que se ha pretendido tener sobre la NATURALEZA, actualmente presenta efectos acumulativos que se revierten sobre el controlador universal; el ser humano ha pasado a ser un medio y no un fin, y el bienestar de unos cuantos ha significado el empobrecimiento de muchos. Es en esta época en la que la vida humana no tienen ningún significado ni importancia en el pensamiento de las mayorías, y para ello, sólo basta con encender el televisor o la radio y ver o escuchar un programa de noticias en el que se da cuenta de un sinnúmero de desastres y desgracias humanas y esto ya se constituye en la normalidad cotidiana, que ya no conmueve a nadie. La importancia de la vida, al parecer en nuestro tiempo sólo es en función de su utilidad.
Sobre la humanidad, como nunca antes en la historia, se cierne la amenaza de su propia destrucción, ya sea por la insostenibilidad del estilo de vida de las sociedades contemporáneas  o por la amenaza de armas nucleares o biológicas de una nación contra otra.

NOTA BREVE:

Presento mis excusas por no haber asistido al evento de exaltación de nuestra excelente y sobresaliente escritora Mary Daza Orozco, persona muy cara a mis afectos. La no presencia se debió a que me encontraba con quebrantos de salud .Espero confiado acepte mis excusas y me siga teniendo en la lista de sus admiradores y amigos.