El Comandante del Batallón de Ingenieros ‘Manuel Alberto Murillo González', teniente coronel Diego Pastrana García habló sobre el proceso de la dependencia en la región.
Valledupar, sus corregimientos han sido en continúas ocasiones blanco de la extorsión, el abigeato, el sicariato, robos continuos, que son cometidos según las autoridades, en principio, por delincuencia común y posteriormente llegan a manos de grupos al margen de la Ley.
Frente a estos actos delincuenciales, el Ejército Nacional busca frenar las acciones compenetrando más con la población civil y lo hace a través de actividades como brigadas de salud, jornadas de aseo, integraciones recreativas y acciones adelantadas con la población indígena, ubicada en los corregimientos del norte de Valledupar.
El Comandante del Batallón de Ingenieros ‘Manuel Alberto Murillo González’, teniente coronel Diego Pastrana García explicó las metas del 2013 y los propósitos con que afrontarán en el 2014.
EL PILÓN: ¿Cómo ha sido el proceso del Batallón de Ingenieros en esta región?
Diego Pastrana: Nosotros venimos enfrentando tres áreas que son de suma importancia: la primera es el área de la seguridad; segundo el trabajo social con la población civil y tercero, el trabajo al interior del Batallón con los soldados y sus familias. Tres puntos que no podemos descuidar en los municipios de Valledupar, y Pueblo Bello que son nuestra jurisdicción.
EP: Hay un síntoma entre los ciudadanos y es qué el Ejército Nacional hoy está más compenetrado con la ciudadanía, ¿qué los ha llevado a tomar esta decisión?
DP: Una de nuestras misiones es hacer obras, estas obras a las cuales les llamamos consolidación, porque están destinadas a áreas que algún momento incursionaron los grupos como Farc o bandas criminales. El Batallón de Ingenieros busca mostrar que el Estado con todos sus entes está llegando a ser gobernabilidad en estos sectores; eso hace que nos vinculemos con la población civil, pero no lo hacemos solos, están vinculadas la Alcaldía, colegios, Juntas de Acción Comunal, Personería, Sena, CTI, Fiscalía, Defensoría del Pueblo, Policía Nacional, entre otras.
EP: ¿Qué poblaciones han intervenido?
DP: El año anterior se hicieron buenas obras con la Alcaldía de Valledupar, que nos apoyó con más de mil millones en diferentes obras, las más importantes fueron la pavimentación de la carretera al lado del estadio de fútbol Armando Maestre Pavajeau; y otras en los corregimientos de Azúcar Buena, Mariangola, Valencia de Jesús, Atánquez. Esas obras son pequeñas, pero de gran impacto y sin ningún costo.
EP: Hablando un poco de Valledupar, el año anterior intervinieron el sector del barrio La Nevada, ¿qué encontraron allí?
DP: Esa fue una prueba piloto a través de la Alcaldía y del Comando de la Brigada, nos dimos a la tarea de ingresar un personal al sector que venía presentando índices de violencia altos. Se integró un pelotón de soldado pero interviniendo a la comunidad con trabajo social y más que todo preventivo al consumo de alucinógenos y el tema de microextorsión y microtráfico por parte de los delincuentes; gracias a Dios mejoraron todos estos índices y hoy la gente sale a trotar en la madrugada, pasan por cualquier zona sin miedo. El año anterior intervinimos tres zonas, este año queremos llegar a seis de La Nevada.
EP: ¿Qué ha sido lo más difícil para el Batallón de Ingenieros?
DP: Luchar contra la gente que no informa. Cuando la gente ve que pasan las cosas y no se preocupan por denunciar al bandido, eso que permite la gente con su silencio, es lo que a nosotros nos dificulta poder hacer una identificación y judicialización de estas personas que atentan contra la población civil, en especial a los jóvenes.
EP: Teniendo en cuenta que Valledupar y sus corregimientos son blanco de la violencia, extorsiones, abigeato, entre otros ¿cómo manejan estos problemas?
DP: El año anterior se hicieron 31 capturas, mejorando los porcentajes de años anteriores; esto no significa que antes hubo más delincuencia. La extorsión es un negocio, y es uno de los más grandes que existe en Colombia, Valledupar no es ajeno a esto. Sabemos de grupos que están intentando entrar a diferentes corregimientos como es el Alto de la Vuelta, Guacoche, Guacochito, El Jabo, Las Raíces, donde inicialmente a la gente la llaman para pedirles una cuota extorsiva, y todo esto lo estamos trabajando de la mano del CTI, Sijín de lo que ha dado como resultado sacar las bandas de esas zonas. Estos grupos posteriormente emigran a otros sectores, y ahora se están presentando en La Mesa, Azúcar Buena, Mariangola, Valencia de Jesús, Aguas Blancas, inclusive en Pueblo Bello y Villa Germania, pero estamos haciendo un trabajo fuerte con inteligencia militar para poder individualizar, y judicializar estas personas. La seguridad no es colocar un soldado en cada finca, la seguridad es tener unas muy buenas herramientas de inteligencia.
EP: Y ¿cómo ha sido el trabajo con los indígenas, teniendo en cuenta sus leyes?
DP: Con los indígenas se viene haciendo un trabajo relevante. Ellos mismos entregan un tipo de instrucción a los soldados antes de entrar a las áreas Kankuamas y Arhuacas, para saber cómo comportarse e ingresar a las zonas.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
El Comandante del Batallón de Ingenieros ‘Manuel Alberto Murillo González', teniente coronel Diego Pastrana García habló sobre el proceso de la dependencia en la región.
