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Cultura - 21 enero, 2021

La flora y la fauna del cerro de Hurtado o Misangüi

En el mes de diciembre pude observar que el cerro lucía adornado con flores moraditas; estas nacían de un bejuco que se extendía por todas las copas de los árboles, al parecer eran de la misma familia del roble.

Dibujo del cerro de Hurtado, también conocido cerro de Cicolac.

Foto/Cortesía.
Dibujo del cerro de Hurtado, también conocido cerro de Cicolac. Foto/Cortesía.

Con la ayuda de los profesores Mirian David y Héctor Segura, ingenieros ambientales de la Universidad Popular del Cesar, pero también con una caminata que realicé hasta la cúspide de este cerro, en compañía de un mamo wiwa y otro kogui, fui descubriendo los diferentes árboles que íbamos encontrando por el caminito tortuoso y a veces interrumpido por la maleza, ejercicio con el que pude obtener el nombre de algunas especies vegetales que viven en el cerro.

Lea también: Plan de Ordenamiento Territorial permite construcción en el cerro de Hurtado

En el mes de diciembre pude observar que el cerro lucía adornado con flores moraditas; estas nacían de un bejuco que se extendía por todas las copas de los árboles, al parecer eran de la misma familia del roble.

También  alcancé a ver en el mismo mes pocos árboles cañaguates (dos), que lucían con un amarillo brillante; unas ceibas de flores blancas llamadas majaguas, cuyas flores sirven de alimento a los monos aulladores; ellas de día  abren sus corolas y por la noche abren los ovarios y así los murciélagos nocturnos efectúan la polinización.

Otras flores que observé eran de un amarillo cercano al marrón, eran de los árboles sangregado; otros árboles florecen durante el año, como el brasil, que nos brinda sus flores amarillas en enero. Es un amarillo que tira a marrón oscuro. También florece el corazón fino, cuyas flores son amarillas; el cañatoro que nos ofrece flores del mismo color; así mismo el polvillo con flores también amarillas; el pui que florece a finales de marzo: primero cae como el 21 de marzo un gran aguacero, después de una larga sequía; y al cuarto día, es decir el 24 de marzo, de forma inesperada, florecen de una vez por todas sus flores amarillas,  tiñendo de nuevo el cerro; pero a los 7 días ellas deciden por la noche, compinchadas, cerrar sus corolas al mismo tiempo, y al otro día ya vemos un cerro totalmente teñido de marrón.

No en vano los indígenas que me acompañaban me comunicaron que el cerro era la madre de los árboles y que por eso había muchas especies en él; que a esa madre había que pedirle el permiso cuando se iba a sembrar para que la cosecha no se dañara y en él había que hacer un pagamento.

Lea también: ¿Desaparecerá el cerro Hurtado?

Vale la pena recordar que la naturaleza se equivoca, ya que en febrero del año pasado por causas climáticas llovió muchísimo, hecho que no es acostumbrado; por tal motivo los árboles de pui “pensaron” que ya estábamos en marzo y la mitad de ellos florecieron en febrero; pero ¡oh sorpresa! cuando llovió en marzo la otra mitad de los arboles pui abrieron sus corolas nuevamente. Estos fenómenos se dan por muchos factores: los cambios de clima, los vientos, las lluvias, etc…

No está de más recordar que ellos expresaron que este cerro había sido la primera morada del cacique Upar y que por ello los mamos habían ordenado construir la Casa Indígena frente a este cerro, al cual le hacían pagamento todos los días.

Este cerro fue declarado reserva forestal y patrimonio municipal en 1996. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

En cuanto a la fauna he podido observar que este cerro sirve de cuna, descanso y reposo a innumerables pájaros, como cotorras, pericos, loros, etc… Esto lo observo diariamente desde la casa que habito, que es un tercer piso y que está ubicada frente al cerro.

De noche las ardillas, los conejos y las iguanas salen del cerro atravesando la carrera y se introducen en un patio de media hectárea aledaño al lugar donde vivo. Viven allí además osos hormigueros y existen muchísimos reptiles de una gran diversidad.

Lea también: Suspenden construcción en el cerro de Hurtado

Con la construcción de La Casa en el Aire, debido a los grandes ruidos que requería la construcción, se ausentaron los monos aulladores, supongo que muy asustados. Es posible que regresen ya que la obra está casi terminada.

Este cerro se convierte en un gran patrimonio material y espiritual para la ciudad, al cual le debemos respeto y debemos ayudar a su conservación, ya que nos proporciona oxígeno que purifica el aire  y es esencial para la vida; sus árboles sirven de barrera para contener los vientos, sobretodo en el mes de diciembre; pero además la evapotranspiración atrae la lluvia que cada vez se vuelve más escasa; son innumerables los beneficios de esta mole montañosa.

