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Columnista - 26 julio, 2015

La feria del hambre

Con la apertura oficial de las campañas políticas regionales empieza la feria del hambre, el lleva y trae de gente que promete a cambio de billete el ansiado si en las urnas. Un si que representa para quien lo ostenta la posibilidad de recuperar la inversión hecha durante esta época inspirada más por las necesidades […]

Con la apertura oficial de las campañas políticas regionales empieza la feria del hambre, el lleva y trae de gente que promete a cambio de billete el ansiado si en las urnas. Un si que representa para quien lo ostenta la posibilidad de recuperar la inversión hecha durante esta época inspirada más por las necesidades crónicas propias que las del colectivo social. Parroquianos que reciben a los aspirantes con una factura con tijera impresa, fórmulas médicas pendientes, y no falta quien demande una operación urgente en Barranquilla o quien tenga un familiar o vecino discapacitado urgido por una silla de ruedas y un mercado.

Otro ítem altamente explotado por estos ideólogos de la voracidad, de las necesidades paupérrimas, tiene que ver con el universo de los electrodomésticos, que hacen que invitaciones a congregarse alrededor de reuniones de rifas con estos aparatos como cebo abunden dentro de las estrategias proselitistas de quienes se proponen como administradores de unas economías minúsculas si se comparten pero sustanciosas si sirven a uno solo. Temporada de vender el alma a cambio de la posibilidad de la pesca milagrosa en río revuelto que estas platas de la política traen como quien quisiera inflar y desinflar las ilusiones de los pueblos.

Típico lo de que todo va a estar mejor para quienes los apoyen, para quienes tengan fe en ellos- dicho con el mayor cinismo posible. Cinismo que es respondido con hipocresía por la marejada de rebuscadores diarios que ven en la época de política una posibilidad para apaciguar el fuego de las brasas de la falta de ritmo económico en sus hogares, las fluctuaciones de menos a peor que propone la economía colombiana a quienes no estamos en el privilegiado grupo de los elegidos, los llamados a un juego en donde vale todo con tal de estar, de llegar, y de una vez ahí no dejarse bajar, o si toca bajarse tratar de encaramar a una ficha útil para seguir mandando- aunque rara vez funciona porque una vez arriba la ficha descubre que no hay que hacer mayor cosa para gobernar y se apodera del control.

La lista de aspirantes no miente – más numerosa que la de solicitudes de empleo formal porque se tiene más esperanza en la lotería que el sistema de fomento al trabajo en nuestra región. El futuro que se avecina no se ve nada esperanzador, vendrá más de lo equivalente, nos esperan nuevos periodos de retroceso hacia la primigenia cultural y educativa. “Lo importante es está en la piña- dicen en las calles- Callaitos comiendo ¿Y lo de Electricaribe? Eso es plata. Mientras les estén pasando billete… Ellos mismos se reirán de sus discursos.

Hasta rojos se ponen cuando van a dar sus monólogos de mentiras”. Hora de entrar en el Nirvana. Hola faquires, su momento ha llegado: empezó la feria de los sentimientos mezquinos, la feria a la que todos estamos invitados, en la que todos participamos.

Columnista
26 julio, 2015

La feria del hambre

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jarol Ferreira

Con la apertura oficial de las campañas políticas regionales empieza la feria del hambre, el lleva y trae de gente que promete a cambio de billete el ansiado si en las urnas. Un si que representa para quien lo ostenta la posibilidad de recuperar la inversión hecha durante esta época inspirada más por las necesidades […]


Con la apertura oficial de las campañas políticas regionales empieza la feria del hambre, el lleva y trae de gente que promete a cambio de billete el ansiado si en las urnas. Un si que representa para quien lo ostenta la posibilidad de recuperar la inversión hecha durante esta época inspirada más por las necesidades crónicas propias que las del colectivo social. Parroquianos que reciben a los aspirantes con una factura con tijera impresa, fórmulas médicas pendientes, y no falta quien demande una operación urgente en Barranquilla o quien tenga un familiar o vecino discapacitado urgido por una silla de ruedas y un mercado.

Otro ítem altamente explotado por estos ideólogos de la voracidad, de las necesidades paupérrimas, tiene que ver con el universo de los electrodomésticos, que hacen que invitaciones a congregarse alrededor de reuniones de rifas con estos aparatos como cebo abunden dentro de las estrategias proselitistas de quienes se proponen como administradores de unas economías minúsculas si se comparten pero sustanciosas si sirven a uno solo. Temporada de vender el alma a cambio de la posibilidad de la pesca milagrosa en río revuelto que estas platas de la política traen como quien quisiera inflar y desinflar las ilusiones de los pueblos.

Típico lo de que todo va a estar mejor para quienes los apoyen, para quienes tengan fe en ellos- dicho con el mayor cinismo posible. Cinismo que es respondido con hipocresía por la marejada de rebuscadores diarios que ven en la época de política una posibilidad para apaciguar el fuego de las brasas de la falta de ritmo económico en sus hogares, las fluctuaciones de menos a peor que propone la economía colombiana a quienes no estamos en el privilegiado grupo de los elegidos, los llamados a un juego en donde vale todo con tal de estar, de llegar, y de una vez ahí no dejarse bajar, o si toca bajarse tratar de encaramar a una ficha útil para seguir mandando- aunque rara vez funciona porque una vez arriba la ficha descubre que no hay que hacer mayor cosa para gobernar y se apodera del control.

La lista de aspirantes no miente – más numerosa que la de solicitudes de empleo formal porque se tiene más esperanza en la lotería que el sistema de fomento al trabajo en nuestra región. El futuro que se avecina no se ve nada esperanzador, vendrá más de lo equivalente, nos esperan nuevos periodos de retroceso hacia la primigenia cultural y educativa. “Lo importante es está en la piña- dicen en las calles- Callaitos comiendo ¿Y lo de Electricaribe? Eso es plata. Mientras les estén pasando billete… Ellos mismos se reirán de sus discursos.

Hasta rojos se ponen cuando van a dar sus monólogos de mentiras”. Hora de entrar en el Nirvana. Hola faquires, su momento ha llegado: empezó la feria de los sentimientos mezquinos, la feria a la que todos estamos invitados, en la que todos participamos.