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Columnista - 6 mayo, 2024

La gallardía del Pollito Herrera…

Muchas veces asumimos posiciones en procesos que la vida nos presenta, cualquiera, con la permisividad del tumulto, se le hace fácil señalar, cuestionar e incluso poner en entredicho la honorabilidad de las personas, sin conocerlas ni someramente. Voy a tocar el tema de Juan David ‘El Pollito’ Herrera, y de paso el de algunos otros […]

Muchas veces asumimos posiciones en procesos que la vida nos presenta, cualquiera, con la permisividad del tumulto, se le hace fácil señalar, cuestionar e incluso poner en entredicho la honorabilidad de las personas, sin conocerlas ni someramente.

Voy a tocar el tema de Juan David ‘El Pollito’ Herrera, y de paso el de algunos otros participantes, porque los hay, del festival más glorioso que tiene el país, un evento de pergaminos en el que todos quieren participar y ganar: el festival de la leyenda Vallenata y sus concursos, en especial el de conjunto típico vallenato, en todas sus categorías.

El señor ‘Pollito’ no alcanzó a llegar a la final y esto generó resquemores, comentarios que iban y venían, descontentos, y de una, se crearon títulos honorarios: ‘El rey del pueblo’, ‘El mejor del mundo’, ‘El rey sin corona’, entre otros.

Igual comenzaron las descalificaciones y los titulares irresponsables en algunos medios, contra los jurados. El hijo que es llorón y la mamá que lo pellizca. 

La polarización del país, sumado a la violencia que nos agobia y echándole sal a la herida. Es complejo todo esto.

“No sirven, no saben, están compraos… son títeres de la fundación”, entre muchos otros epítetos que salieron a relucir porque según los expertos, ellos sí lo son, periodistas algunos, la fundación tiene jurados de bolsillo.

En cuanto a la idoneidad de los jurados, quiero traer a colación el mensaje del ‘Pollito’, en donde encuentro su humildad y gallardía: con toda la madurez, el acordeonero reconoció la decisión del jurado. “Quiero expresar mi conformismo con los resultados, ya fui rey vallenato y hay muchachos muy buenos en el proceso como Omar Hernández, y los demás finalistas a quienes deseo éxito y que gane el mejor, Dios me los bendiga”, señaló en un video, que circuló por todas las redes, el afamado acordeonero. 

Por último, dejó un mensaje que generó confianza: “Nos vemos en el rey de reyes, pueblo”.

Pero además de todo esto, su hijo, que lo acompañó en la presentación, su esposa y el resto de familia, músicos todos, a través de audios y videos respaldaron al jurado, y enviaron a cada uno su voz de apoyo y agradecimiento.

La voz autorizada de Rosendo Romero, poeta, compositor, acordeonero y artista de integral formación, reconoce que el jurado de los concursos no necesariamente ‘debe’ ser músico. 

“Nosotros tenemos 57 años continuos, de estar celebrando este festival, en ese espacio de tiempo, cualquier taxista de Valledupar, que haya vivido estos 57 festivales, cualquier campesino que ya no sube en burro o en una mula pa’ la sierra si no en un carro; cualquier vendedor que haya tenido la suerte de haber vivido en Valledupar todo ese tiempo y más, ya sabe lo que es un acordeón bien tocado, eso no necesita ser músico, aquí cualquiera sabe de vallenato, y sabe de verdad. 

“Porque han sido espectadores por muchos años, por más de sesenta años; uno escucha conceptos de gente que uno cree que por que no es músico no sabe… sí sabe”.

Por último, el llamado a la prudencia; los jurados son seres humanos no infalibles con errores y aciertos; con familia que no necesitan el escarnio público por esa ingrata labor, hecha con amor. Hay que mirarse el rabo de paja antes de…  

Sólo Eso

Eduardo Santos Ortega Vergara

Columnista
6 mayo, 2024

La gallardía del Pollito Herrera…

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eduardo S. Ortega Vergara

Muchas veces asumimos posiciones en procesos que la vida nos presenta, cualquiera, con la permisividad del tumulto, se le hace fácil señalar, cuestionar e incluso poner en entredicho la honorabilidad de las personas, sin conocerlas ni someramente. Voy a tocar el tema de Juan David ‘El Pollito’ Herrera, y de paso el de algunos otros […]


Muchas veces asumimos posiciones en procesos que la vida nos presenta, cualquiera, con la permisividad del tumulto, se le hace fácil señalar, cuestionar e incluso poner en entredicho la honorabilidad de las personas, sin conocerlas ni someramente.

Voy a tocar el tema de Juan David ‘El Pollito’ Herrera, y de paso el de algunos otros participantes, porque los hay, del festival más glorioso que tiene el país, un evento de pergaminos en el que todos quieren participar y ganar: el festival de la leyenda Vallenata y sus concursos, en especial el de conjunto típico vallenato, en todas sus categorías.

El señor ‘Pollito’ no alcanzó a llegar a la final y esto generó resquemores, comentarios que iban y venían, descontentos, y de una, se crearon títulos honorarios: ‘El rey del pueblo’, ‘El mejor del mundo’, ‘El rey sin corona’, entre otros.

Igual comenzaron las descalificaciones y los titulares irresponsables en algunos medios, contra los jurados. El hijo que es llorón y la mamá que lo pellizca. 

La polarización del país, sumado a la violencia que nos agobia y echándole sal a la herida. Es complejo todo esto.

“No sirven, no saben, están compraos… son títeres de la fundación”, entre muchos otros epítetos que salieron a relucir porque según los expertos, ellos sí lo son, periodistas algunos, la fundación tiene jurados de bolsillo.

En cuanto a la idoneidad de los jurados, quiero traer a colación el mensaje del ‘Pollito’, en donde encuentro su humildad y gallardía: con toda la madurez, el acordeonero reconoció la decisión del jurado. “Quiero expresar mi conformismo con los resultados, ya fui rey vallenato y hay muchachos muy buenos en el proceso como Omar Hernández, y los demás finalistas a quienes deseo éxito y que gane el mejor, Dios me los bendiga”, señaló en un video, que circuló por todas las redes, el afamado acordeonero. 

Por último, dejó un mensaje que generó confianza: “Nos vemos en el rey de reyes, pueblo”.

Pero además de todo esto, su hijo, que lo acompañó en la presentación, su esposa y el resto de familia, músicos todos, a través de audios y videos respaldaron al jurado, y enviaron a cada uno su voz de apoyo y agradecimiento.

La voz autorizada de Rosendo Romero, poeta, compositor, acordeonero y artista de integral formación, reconoce que el jurado de los concursos no necesariamente ‘debe’ ser músico. 

“Nosotros tenemos 57 años continuos, de estar celebrando este festival, en ese espacio de tiempo, cualquier taxista de Valledupar, que haya vivido estos 57 festivales, cualquier campesino que ya no sube en burro o en una mula pa’ la sierra si no en un carro; cualquier vendedor que haya tenido la suerte de haber vivido en Valledupar todo ese tiempo y más, ya sabe lo que es un acordeón bien tocado, eso no necesita ser músico, aquí cualquiera sabe de vallenato, y sabe de verdad. 

“Porque han sido espectadores por muchos años, por más de sesenta años; uno escucha conceptos de gente que uno cree que por que no es músico no sabe… sí sabe”.

Por último, el llamado a la prudencia; los jurados son seres humanos no infalibles con errores y aciertos; con familia que no necesitan el escarnio público por esa ingrata labor, hecha con amor. Hay que mirarse el rabo de paja antes de…  

Sólo Eso

Eduardo Santos Ortega Vergara