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Columnista - 5 marzo, 2024

La guerra como parte del paisaje (I)

Que la humanidad ha vivido en guerra desde que el mundo es mundo, como se dice, es algo bien sabido. Lo testimonian las sagradas escrituras y la historia mundial de los últimos siglos. Pero, lo grave es que las guerras se conviertan -tristemente- en parte del paisaje, como está sucediendo con el conflicto Ucrania-Rusia, y […]

Que la humanidad ha vivido en guerra desde que el mundo es mundo, como se dice, es algo bien sabido. Lo testimonian las sagradas escrituras y la historia mundial de los últimos siglos. Pero, lo grave es que las guerras se conviertan -tristemente- en parte del paisaje, como está sucediendo con el conflicto Ucrania-Rusia, y la situación de Israel y los palestinos en el Medio Oriente. 

Ya se cumplieron dos años de la invasión de Rusia a Ucrania, bajo el pretexto de recuperar un territorio que fue suyo y resguardarse del avance de la OTAN y con este el de Estados Unidos en Europa. (1). Causa tristeza e impotencia ver como el Ejército Ruso, comandado por Vladimir Putín, arrasa con Ucrania, incluyendo civiles inocentes, ciudades y pueblos, sin ninguna consideración. La ONU solo mira la situación y muy poco o nada hace para frenar esa guerra injusta contra un pueblo como el ucraniano. 

La invasión a Ucrania, al principio, generó el rechazo internacional de la mayor parte del mundo libre, afectó los mercados de petróleo, gas, fertilizantes, y alimentos entre otros sectores de la economía mundial. En Colombia se sintieron los efectos en materia de abastecimiento de fertilizantes y el precio de los alimentos, afectando el bolsillo de los más pobres. Ya van más de siete mil muertos, cerca de doce mil heridos y quinientos desaparecidos. Muchos de estas víctimas mujeres y niños inocentes. 

Estados Unidos y buena parte de Europa, a través de la OTAN, cerraron filas a favor de Ucrania y ha existido un apoyo político, principalmente, pero un poco menos en la parte bélica; como si hubiera un miedo tácito al dictador ruso. Volvimos a los tiempos de la Guerra Fría y Putin y su séquito han utilizado la invasión para atornillarse en el poder con su dictatura comunista. Qué derechos humanos ni qué carajos… 

El conflicto sigue sin solución a la vista; con el problema humanitario sobre el pueblo ucraniano, y el desafío a un esquema de instituciones multilaterales que sirven para muy poco. Pero, lo más triste es que para la mayoría de la gente ese grave conflicto de Ucrania, esa invasión rusa que no tenía ninguna justificación, ha pasado a ser parte del paisaje y hoy parece no interesarle a nadie. Todo indicaría que la globalización no incluye la solidaridad entre los humanos. Y mañana o pasado mañana otro dictador, parecido a Putin, puede hacer otra arbitrariedad mucho mayor y no va a pasar nada. En una próxima oportunidad me referiré al tema de Israel-Palestina, que también ha pasado a ser, tristemente, parte del paisaje. 

Bogotá, marzo de 2024.  

  1. El Tiempo, varias ediciones. Febrero de 2022.

Por: Carlos A. Maestre M. 

Docente U. Externado de Colombia. 

Columnista
5 marzo, 2024

La guerra como parte del paisaje (I)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Alberto Maestre

Que la humanidad ha vivido en guerra desde que el mundo es mundo, como se dice, es algo bien sabido. Lo testimonian las sagradas escrituras y la historia mundial de los últimos siglos. Pero, lo grave es que las guerras se conviertan -tristemente- en parte del paisaje, como está sucediendo con el conflicto Ucrania-Rusia, y […]


Que la humanidad ha vivido en guerra desde que el mundo es mundo, como se dice, es algo bien sabido. Lo testimonian las sagradas escrituras y la historia mundial de los últimos siglos. Pero, lo grave es que las guerras se conviertan -tristemente- en parte del paisaje, como está sucediendo con el conflicto Ucrania-Rusia, y la situación de Israel y los palestinos en el Medio Oriente. 

Ya se cumplieron dos años de la invasión de Rusia a Ucrania, bajo el pretexto de recuperar un territorio que fue suyo y resguardarse del avance de la OTAN y con este el de Estados Unidos en Europa. (1). Causa tristeza e impotencia ver como el Ejército Ruso, comandado por Vladimir Putín, arrasa con Ucrania, incluyendo civiles inocentes, ciudades y pueblos, sin ninguna consideración. La ONU solo mira la situación y muy poco o nada hace para frenar esa guerra injusta contra un pueblo como el ucraniano. 

La invasión a Ucrania, al principio, generó el rechazo internacional de la mayor parte del mundo libre, afectó los mercados de petróleo, gas, fertilizantes, y alimentos entre otros sectores de la economía mundial. En Colombia se sintieron los efectos en materia de abastecimiento de fertilizantes y el precio de los alimentos, afectando el bolsillo de los más pobres. Ya van más de siete mil muertos, cerca de doce mil heridos y quinientos desaparecidos. Muchos de estas víctimas mujeres y niños inocentes. 

Estados Unidos y buena parte de Europa, a través de la OTAN, cerraron filas a favor de Ucrania y ha existido un apoyo político, principalmente, pero un poco menos en la parte bélica; como si hubiera un miedo tácito al dictador ruso. Volvimos a los tiempos de la Guerra Fría y Putin y su séquito han utilizado la invasión para atornillarse en el poder con su dictatura comunista. Qué derechos humanos ni qué carajos… 

El conflicto sigue sin solución a la vista; con el problema humanitario sobre el pueblo ucraniano, y el desafío a un esquema de instituciones multilaterales que sirven para muy poco. Pero, lo más triste es que para la mayoría de la gente ese grave conflicto de Ucrania, esa invasión rusa que no tenía ninguna justificación, ha pasado a ser parte del paisaje y hoy parece no interesarle a nadie. Todo indicaría que la globalización no incluye la solidaridad entre los humanos. Y mañana o pasado mañana otro dictador, parecido a Putin, puede hacer otra arbitrariedad mucho mayor y no va a pasar nada. En una próxima oportunidad me referiré al tema de Israel-Palestina, que también ha pasado a ser, tristemente, parte del paisaje. 

Bogotá, marzo de 2024.  

  1. El Tiempo, varias ediciones. Febrero de 2022.

Por: Carlos A. Maestre M. 

Docente U. Externado de Colombia.