La prestigiosa revista británica “The Economist” publica un artículo en su publicación de ayer jueves 26 de abril, titulado “Pick your poison” o Elige tu veneno, que sugiere que las renovadas relaciones entre Colombia y Venezuela han debilitado la presencia de la guerrilla en la frontera entre los dos países, pero fortalecido la presencia de las bandas criminales.

Dice la revista, citando un informe de la Corporación Nuevo Arcoiris, que al debilitarse la presencia de las FARC y el ELN en la frontera, otras bandas armadas han tomado control de negocios como el contrabando de gasolina y el narcotráfico en la frontera entre La Guajira Colombiana y el estado Venezolano del Zulia.

Dice la revista textualmente: “Desafortunadamente, de acuerdo con el informe, las operaciones de drogas y el contrabando han sido tomadas por bandas internacionales. Venezuela se ha convertido en el principal punto de tránsito para la cocaína colombiana rumbo a Estados Unidos y Europa. Debido a los controles de precios sobre el combustible de Venezuela, un litro de gasolina cuesta dos centavos de dólar en Venezuela, en comparación con un máximo de 1,30 dólares en Colombia – el contrabando es otro negocio lucrativo-. Estas oportunidades han atraído a los Zetas, una violenta mafia mexicana, que se han unido con una banda de Colombia llamada Los Rastrojos. Juntos controlan gran parte del departamento de La Guajira de Colombia y el estado Zulia de Venezuela“.

Este aseveración de la Corporación Arcoiris traida a colación por la mencionada revista, confirma lo que ya se sabe hace varios años: que quienes están detrás del boyante contrabando de gasolina presente en el municipio de La Paz y Valledupar son fuertes bandas criminales como las mencionadas. Y que además, utilizan esa logística de la gasolina para la exportación de cocaína.

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