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Editorial - 22 julio, 2016

La Filarmónica del Cesar necesita apoyo

En el año 2012 nació la Orquesta Sinfónica Juvenil de Valledupar, una idea fantástica que hizo posible que 120 niños de todos los sectores de la ciudad aprendieran a ejecutar instrumentos para ofrecer una apuesta musical diferente al vallenato. La administración municipal en ese momento en cabeza de Fredys Socarrás firmó convenio con el Ministerio […]

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En el año 2012 nació la Orquesta Sinfónica Juvenil de Valledupar, una idea fantástica que hizo posible que 120 niños de todos los sectores de la ciudad aprendieran a ejecutar instrumentos para ofrecer una apuesta musical diferente al vallenato. La administración municipal en ese momento en cabeza de Fredys Socarrás firmó convenio con el Ministerio de Cultura y Fundación Batuta para traer más de 80 instrumentos que permitieran poner a sonar la Orquesta.

Las cosas se dieron y el 13 de diciembre de ese año realizaron el exitoso concierto inaugural, por cierto masivo en asistencia. Ese día el alcalde de turno dijo que el gobierno municipal aportaría 200 millones de pesos anuales, que finalmente se convirtieron en 89 millones, porque al año de estar organizados se acabó el apoyo y murió la iniciativa.

Los 120 niños se quedaron sin Orquesta y los más 80 instrumentos guardados, dañándose, en un cuarto de San Alejo en el Colegio Milciades Cantillo. Hoy no sabemos qué destino tuvieron, ojalá no estén averiados.

De las cenizas de la Orquesta Sinfónica, dirigida desde su inicio por el maestro Diego Rivero, nació ahora la Filarmónica del Cesar, como una iniciativa desde la sociedad civil, pues esta es impulsada y apoyada por un grupo de gestores culturales y ciudadanos preocupados por salvar ideas como esta.

La Filarmónica tiene el mismo propósito: ofrecer un espacio musical diferente. Este sábado 23 de julio, después de varios meses de preparación artística y organizativa, harán su presentación oficial en un concierto en el auditorio ‘Consuelo Araujonoguera’ de la Biblioteca Departamental ‘Rafael Luquez Carrillo’. Esta vez tienen 20 niños, algunos vienen de la Orquesta Sinfónica, pero no todos pueden integrarla porque no cuentan con suficientes instrumentos musicales, algunos de los que hoy tienen fueron donados por el gobierno alemán y otros han sido comprados con recursos aportados por el mismo profesor Diego Rivero.

Mientras esto sucede, ni la Alcaldía de Valledupar a través de su Casa de Cultura o la Gobernación del Cesar, con su coordinación Cultural, han mostrado interés en apoyar esta iniciativa. Hoy desde este espacio editorial pedimos a los gobiernos de turno que hagan alianza con la Fundación Filarmónica del Cesar para recuperar los instrumentos que el Ministerio de Cultura dio en comodato y que hoy nadie usa.

En Valledupar existen muchos niños que ya han sido formados en música clásica y otro tanto que le gustaría aprender a ejecutar un violín o un violonchelo. El maestro Diego ya tiene elaborado el proyecto, solo necesita voluntad política si es con los mandatarios, o decisión empresarial o académica. También puede ser una idea apoyada por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Popular del Cesar. En fin, es una iniciativa que puede recibir apoyo de muchos sectores que no puede quedarse en la agenda de un político porque no le genera dividendos.

Mañana sábado pueden apreciar la riqueza musical y el talento de los niños y jóvenes que hoy integran la Filarmónica. ¡Apoyémosla!

Editorial
22 julio, 2016

La Filarmónica del Cesar necesita apoyo

En el año 2012 nació la Orquesta Sinfónica Juvenil de Valledupar, una idea fantástica que hizo posible que 120 niños de todos los sectores de la ciudad aprendieran a ejecutar instrumentos para ofrecer una apuesta musical diferente al vallenato. La administración municipal en ese momento en cabeza de Fredys Socarrás firmó convenio con el Ministerio […]


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En el año 2012 nació la Orquesta Sinfónica Juvenil de Valledupar, una idea fantástica que hizo posible que 120 niños de todos los sectores de la ciudad aprendieran a ejecutar instrumentos para ofrecer una apuesta musical diferente al vallenato. La administración municipal en ese momento en cabeza de Fredys Socarrás firmó convenio con el Ministerio de Cultura y Fundación Batuta para traer más de 80 instrumentos que permitieran poner a sonar la Orquesta.

Las cosas se dieron y el 13 de diciembre de ese año realizaron el exitoso concierto inaugural, por cierto masivo en asistencia. Ese día el alcalde de turno dijo que el gobierno municipal aportaría 200 millones de pesos anuales, que finalmente se convirtieron en 89 millones, porque al año de estar organizados se acabó el apoyo y murió la iniciativa.

Los 120 niños se quedaron sin Orquesta y los más 80 instrumentos guardados, dañándose, en un cuarto de San Alejo en el Colegio Milciades Cantillo. Hoy no sabemos qué destino tuvieron, ojalá no estén averiados.

De las cenizas de la Orquesta Sinfónica, dirigida desde su inicio por el maestro Diego Rivero, nació ahora la Filarmónica del Cesar, como una iniciativa desde la sociedad civil, pues esta es impulsada y apoyada por un grupo de gestores culturales y ciudadanos preocupados por salvar ideas como esta.

La Filarmónica tiene el mismo propósito: ofrecer un espacio musical diferente. Este sábado 23 de julio, después de varios meses de preparación artística y organizativa, harán su presentación oficial en un concierto en el auditorio ‘Consuelo Araujonoguera’ de la Biblioteca Departamental ‘Rafael Luquez Carrillo’. Esta vez tienen 20 niños, algunos vienen de la Orquesta Sinfónica, pero no todos pueden integrarla porque no cuentan con suficientes instrumentos musicales, algunos de los que hoy tienen fueron donados por el gobierno alemán y otros han sido comprados con recursos aportados por el mismo profesor Diego Rivero.

Mientras esto sucede, ni la Alcaldía de Valledupar a través de su Casa de Cultura o la Gobernación del Cesar, con su coordinación Cultural, han mostrado interés en apoyar esta iniciativa. Hoy desde este espacio editorial pedimos a los gobiernos de turno que hagan alianza con la Fundación Filarmónica del Cesar para recuperar los instrumentos que el Ministerio de Cultura dio en comodato y que hoy nadie usa.

En Valledupar existen muchos niños que ya han sido formados en música clásica y otro tanto que le gustaría aprender a ejecutar un violín o un violonchelo. El maestro Diego ya tiene elaborado el proyecto, solo necesita voluntad política si es con los mandatarios, o decisión empresarial o académica. También puede ser una idea apoyada por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Popular del Cesar. En fin, es una iniciativa que puede recibir apoyo de muchos sectores que no puede quedarse en la agenda de un político porque no le genera dividendos.

Mañana sábado pueden apreciar la riqueza musical y el talento de los niños y jóvenes que hoy integran la Filarmónica. ¡Apoyémosla!