Los orígenes de esta música tradicional del Magdalena Grande, su evolución histórica, los lugares de la geografía nacional en que este género tomó fuerza, sus diferentes aires musicales y sus principales cultores harán parte de esta exposición, la primera que da cuenta de la historia del vallenato en el país, con la curaduría del escritor vallenato Alonso Sánchez Baute.
“El vallenato se hizo para contar historias y para reflexionar”, señaló en alguna oportunidad el periodista barranquillero Ernesto McCausland. Gran parte de estas historias y relatos nacidos en las voces de juglares, poetas, músicos, literatos y cantadores, se hacen presentes en la sala de exposiciones y en el hall central de la Biblioteca Nacional de Colombia, en la exposición ‘La Hamaca Grande’.
Los orígenes de esta música tradicional del Magdalena Grande, su evolución histórica, los lugares de la geografía nacional en que este género tomó fuerza, sus diferentes aires musicales y sus principales cultores harán parte de esta exposición, la primera que da cuenta de la historia del vallenato en el país, con la curaduría del escritor vallenato Alonso Sánchez Baute.
Esta manifestación cultural que interpreta el sentir de la región Caribe de Colombia fue incluida en 2015 en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, organismo que hizo un llamado especial para la salvaguardia del vallenato tradicional. La designación se dio luego de las gestiones adelantadas desde 2010 por el Ministerio de Cultura que por medio de la resolución 1321 de mayo de 2014 incluyó la música vallenata tradicional en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional.
La resolución dio pie a la aprobación del Plan Especial de Salvaguardia de la música tradicional vallenata, el cual propone diferentes acciones para la preservación de este género musical, y su apropiación por parte de las nuevas generaciones.
Para la directora de la Biblioteca Nacional de Colombia, Consuelo Gaitán, la exposición ‘La Hamaca Grande’ además de visibilizar esta expresión cultural y los elementos identitarios de esta región del país, es un llamado a valorar la música tradicional vallenata, en cumplimiento de la designación hecha por la Unesco. “Más allá de lo que el vallenato tradicional representa a nivel cultural, no solo en la región Caribe, sino en todo el país, llama la atención de esta manifestación la narrativa de sus canciones. El vallenato tradicional es rico en contenido literario y gracias al poder de la palabra de los juglares, generaciones enteras han disfrutado de relatos con una gran dosis de realismo e imaginación”.
Alonso Sánchez Baute, escritor y curador de ‘La Hamaca Grande’ destaca que es la primera vez que se realiza en Colombia una exposición sobre la historia de la música vallenata, en cumplimiento del decreto de patrimonialización de este género, el cual establece la necesidad de adelantar acciones, a nivel nacional, para su salvaguardia. “Aunque Valledupar es la capital mundial del vallenato, esta música desde hace mucho tiempo dejó de ser de carácter local, y se convirtió en una música nacional, por lo que es necesario que Colombia entera se apropie no solo de los ritmos musicales sino de su historia”, subrayó.
La exposición parte de la pregunta ¿Cuál es el patrimonio que hay que salvaguardar, y por qué? A partir de ese interrogante, y en dos espacios de la Biblioteca Nacional de Colombia: el hall central y la sala de exposiciones los visitantes conocerán la evolución de esta música, partiendo de la utilización de la gaita que interpretaban los indígenas arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, incluso antes de la llegada al país del acordeón, instrumento que, según Sánchez Baute, no llegó procedente de Alemania, como se ha creído popularmente, sino de diversos puertos del Caribe, e incluso ingresó por la ciudad de Cúcuta.
La exposición da cuenta, además, de algunos momentos históricos que ha vivido Colombia, y que han impactado la economía de la región del Magdalena Grande a lo largo del siglo XX, como las bonanzas bananera, algodonera y marimbera, hasta la creación y consolidación del Festival Vallenato, en 1968, gracias a la iniciativa de personalidades como Consuelo Araújo Noguera, Alfonso López Michelsen y Rafael Escalona Martínez.
El componente sonoro ocupa un lugar especial en ‘La Hamaca Grande’, como se verá en la tradicional parranda, la cual será ambientada en el hall central de la Biblioteca Nacional, con un árbol de mango y taburetes, simulando las tertulias musicales de amigos de la costa Caribe. Además, los visitantes podrán conocer, por medio de un sistema de audio, las diferencias de cada uno de los cuatro aires del vallenato: puya, merengue, paseo y son, así como escuchar entrevistas y canciones, o ver perfiles y fotografías de grandes cultores del género como: Bovea y sus vallenatos, Rafael Escalona, Emiliano Zuleta, Lorenzo Morales, Freddy Molina, El Binomio de Oro, Jorge Oñate, Alfredo Gutiérrez, Los Hermanos Zuleta, Diomedes Díaz y Carlos Vives, entre otros.
