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Columnista - 10 agosto, 2016

La familia no puede ser caballito de ensayos

Sin duda las grandes iniciativas del hombre apoyados en la ciencia y en la tecnología, nos ha ayudado a encontrar soluciones y alternativas al mundo actual en el que vivimos y sus aportes han mejorado la calidad de vida en diferentes campos como el medio ambiente, la salud y la educación, llevándonos a tener una vida más […]

Sin duda las grandes iniciativas del hombre apoyados en la ciencia y en la tecnología, nos ha ayudado a encontrar soluciones y alternativas al mundo actual en el que vivimos y sus aportes han mejorado la calidad de vida en diferentes campos como el medio ambiente, la salud y la educación, llevándonos a tener una vida más fácil, más cómoda y libre.

Infortunadamente los ensayos con los humanos no dejan de rayar con los principios éticos y morales; sobre todo, con los principios de la creación inspirados por nuestro creador y precisamente uno de los caballitos de esos ensayos ha sido la familia. Cada vez que se ensancha más el concepto de familia, más atentados se hacen contra esta sagrada e histórica institución y por consiguiente, más disyuntivas nacen frente a los normas regulatorias de este derecho.

Es así como gracias a las ciencias y a la tecnología y los jueces constitucionales, hoy las personas con problemas de infertilidad no solo puedan recurrir a las técnicas de reproducción asistida para elegir el sexo de su bebé, sino que también puedan decidir entre paternidad y maternidad biológica y social con los famosos bancos de semen donantes y el alquiler de vientres maternos voluntarios. Gracias a esa mutación del concepto de familia hoy se permitan los matrimonios igualitarios; gracias a esa revolución social, hoy se ha permitido la adopción de niños por parejas del mismo sexo.

Pero los ensayos no terminan allí, hoy se abre un nuevo campo de polémica y es la imposición del Ministerio de Educación de la promoción de la identidad de género y la orientación sexual que obliga ajustar los manuales de convivencia de todos los colegios en el país, bajo las directrices de una cartilla-guía, titulada ‘Ambientes escolares libres de discriminación. Orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas en la Escuela”.

Pienso que orientar sobre la sexualidad es un papel de las escuelas en la medida que esta instrucción prepare y aclare a los niños y niñas sobre sus dudas, creencias, inquietudes y temores sobre la sexualidad en el marco de los principios morales; pero no podemos de ninguna manera dejarle a la escuela reprogramar y cambiarle el chip a los niños respecto de su sexo biológico e identidad masculina o femenina; primero, porque los seres humanos por disposición de nuestro creador no somos ambivalentes, según lo dice el libro de Génesis 1:27-28 pues Dios nos creó hombres y mujeres; y segundo, porque creo que el papel de la escuela no es generar confusión en los procesos de enseñanza- aprendizaje, menos en esta etapa escolar donde a esa edad psicológica, prima en el niño, su inocencia e ingenuidad, proclives a absorber cualquier tipo de influencia.

Por eso estoy de acuerdo en salir del closet, dar un paso al frente y salir hoy a las calles para defender la familia; pero también invitar a reflexionar más profundamente sobre la relación del ser humano con la naturaleza, su postura ante Dios y las consecuencias morales, éticas y legales que puedan resultar a su afán de cambiar el concepto de familia.

Aclaro que no soy homofóbico y respeto la comunidad LGTB, solo que no comparto este modelo de orientación y defiendo a la familia en su concepción original.

Columnista
10 agosto, 2016

La familia no puede ser caballito de ensayos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Guillermo Ramirez

Sin duda las grandes iniciativas del hombre apoyados en la ciencia y en la tecnología, nos ha ayudado a encontrar soluciones y alternativas al mundo actual en el que vivimos y sus aportes han mejorado la calidad de vida en diferentes campos como el medio ambiente, la salud y la educación, llevándonos a tener una vida más […]


Sin duda las grandes iniciativas del hombre apoyados en la ciencia y en la tecnología, nos ha ayudado a encontrar soluciones y alternativas al mundo actual en el que vivimos y sus aportes han mejorado la calidad de vida en diferentes campos como el medio ambiente, la salud y la educación, llevándonos a tener una vida más fácil, más cómoda y libre.

Infortunadamente los ensayos con los humanos no dejan de rayar con los principios éticos y morales; sobre todo, con los principios de la creación inspirados por nuestro creador y precisamente uno de los caballitos de esos ensayos ha sido la familia. Cada vez que se ensancha más el concepto de familia, más atentados se hacen contra esta sagrada e histórica institución y por consiguiente, más disyuntivas nacen frente a los normas regulatorias de este derecho.

Es así como gracias a las ciencias y a la tecnología y los jueces constitucionales, hoy las personas con problemas de infertilidad no solo puedan recurrir a las técnicas de reproducción asistida para elegir el sexo de su bebé, sino que también puedan decidir entre paternidad y maternidad biológica y social con los famosos bancos de semen donantes y el alquiler de vientres maternos voluntarios. Gracias a esa mutación del concepto de familia hoy se permitan los matrimonios igualitarios; gracias a esa revolución social, hoy se ha permitido la adopción de niños por parejas del mismo sexo.

Pero los ensayos no terminan allí, hoy se abre un nuevo campo de polémica y es la imposición del Ministerio de Educación de la promoción de la identidad de género y la orientación sexual que obliga ajustar los manuales de convivencia de todos los colegios en el país, bajo las directrices de una cartilla-guía, titulada ‘Ambientes escolares libres de discriminación. Orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas en la Escuela”.

Pienso que orientar sobre la sexualidad es un papel de las escuelas en la medida que esta instrucción prepare y aclare a los niños y niñas sobre sus dudas, creencias, inquietudes y temores sobre la sexualidad en el marco de los principios morales; pero no podemos de ninguna manera dejarle a la escuela reprogramar y cambiarle el chip a los niños respecto de su sexo biológico e identidad masculina o femenina; primero, porque los seres humanos por disposición de nuestro creador no somos ambivalentes, según lo dice el libro de Génesis 1:27-28 pues Dios nos creó hombres y mujeres; y segundo, porque creo que el papel de la escuela no es generar confusión en los procesos de enseñanza- aprendizaje, menos en esta etapa escolar donde a esa edad psicológica, prima en el niño, su inocencia e ingenuidad, proclives a absorber cualquier tipo de influencia.

Por eso estoy de acuerdo en salir del closet, dar un paso al frente y salir hoy a las calles para defender la familia; pero también invitar a reflexionar más profundamente sobre la relación del ser humano con la naturaleza, su postura ante Dios y las consecuencias morales, éticas y legales que puedan resultar a su afán de cambiar el concepto de familia.

Aclaro que no soy homofóbico y respeto la comunidad LGTB, solo que no comparto este modelo de orientación y defiendo a la familia en su concepción original.