Por: Rut Ariza/ EL PILÓN.

Cultura
21 enero, 2021

La flora y la fauna del cerro de Hurtado o Misangüi

En el mes de diciembre pude observar que el cerro lucía adornado con flores moraditas; estas nacían de un bejuco que se extendía por todas las copas de los árboles, al parecer eran de la misma familia del roble.


Dibujo del cerro de Hurtado, también conocido cerro de Cicolac.

Foto/Cortesía.
Dibujo del cerro de Hurtado, también conocido cerro de Cicolac. Foto/Cortesía.

Con la ayuda de los profesores Mirian David y Héctor Segura, ingenieros ambientales de la Universidad Popular del Cesar, pero también con una caminata que realicé hasta la cúspide de este cerro, en compañía de un mamo wiwa y otro kogui, fui descubriendo los diferentes árboles que íbamos encontrando por el caminito tortuoso y a veces interrumpido por la maleza, ejercicio con el que pude obtener el nombre de algunas especies vegetales que viven en el cerro.

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En el mes de diciembre pude observar que el cerro lucía adornado con flores moraditas; estas nacían de un bejuco que se extendía por todas las copas de los árboles, al parecer eran de la misma familia del roble.

También  alcancé a ver en el mismo mes pocos árboles cañaguates (dos), que lucían con un amarillo brillante; unas ceibas de flores blancas llamadas majaguas, cuyas flores sirven de alimento a los monos aulladores; ellas de día  abren sus corolas y por la noche abren los ovarios y así los murciélagos nocturnos efectúan la polinización.

Otras flores que observé eran de un amarillo cercano al marrón, eran de los árboles sangregado; otros árboles florecen durante el año, como el brasil, que nos brinda sus flores amarillas en enero. Es un amarillo que tira a marrón oscuro. También florece el corazón fino, cuyas flores son amarillas; el cañatoro que nos ofrece flores del mismo color; así mismo el polvillo con flores también amarillas; el pui que florece a finales de marzo: primero cae como el 21 de marzo un gran aguacero, después de una larga sequía; y al cuarto día, es decir el 24 de marzo, de forma inesperada, florecen de una vez por todas sus flores amarillas,  tiñendo de nuevo el cerro; pero a los 7 días ellas deciden por la noche, compinchadas, cerrar sus corolas al mismo tiempo, y al otro día ya vemos un cerro totalmente teñido de marrón.

No en vano los indígenas que me acompañaban me comunicaron que el cerro era la madre de los árboles y que por eso había muchas especies en él; que a esa madre había que pedirle el permiso cuando se iba a sembrar para que la cosecha no se dañara y en él había que hacer un pagamento.

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Vale la pena recordar que la naturaleza se equivoca, ya que en febrero del año pasado por causas climáticas llovió muchísimo, hecho que no es acostumbrado; por tal motivo los árboles de pui “pensaron” que ya estábamos en marzo y la mitad de ellos florecieron en febrero; pero ¡oh sorpresa! cuando llovió en marzo la otra mitad de los arboles pui abrieron sus corolas nuevamente. Estos fenómenos se dan por muchos factores: los cambios de clima, los vientos, las lluvias, etc…

No está de más recordar que ellos expresaron que este cerro había sido la primera morada del cacique Upar y que por ello los mamos habían ordenado construir la Casa Indígena frente a este cerro, al cual le hacían pagamento todos los días.

Este cerro fue declarado reserva forestal y patrimonio municipal en 1996. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

En cuanto a la fauna he podido observar que este cerro sirve de cuna, descanso y reposo a innumerables pájaros, como cotorras, pericos, loros, etc… Esto lo observo diariamente desde la casa que habito, que es un tercer piso y que está ubicada frente al cerro.

De noche las ardillas, los conejos y las iguanas salen del cerro atravesando la carrera y se introducen en un patio de media hectárea aledaño al lugar donde vivo. Viven allí además osos hormigueros y existen muchísimos reptiles de una gran diversidad.

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Con la construcción de La Casa en el Aire, debido a los grandes ruidos que requería la construcción, se ausentaron los monos aulladores, supongo que muy asustados. Es posible que regresen ya que la obra está casi terminada.

Este cerro se convierte en un gran patrimonio material y espiritual para la ciudad, al cual le debemos respeto y debemos ayudar a su conservación, ya que nos proporciona oxígeno que purifica el aire  y es esencial para la vida; sus árboles sirven de barrera para contener los vientos, sobretodo en el mes de diciembre; pero además la evapotranspiración atrae la lluvia que cada vez se vuelve más escasa; son innumerables los beneficios de esta mole montañosa.

Por: Rut Ariza/ EL PILÓN.