Este año no es un año normal. El mundo hace grandes debates sobre la conservación del agua y la situación en Colombia con la presencia del fenómeno de El Niño parece agravarse cada vez más. Las fotografías de ríos secos, ríos de piedra y arena, de personas comprando agua en carrotanques o haciendo largas filas […]
Este año no es un año normal. El mundo hace grandes debates sobre la conservación del agua y la situación en Colombia con la presencia del fenómeno de El Niño parece agravarse cada vez más. Las fotografías de ríos secos, ríos de piedra y arena, de personas comprando agua en carrotanques o haciendo largas filas para recibir de parte de los organismos de socorro un poco del preciado líquido para satisfacer sus necesidades diarias, reflejan la crónica de una crisis anunciada.
En la última década, cada 22 de marzo, cuando se celebraba el Día Mundial del Agua, los mensajes eran enfocados a cuidar los afluentes, los nacimientos de agua, la flora, el medio ambiente en general, porque se presentía que lo que ocurre hoy día, tarde o temprano llegaría. No prestamos atención y la crisis llegó.
Observar el río Guatapurí con un caudal tan bajo es la muestra más fehaciente de la crítica situación ambiental. La Corporación Autónoma Regional del Cesar tiene claro el panorama: la afectación del caudal es de más del 50 por ciento, dato que es fácil comprobar porque antes de El Niño el nivel base era de 11.200 litros por segundo, medida que ha llegado 4.920 litros por segundo.
Hoy EL PILÓN multiplica el mensaje del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon: «Para eliminar los múltiples problemas relacionados con el agua, debemos trabajar con un espíritu de cooperación urgente, con mente abierta a las nuevas ideas y la innovación, y dispuestos a compartir las soluciones que todos necesitamos para un futuro sostenible».
Aunque este año el Día Mundial del Agua es época de Semana Santa, no debe pasar desapercibido tal mensaje, por el contrario estamos obligados a reflexionar de manera más profunda y sincera lo que cada ser humano está haciendo por la conservación del agua. ¿En el Cesar qué estamos haciendo para cuidar nuestros afluentes? ¿En los hogares cómo estamos enseñando a los niños a cuidar el medio ambiente? ¿Qué hacen los colegios, las universidades para conservar el agua?
Hoy, 22 de marzo, es un día para destacar la función esencial del agua y propiciar mejoras para la población mundial que sufre problemas relacionados con el agua. Es un día para debatir cómo debemos gestionar los recursos hídricos en el futuro. Ese es el mensaje que debe quedarnos de esta celebración, si así puede llamársele.
Esta sequía pasará y llegará la época de invierno que volverá a llenar los ríos. A partir de ahí qué vamos a hacer para enfrentar en un futuro otra sequía. Río de Oro, El Paso, Astrea, Aguachica, entre otros municipios del Cesar, ya saben lo que es padecer por falta de agua, ¿qué harán sus alcaldes?
Este año no es un año normal. El mundo hace grandes debates sobre la conservación del agua y la situación en Colombia con la presencia del fenómeno de El Niño parece agravarse cada vez más. Las fotografías de ríos secos, ríos de piedra y arena, de personas comprando agua en carrotanques o haciendo largas filas […]
Este año no es un año normal. El mundo hace grandes debates sobre la conservación del agua y la situación en Colombia con la presencia del fenómeno de El Niño parece agravarse cada vez más. Las fotografías de ríos secos, ríos de piedra y arena, de personas comprando agua en carrotanques o haciendo largas filas para recibir de parte de los organismos de socorro un poco del preciado líquido para satisfacer sus necesidades diarias, reflejan la crónica de una crisis anunciada.
En la última década, cada 22 de marzo, cuando se celebraba el Día Mundial del Agua, los mensajes eran enfocados a cuidar los afluentes, los nacimientos de agua, la flora, el medio ambiente en general, porque se presentía que lo que ocurre hoy día, tarde o temprano llegaría. No prestamos atención y la crisis llegó.
Observar el río Guatapurí con un caudal tan bajo es la muestra más fehaciente de la crítica situación ambiental. La Corporación Autónoma Regional del Cesar tiene claro el panorama: la afectación del caudal es de más del 50 por ciento, dato que es fácil comprobar porque antes de El Niño el nivel base era de 11.200 litros por segundo, medida que ha llegado 4.920 litros por segundo.
Hoy EL PILÓN multiplica el mensaje del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon: «Para eliminar los múltiples problemas relacionados con el agua, debemos trabajar con un espíritu de cooperación urgente, con mente abierta a las nuevas ideas y la innovación, y dispuestos a compartir las soluciones que todos necesitamos para un futuro sostenible».
Aunque este año el Día Mundial del Agua es época de Semana Santa, no debe pasar desapercibido tal mensaje, por el contrario estamos obligados a reflexionar de manera más profunda y sincera lo que cada ser humano está haciendo por la conservación del agua. ¿En el Cesar qué estamos haciendo para cuidar nuestros afluentes? ¿En los hogares cómo estamos enseñando a los niños a cuidar el medio ambiente? ¿Qué hacen los colegios, las universidades para conservar el agua?
Hoy, 22 de marzo, es un día para destacar la función esencial del agua y propiciar mejoras para la población mundial que sufre problemas relacionados con el agua. Es un día para debatir cómo debemos gestionar los recursos hídricos en el futuro. Ese es el mensaje que debe quedarnos de esta celebración, si así puede llamársele.
Esta sequía pasará y llegará la época de invierno que volverá a llenar los ríos. A partir de ahí qué vamos a hacer para enfrentar en un futuro otra sequía. Río de Oro, El Paso, Astrea, Aguachica, entre otros municipios del Cesar, ya saben lo que es padecer por falta de agua, ¿qué harán sus alcaldes?