“La historia del vallenato en Colombia no está totalmente documentada. Hay muchas leyendas como la de Francisco El Hombre, que se han trasmitido de generación en generación. Con esta investigación, producto de un trabajo riguroso que hemos adelantado en los últimos años, buscamos romper paradigmas e ir más allá de los mitos fundacionales del vallenato”, comenta su curador.
Para la investigación, Sánchez Baute realizó diferentes recorridos por pueblos de la región caribe, adelantó conversaciones con expertos y conocedores del vallenato y se realizaron consultas en archivos como el de Señal Memoria de Rtvc, Patrimonio Fílmico y el Centro de Documentación de la Biblioteca Nacional. Además, se obtuvieron valiosos elementos como un Sheng, instrumento musical de origen chino, considerado como el antecedente primario del acordeón, el cual podrá ser apreciado en la exposición.
‘La Hamaca Grande’, cuyo nombre evoca el vallenato sabanero de Adolfo Pacheco, compositor y cantautor nacido en San Jacinto (Bolívar) en 1940, hace alusión a los actuales vientos de inclusión y reconciliación que vive el país. Una hamaca tan grande, que en ella cabe todo el pueblo colombiano, como pretendió, también, su compositor, al querer unir definitivamente lo que se conoce como vallenato-vallenato y vallenato sabanero, tema que se ha convertido en un himno que rinde homenaje a los diestros tejedores de municipios como San Jacinto, Ovejas y Morroa en la triple frontera de los departamentos de Bolívar, Sucre y Córdoba.
La exposición ‘La Hamaca Grande’ incluirá una serie de conversatorios, proyecciones de cine y conferencias magistrales, en la franja denominada “Sesiones vallenatas”. Esta programación académica iniciará el miércoles 23 de mayo con la charla titulada ¿Proteger o momificar el vallenato? con la participación de Rodolfo Quintero y Alberto Salcedo Ramos. El 30 de mayo será la proyección de la película Los Viajes del Viento, con la presencia de su director Ciro Guerra, en conversación con la periodista Sara Araújo.
Los orígenes de esta música tradicional del Magdalena Grande, su evolución histórica, los lugares de la geografía nacional en que este género tomó fuerza, sus diferentes aires musicales y sus principales cultores harán parte de esta exposición, la primera que da cuenta de la historia del vallenato en el país, con la curaduría del escritor vallenato Alonso Sánchez Baute.
“El vallenato se hizo para contar historias y para reflexionar”, señaló en alguna oportunidad el periodista barranquillero Ernesto McCausland. Gran parte de estas historias y relatos nacidos en las voces de juglares, poetas, músicos, literatos y cantadores, se hacen presentes en la sala de exposiciones y en el hall central de la Biblioteca Nacional de Colombia, en la exposición ‘La Hamaca Grande’.
Los orígenes de esta música tradicional del Magdalena Grande, su evolución histórica, los lugares de la geografía nacional en que este género tomó fuerza, sus diferentes aires musicales y sus principales cultores harán parte de esta exposición, la primera que da cuenta de la historia del vallenato en el país, con la curaduría del escritor vallenato Alonso Sánchez Baute.
Esta manifestación cultural que interpreta el sentir de la región Caribe de Colombia fue incluida en 2015 en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, organismo que hizo un llamado especial para la salvaguardia del vallenato tradicional. La designación se dio luego de las gestiones adelantadas desde 2010 por el Ministerio de Cultura que por medio de la resolución 1321 de mayo de 2014 incluyó la música vallenata tradicional en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional.
La resolución dio pie a la aprobación del Plan Especial de Salvaguardia de la música tradicional vallenata, el cual propone diferentes acciones para la preservación de este género musical, y su apropiación por parte de las nuevas generaciones.
Para la directora de la Biblioteca Nacional de Colombia, Consuelo Gaitán, la exposición ‘La Hamaca Grande’ además de visibilizar esta expresión cultural y los elementos identitarios de esta región del país, es un llamado a valorar la música tradicional vallenata, en cumplimiento de la designación hecha por la Unesco. “Más allá de lo que el vallenato tradicional representa a nivel cultural, no solo en la región Caribe, sino en todo el país, llama la atención de esta manifestación la narrativa de sus canciones. El vallenato tradicional es rico en contenido literario y gracias al poder de la palabra de los juglares, generaciones enteras han disfrutado de relatos con una gran dosis de realismo e imaginación”.
