Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 23 febrero, 2015

La fuerza de la mujer

Lástima el desastre que se vive en Venezuela; la poseedora del recurso petrolero más grande del mundo, la del Salto del Ángel, la caída de agua más alta del mundo, la que fue sueño de muchos colombianos, que iban allá a buscar mejor vida, la que vio nacer a Bolívar, en fin, la también dueña […]

Boton Wpp

Lástima el desastre que se vive en Venezuela; la poseedora del recurso petrolero más grande del mundo, la del Salto del Ángel, la caída de agua más alta del mundo, la que fue sueño de muchos colombianos, que iban allá a buscar mejor vida, la que vio nacer a Bolívar, en fin, la también dueña de una historia de dictaduras, las más terrible: la de Juan Vicente Gómez y luego la de Marcos Pérez Jiménez, vuelve a subsumirse en otra que puede volverse más terrible si se tiene en cuenta la ignorancia del gobernante actual.

En esa bomba de tiempo en que se ha convertido la hermana nación, se alzan las más valerosas voces en contra del derrumbamiento de una nación que lo tiene todo para ser una de las más importantes del mundo; voces de mujeres, valientes que no se atemorizan al tomar las banderas de los que son apresados por protestar y sin miedo se enfrentan a que sean las próximas víctimas de un gobierno que ni sabe para dónde va.

María Corina Machado, con una voz que resuena como una campana, voz valiente, voz política, que no politiquera, de las que aman a la patria, voz que dice verdades, que repudia atropellos, voz que se duele del desastre de su país, es oída en el mundo, y se teme que pronto traten de acallarla encerrándola en una celda infamante.

Lilian Tintori, ha movido cielo y tierra para que la escuchen, se convirtió en una activista en pro de los Derechos Humanos, recogió la bandera de Leopoldo López, su esposo, y se hizo valiente, ha andado por escenarios del mundo en donde ha clamado por la libertad de quien puede ser el orientador en la reconquista de la democracia de su país.

Se ha sumado otra voz femenina, la de Mitzi de Ledesma, mesurada, pero firme y valiente hasta el punto de decirle a Maduro que le quedó grande el gobierno, que si al alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, le pasa algo es su responsabilidad, y con fuerza le sentenció: “Cuando te veas la cara en el espejo, verás en él las caras de Leopoldo, de Antonio y de los estudiantes presos”.

Estas tres mujeres, y se sumarán más, están dando muestra al mundo de amor a su patria, sin temor a represalias, sin miedo, son mujeres madres, amas de casa, con una enjundia que no se le ha visto a ningún hombre venezolano, fuera de los que están presos; sí, parece que los hombres venezolanos se han asido a la fortaleza de sus mujeres, que hoy son seguidas con afecto solidario por muchas en el mundo.

Venezuela siempre ha contado con mujeres valientes, como todos lo países, y estas que menciono quieren acabar de una vez con lo que denunció la escritora venezolana Teresa de la Parra en su libro ‘Ifigenia’, el drama de la mujer frente a una sociedad que las anulaba; sí, que las anulaba, porque ya no se dejan.
Todos esperamos la calma y el orden para Venezuela, en estos momentos en que la ha atacado la desmesura y la locura de poder de los que la gobiernan.

Columnista
23 febrero, 2015

La fuerza de la mujer

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Mary Daza Orozco

Lástima el desastre que se vive en Venezuela; la poseedora del recurso petrolero más grande del mundo, la del Salto del Ángel, la caída de agua más alta del mundo, la que fue sueño de muchos colombianos, que iban allá a buscar mejor vida, la que vio nacer a Bolívar, en fin, la también dueña […]


Lástima el desastre que se vive en Venezuela; la poseedora del recurso petrolero más grande del mundo, la del Salto del Ángel, la caída de agua más alta del mundo, la que fue sueño de muchos colombianos, que iban allá a buscar mejor vida, la que vio nacer a Bolívar, en fin, la también dueña de una historia de dictaduras, las más terrible: la de Juan Vicente Gómez y luego la de Marcos Pérez Jiménez, vuelve a subsumirse en otra que puede volverse más terrible si se tiene en cuenta la ignorancia del gobernante actual.

En esa bomba de tiempo en que se ha convertido la hermana nación, se alzan las más valerosas voces en contra del derrumbamiento de una nación que lo tiene todo para ser una de las más importantes del mundo; voces de mujeres, valientes que no se atemorizan al tomar las banderas de los que son apresados por protestar y sin miedo se enfrentan a que sean las próximas víctimas de un gobierno que ni sabe para dónde va.

María Corina Machado, con una voz que resuena como una campana, voz valiente, voz política, que no politiquera, de las que aman a la patria, voz que dice verdades, que repudia atropellos, voz que se duele del desastre de su país, es oída en el mundo, y se teme que pronto traten de acallarla encerrándola en una celda infamante.

Lilian Tintori, ha movido cielo y tierra para que la escuchen, se convirtió en una activista en pro de los Derechos Humanos, recogió la bandera de Leopoldo López, su esposo, y se hizo valiente, ha andado por escenarios del mundo en donde ha clamado por la libertad de quien puede ser el orientador en la reconquista de la democracia de su país.

Se ha sumado otra voz femenina, la de Mitzi de Ledesma, mesurada, pero firme y valiente hasta el punto de decirle a Maduro que le quedó grande el gobierno, que si al alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, le pasa algo es su responsabilidad, y con fuerza le sentenció: “Cuando te veas la cara en el espejo, verás en él las caras de Leopoldo, de Antonio y de los estudiantes presos”.

Estas tres mujeres, y se sumarán más, están dando muestra al mundo de amor a su patria, sin temor a represalias, sin miedo, son mujeres madres, amas de casa, con una enjundia que no se le ha visto a ningún hombre venezolano, fuera de los que están presos; sí, parece que los hombres venezolanos se han asido a la fortaleza de sus mujeres, que hoy son seguidas con afecto solidario por muchas en el mundo.

Venezuela siempre ha contado con mujeres valientes, como todos lo países, y estas que menciono quieren acabar de una vez con lo que denunció la escritora venezolana Teresa de la Parra en su libro ‘Ifigenia’, el drama de la mujer frente a una sociedad que las anulaba; sí, que las anulaba, porque ya no se dejan.
Todos esperamos la calma y el orden para Venezuela, en estos momentos en que la ha atacado la desmesura y la locura de poder de los que la gobiernan.