Como lo resume muy bien la presidenta del Consejo Privado de Competitividad, Rosario Córdoba, se debe implementar, “una estrategia para la recuperación, adaptación y preparación de Colombia a una nueva realidad, compuesta por estos cinco pilares: aparato productivo sofisticado y diversificado, empleo de calidad, hogares con redes de protección social, estabilidad fiscal y Estado fuerte, […]
Como lo resume muy bien la presidenta del Consejo Privado de Competitividad, Rosario Córdoba, se debe implementar, “una estrategia para la recuperación, adaptación y preparación de Colombia a una nueva realidad, compuesta por estos cinco pilares: aparato productivo sofisticado y diversificado, empleo de calidad, hogares con redes de protección social, estabilidad fiscal y Estado fuerte, eficiente y transparente”.
Ello es tanto más importante habida cuenta que, como lo sostiene Rosario Córdoba, “la acción del Estado ha sido fundamental para atender los retos generados en la crisis por el covid–19 y será crucial para minimizar los efectos negativos a largo plazo y asegurar una recuperación rápida”. Basta ya de buenos propósitos y de pactos voluntaristas por el crecimiento y el empleo que no conducen a ningún Pereira.
Lo dijo con toda claridad el Foro Económico Mundial: “Colombia hace parte del grupo de países que debe capitalizar su amplia disponibilidad de recursos energéticos para que, de manera sostenible, pueda maximizar los retornos de la industria y apoyar una mayor diversificación de la economía”. Y Colombia está en mora de tomar en serio este reto, el de la transformación productiva. Esta debe ir acompasada con la Transición energética de la producción y uso de las fuentes de energía de origen fósil hacia las fuentes no convencionales de energías renovables y limpias, en las que está empeñado el país.
Este es el camino para que la economía nacional se enganche y se acople a la cuarta revolución industrial (4.0), incorporando la digitalización, la Big Data y la inteligencia artificial (IA) en sus procesos y de esta manera progresar en la productividad que, a juicio del Nobel de Economía Paul Krugman, en tratándose de la competitividad “no lo es todo, pero a largo plazo lo es casi todo”.
Como lo afirma el Profesor Akash Goel, “cuando volvamos a estar juntos debemos aprovechar la oportunidad de reimaginar un camino diferente hacia delante”. La secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, sostiene que: “la recuperación debe ser distinta esta vez, basada en sectores verdes, con un gran impulso a la sostenibilidad o de economía verde”, la cual debe estar en el centro de la estrategia de reactivación. Tanto más en cuanto que, como afirma Alicia Bárcena, “estas inversiones alentarían la innovación, nuevos negocios y empleos decentes, efectos positivos en la oferta y demanda agregada en las economías de la región, superiores a los de los sectores tradicionales”. Y añade, “si tomamos estas acciones, saldremos reforzados de esta crisis y podremos decir que fuimos responsables para con la Casa común que se nos ha confiado”.
Esta demostrado, además, que contrariamente a las suposiciones, las inversiones en una economía más sostenible generan muchos más y mejores empleos. Como bien lo dijo el periodista español Luis Bassets, “la crisis por el coronavirus puede ser el ensayo general para la próxima y más grave provocada por el Cambio climático”. ¡Retornar al pasado es retroceder!
Como lo resume muy bien la presidenta del Consejo Privado de Competitividad, Rosario Córdoba, se debe implementar, “una estrategia para la recuperación, adaptación y preparación de Colombia a una nueva realidad, compuesta por estos cinco pilares: aparato productivo sofisticado y diversificado, empleo de calidad, hogares con redes de protección social, estabilidad fiscal y Estado fuerte, […]
Como lo resume muy bien la presidenta del Consejo Privado de Competitividad, Rosario Córdoba, se debe implementar, “una estrategia para la recuperación, adaptación y preparación de Colombia a una nueva realidad, compuesta por estos cinco pilares: aparato productivo sofisticado y diversificado, empleo de calidad, hogares con redes de protección social, estabilidad fiscal y Estado fuerte, eficiente y transparente”.
Ello es tanto más importante habida cuenta que, como lo sostiene Rosario Córdoba, “la acción del Estado ha sido fundamental para atender los retos generados en la crisis por el covid–19 y será crucial para minimizar los efectos negativos a largo plazo y asegurar una recuperación rápida”. Basta ya de buenos propósitos y de pactos voluntaristas por el crecimiento y el empleo que no conducen a ningún Pereira.
Lo dijo con toda claridad el Foro Económico Mundial: “Colombia hace parte del grupo de países que debe capitalizar su amplia disponibilidad de recursos energéticos para que, de manera sostenible, pueda maximizar los retornos de la industria y apoyar una mayor diversificación de la economía”. Y Colombia está en mora de tomar en serio este reto, el de la transformación productiva. Esta debe ir acompasada con la Transición energética de la producción y uso de las fuentes de energía de origen fósil hacia las fuentes no convencionales de energías renovables y limpias, en las que está empeñado el país.
Este es el camino para que la economía nacional se enganche y se acople a la cuarta revolución industrial (4.0), incorporando la digitalización, la Big Data y la inteligencia artificial (IA) en sus procesos y de esta manera progresar en la productividad que, a juicio del Nobel de Economía Paul Krugman, en tratándose de la competitividad “no lo es todo, pero a largo plazo lo es casi todo”.
Como lo afirma el Profesor Akash Goel, “cuando volvamos a estar juntos debemos aprovechar la oportunidad de reimaginar un camino diferente hacia delante”. La secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, sostiene que: “la recuperación debe ser distinta esta vez, basada en sectores verdes, con un gran impulso a la sostenibilidad o de economía verde”, la cual debe estar en el centro de la estrategia de reactivación. Tanto más en cuanto que, como afirma Alicia Bárcena, “estas inversiones alentarían la innovación, nuevos negocios y empleos decentes, efectos positivos en la oferta y demanda agregada en las economías de la región, superiores a los de los sectores tradicionales”. Y añade, “si tomamos estas acciones, saldremos reforzados de esta crisis y podremos decir que fuimos responsables para con la Casa común que se nos ha confiado”.
Esta demostrado, además, que contrariamente a las suposiciones, las inversiones en una economía más sostenible generan muchos más y mejores empleos. Como bien lo dijo el periodista español Luis Bassets, “la crisis por el coronavirus puede ser el ensayo general para la próxima y más grave provocada por el Cambio climático”. ¡Retornar al pasado es retroceder!