Alonso Sánchez Baute, escritor y curador de ‘La Hamaca Grande’ destaca que es la primera vez que se realiza en Colombia una exposición sobre la historia de la música vallenata, en cumplimiento del decreto de patrimonialización de este género, el cual establece la necesidad de adelantar acciones, a nivel nacional, para su salvaguardia. “Aunque Valledupar es la capital mundial del vallenato, esta música desde hace mucho tiempo dejó de ser de carácter local, y se convirtió en una música nacional, por lo que es necesario que Colombia entera se apropie no solo de los ritmos musicales sino de su historia”, subrayó.
La exposición parte de la pregunta ¿Cuál es el patrimonio que hay que salvaguardar, y por qué? A partir de ese interrogante, y en dos espacios de la Biblioteca Nacional de Colombia: el hall central y la sala de exposiciones los visitantes conocerán la evolución de esta música, partiendo de la utilización de la gaita que interpretaban los indígenas arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, incluso antes de la llegada al país del acordeón, instrumento que, según Sánchez Baute, no llegó procedente de Alemania, como se ha creído popularmente, sino de diversos puertos del Caribe, e incluso ingresó por la ciudad de Cúcuta.
La exposición da cuenta, además, de algunos momentos históricos que ha vivido Colombia, y que han impactado la economía de la región del Magdalena Grande a lo largo del siglo XX, como las bonanzas bananera, algodonera y marimbera, hasta la creación y consolidación del Festival Vallenato, en 1968, gracias a la iniciativa de personalidades como Consuelo Araújo Noguera, Alfonso López Michelsen y Rafael Escalona Martínez.
El componente sonoro ocupa un lugar especial en ‘La Hamaca Grande’, como se verá en la tradicional parranda, la cual será ambientada en el hall central de la Biblioteca Nacional, con un árbol de mango y taburetes, simulando las tertulias musicales de amigos de la costa Caribe. Además, los visitantes podrán conocer, por medio de un sistema de audio, las diferencias de cada uno de los cuatro aires del vallenato: puya, merengue, paseo y son, así como escuchar entrevistas y canciones, o ver perfiles y fotografías de grandes cultores del género como: Bovea y sus vallenatos, Rafael Escalona, Emiliano Zuleta, Lorenzo Morales, Freddy Molina, El Binomio de Oro, Jorge Oñate, Alfredo Gutiérrez, Los Hermanos Zuleta, Diomedes Díaz y Carlos Vives, entre otros.
“La historia del vallenato en Colombia no está totalmente documentada. Hay muchas leyendas como la de Francisco El Hombre, que se han trasmitido de generación en generación. Con esta investigación, producto de un trabajo riguroso que hemos adelantado en los últimos años, buscamos romper paradigmas e ir más allá de los mitos fundacionales del vallenato”, comenta su curador.
Para la investigación, Sánchez Baute realizó diferentes recorridos por pueblos de la región caribe, adelantó conversaciones con expertos y conocedores del vallenato y se realizaron consultas en archivos como el de Señal Memoria de Rtvc, Patrimonio Fílmico y el Centro de Documentación de la Biblioteca Nacional. Además, se obtuvieron valiosos elementos como un Sheng, instrumento musical de origen chino, considerado como el antecedente primario del acordeón, el cual podrá ser apreciado en la exposición.
‘La Hamaca Grande’, cuyo nombre evoca el vallenato sabanero de Adolfo Pacheco, compositor y cantautor nacido en San Jacinto (Bolívar) en 1940, hace alusión a los actuales vientos de inclusión y reconciliación que vive el país. Una hamaca tan grande, que en ella cabe todo el pueblo colombiano, como pretendió, también, su compositor, al querer unir definitivamente lo que se conoce como vallenato-vallenato y vallenato sabanero, tema que se ha convertido en un himno que rinde homenaje a los diestros tejedores de municipios como San Jacinto, Ovejas y Morroa en la triple frontera de los departamentos de Bolívar, Sucre y Córdoba.
La exposición ‘La Hamaca Grande’ incluirá una serie de conversatorios, proyecciones de cine y conferencias magistrales, en la franja denominada “Sesiones vallenatas”. Esta programación académica iniciará el miércoles 23 de mayo con la charla titulada ¿Proteger o momificar el vallenato? con la participación de Rodolfo Quintero y Alberto Salcedo Ramos. El 30 de mayo será la proyección de la película Los Viajes del Viento, con la presencia de su director Ciro Guerra, en conversación con la periodista Sara Araújo.