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Columnista - 15 marzo, 2023

La fruna

No me atrevo a descifrar la metáfora de ‘Poncho’, al considerar a una mujer joven y bonita como una Fruna, cada quien que saque sus conclusiones.

Para los años sesenta Villanueva se había convertido en la potencia agrícola del sur de La Guajira, le hacía una competencia Urumita, pero debido a que el general Rojas Pinilla había hecho en Villanueva una plaza de mercado con pabellones similares a  Corabastos de Bogotá, (pabellones de verdura, carne y pescado) los camiones preferían cargar en la plaza de mercado de Villanueva por comodidad y por más abundancia, Urumita aún era corregimiento de Villanueva, incluso algunos campesinos de Urumita, conseguían vender a mejores precios en Villanueva.

Para esa época, habían unas golosinas muy apreciables por los campesinos, especialmente para nosotros los niños, el pipirito, la colombina, la panela y  la más apetecida.  La Fruna, las gaseosas aun no las conocíamos,  los helados llegaron a mediados de los setenta, en carros que se estacionaban en una parte y vendían unos conos con crema que terminaban a manera de tornillo, ahí solo tragábamos saliva, esos conos los probamos cuando ya éramos recolectores de algodón y de café, en la sierra remplazábamos cualquier dulce con las chirimoyas, anones lizos y caña dulce; pero cuando llegaban las encomiendas de Villanueva con bizcochos, recibir una Fruna era la gloria. 

La Fruna es un caramelo que tiene 79 años de estarse comerciando en Colombia, a esta golosina se le conoce como el dulce de la infancia, esta fórmula fue creada por el alemán Emilio Stern, su receta no se ha modificado, es decir sigue siendo la original. Viene en todos los sabores: fresa, limón, banana, naranja etc. Viene empacada en mini bloques con sobres fácil de desempacar, forrados los mini bloques con otro empaque de llamativos colores, y el nombre Fruna en grande sobre frutas, en realidad, recibir una Fruna en los años sesenta, era un premio para los niños, y más allá de ser un premio, era la delicia de saborear el caramelo más fino que había en el mercado.

No me atrevo a descifrar la metáfora de ‘Poncho’, al considerar a una mujer joven y bonita como una Fruna, cada quien que saque sus conclusiones, la mía es que esa joven es un premio.

No es la primera vez que un autor cantante compara a la mujer con una golosina, en una canción titulada: ‘Sol y Luna’, que interpreta Diomedes Díaz, el maestro Julio Morillo le pregunta al cacique ¡Diomedes y es verdad que la quieres!  Y Diomedes le responde: ¡esa no la cambio ni por panela! Para nosotros el pueblo campesino la panela era la golosina más asequible, la que más disfrutábamos.

Por Rosendo Romero Ospino

Columnista
15 marzo, 2023

La fruna

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rosendo Romero Ospino

No me atrevo a descifrar la metáfora de ‘Poncho’, al considerar a una mujer joven y bonita como una Fruna, cada quien que saque sus conclusiones.


Para los años sesenta Villanueva se había convertido en la potencia agrícola del sur de La Guajira, le hacía una competencia Urumita, pero debido a que el general Rojas Pinilla había hecho en Villanueva una plaza de mercado con pabellones similares a  Corabastos de Bogotá, (pabellones de verdura, carne y pescado) los camiones preferían cargar en la plaza de mercado de Villanueva por comodidad y por más abundancia, Urumita aún era corregimiento de Villanueva, incluso algunos campesinos de Urumita, conseguían vender a mejores precios en Villanueva.

Para esa época, habían unas golosinas muy apreciables por los campesinos, especialmente para nosotros los niños, el pipirito, la colombina, la panela y  la más apetecida.  La Fruna, las gaseosas aun no las conocíamos,  los helados llegaron a mediados de los setenta, en carros que se estacionaban en una parte y vendían unos conos con crema que terminaban a manera de tornillo, ahí solo tragábamos saliva, esos conos los probamos cuando ya éramos recolectores de algodón y de café, en la sierra remplazábamos cualquier dulce con las chirimoyas, anones lizos y caña dulce; pero cuando llegaban las encomiendas de Villanueva con bizcochos, recibir una Fruna era la gloria. 

La Fruna es un caramelo que tiene 79 años de estarse comerciando en Colombia, a esta golosina se le conoce como el dulce de la infancia, esta fórmula fue creada por el alemán Emilio Stern, su receta no se ha modificado, es decir sigue siendo la original. Viene en todos los sabores: fresa, limón, banana, naranja etc. Viene empacada en mini bloques con sobres fácil de desempacar, forrados los mini bloques con otro empaque de llamativos colores, y el nombre Fruna en grande sobre frutas, en realidad, recibir una Fruna en los años sesenta, era un premio para los niños, y más allá de ser un premio, era la delicia de saborear el caramelo más fino que había en el mercado.

No me atrevo a descifrar la metáfora de ‘Poncho’, al considerar a una mujer joven y bonita como una Fruna, cada quien que saque sus conclusiones, la mía es que esa joven es un premio.

No es la primera vez que un autor cantante compara a la mujer con una golosina, en una canción titulada: ‘Sol y Luna’, que interpreta Diomedes Díaz, el maestro Julio Morillo le pregunta al cacique ¡Diomedes y es verdad que la quieres!  Y Diomedes le responde: ¡esa no la cambio ni por panela! Para nosotros el pueblo campesino la panela era la golosina más asequible, la que más disfrutábamos.

Por Rosendo Romero Ospino