Valledupar, sus corregimientos han sido en continúas ocasiones blanco de la extorsión, el abigeato, el sicariato, robos continuos, que son cometidos según las autoridades, en principio, por delincuencia común y posteriormente llegan a manos de grupos al margen de la Ley.
Frente a estos actos delincuenciales, el Ejército Nacional busca frenar las acciones compenetrando más con la población civil y lo hace a través de actividades como brigadas de salud, jornadas de aseo, integraciones recreativas y acciones adelantadas con la población indígena, ubicada en los corregimientos del norte de Valledupar.
El Comandante del Batallón de Ingenieros ‘Manuel Alberto Murillo González’, teniente coronel Diego Pastrana García explicó las metas del 2013 y los propósitos con que afrontarán en el 2014.
EL PILÓN: ¿Cómo ha sido el proceso del Batallón de Ingenieros en esta región?
Diego Pastrana: Nosotros venimos enfrentando tres áreas que son de suma importancia: la primera es el área de la seguridad; segundo el trabajo social con la población civil y tercero, el trabajo al interior del Batallón con los soldados y sus familias. Tres puntos que no podemos descuidar en los municipios de Valledupar, y Pueblo Bello que son nuestra jurisdicción.
EP: Hay un síntoma entre los ciudadanos y es qué el Ejército Nacional hoy está más compenetrado con la ciudadanía, ¿qué los ha llevado a tomar esta decisión?
DP: Una de nuestras misiones es hacer obras, estas obras a las cuales les llamamos consolidación, porque están destinadas a áreas que algún momento incursionaron los grupos como Farc o bandas criminales. El Batallón de Ingenieros busca mostrar que el Estado con todos sus entes está llegando a ser gobernabilidad en estos sectores; eso hace que nos vinculemos con la población civil, pero no lo hacemos solos, están vinculadas la Alcaldía, colegios, Juntas de Acción Comunal, Personería, Sena, CTI, Fiscalía, Defensoría del Pueblo, Policía Nacional, entre otras.
EP: ¿Qué poblaciones han intervenido?
DP: El año anterior se hicieron buenas obras con la Alcaldía de Valledupar, que nos apoyó con más de mil millones en diferentes obras, las más importantes fueron la pavimentación de la carretera al lado del estadio de fútbol Armando Maestre Pavajeau; y otras en los corregimientos de Azúcar Buena, Mariangola, Valencia de Jesús, Atánquez. Esas obras son pequeñas, pero de gran impacto y sin ningún costo.
EP: Hablando un poco de Valledupar, el año anterior intervinieron el sector del barrio La Nevada, ¿qué encontraron allí?
DP: Esa fue una prueba piloto a través de la Alcaldía y del Comando de la Brigada, nos dimos a la tarea de ingresar un personal al sector que venía presentando índices de violencia altos. Se integró un pelotón de soldado pero interviniendo a la comunidad con trabajo social y más que todo preventivo al consumo de alucinógenos y el tema de microextorsión y microtráfico por parte de los delincuentes; gracias a Dios mejoraron todos estos índices y hoy la gente sale a trotar en la madrugada, pasan por cualquier zona sin miedo. El año anterior intervinimos tres zonas, este año queremos llegar a seis de La Nevada.
EP: ¿Qué ha sido lo más difícil para el Batallón de Ingenieros?
DP: Luchar contra la gente que no informa. Cuando la gente ve que pasan las cosas y no se preocupan por denunciar al bandido, eso que permite la gente con su silencio, es lo que a nosotros nos dificulta poder hacer una identificación y judicialización de estas personas que atentan contra la población civil, en especial a los jóvenes.
EP: Teniendo en cuenta que Valledupar y sus corregimientos son blanco de la violencia, extorsiones, abigeato, entre otros ¿cómo manejan estos problemas?
DP: El año anterior se hicieron 31 capturas, mejorando los porcentajes de años anteriores; esto no significa que antes hubo más delincuencia. La extorsión es un negocio, y es uno de los más grandes que existe en Colombia, Valledupar no es ajeno a esto. Sabemos de grupos que están intentando entrar a diferentes corregimientos como es el Alto de la Vuelta, Guacoche, Guacochito, El Jabo, Las Raíces, donde inicialmente a la gente la llaman para pedirles una cuota extorsiva, y todo esto lo estamos trabajando de la mano del CTI, Sijín de lo que ha dado como resultado sacar las bandas de esas zonas. Estos grupos posteriormente emigran a otros sectores, y ahora se están presentando en La Mesa, Azúcar Buena, Mariangola, Valencia de Jesús, Aguas Blancas, inclusive en Pueblo Bello y Villa Germania, pero estamos haciendo un trabajo fuerte con inteligencia militar para poder individualizar, y judicializar estas personas. La seguridad no es colocar un soldado en cada finca, la seguridad es tener unas muy buenas herramientas de inteligencia.
EP: Y ¿cómo ha sido el trabajo con los indígenas, teniendo en cuenta sus leyes?
DP: Con los indígenas se viene haciendo un trabajo relevante. Ellos mismos entregan un tipo de instrucción a los soldados antes de entrar a las áreas Kankuamas y Arhuacas, para saber cómo comportarse e ingresar a las zonas.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN