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Columnista - 7 julio, 2013

La estrategia de las Farc

Desde que se inició el proceso de paz, he sido muy escéptico. Pero, como van las cosas, estimo que ambas partes están en un punto de no retorno que obligatoriamente los conducirá al cese del conflicto, aunque sea en el papel y con resultados que todavía son una incógnita, porque no hay una estrategia postconflicto que garantice la inclusión de los insurgentes a la sociedad, ni una posibilidad cierta de refrendación de acuerdos.

Por Jacobo Solano 

Desde que se inició el proceso de paz, he sido muy escéptico. Pero, como van las cosas, estimo que ambas partes están en un punto de no retorno que obligatoriamente los conducirá al cese del conflicto, aunque sea en el papel y con resultados que todavía son una incógnita, porque no hay una estrategia postconflicto que garantice la inclusión de los insurgentes a la sociedad, ni una posibilidad cierta de refrendación de acuerdos. 

El gobierno en su afán de conquistar la paz, a cualquier costo, puede ceder para lograr el objetivo y no se levantará de la mesa, a menos que se presente algo verdaderamente grave, como el secuestro del avión del senador Jorge Gechem que terminó con la intención de paz en el gobierno Pastrana. De otro lado, las Farc están aprovechando su mejor escenario en muchos años para conquistar logros insospechados, en un proceso que le devolvió las credenciales políticas a pesar de tantos años de barbarie y terrorismo. En este momento los insurgentes están combinando las diferentes formas de lucha de manera estratégica y efectiva, se nota que asimilaron el error del Caguán para actuar con inteligencia. En primer orden, continúan con los ataques armados, como los que a diario se presentan en toda la bota caucana que les otorgan fortaleza en la mesa y los mantiene como un grupo desestabilizador; penetran paros que arrinconan al gobierno, como el del Catatumbo que inició como una protesta campesina y se ha convertido en un campo de batalla con varios muertos, y las soluciones no se ven por la falta de un Estado que se apropie de sus problemas, y lo peor, puede ser el inicio de un gran paro nacional donde la guerrilla ejercería mucha más presión por soluciones sociales y les permitiría ganar adeptos. A nivel internacional, se están moviendo muy bien, tienen el respaldo de Nicolás Maduro, los Castro y el bloque del Alba, a quienes les interesa legalizar su lucha para continuar con su plan expansivo en Latinoamérica y cada vez que alzan la voz, sacuden el proceso y ponen a temblar a Santos. Rematan en La Habana, manejando un discurso político que plantea reformas al estado que los hacen quedar como intelectuales profundos y utilizan a los medios, que buscan la chiva, como caja de resonancia, además de manejar la agenda con temas que se salen de los 5 puntos: silenciar las armas, no entregarlas, ampliar el calendario electoral para que el proceso no se afecte, una constituyente que sea el final del proceso, elección popular de procurador, fiscal en fin, y, por último, involucran hábilmente al Eln que se deja utilizar porque ha sido tratado como guerrilla de tercera, para que se sume a la presión que tiene al gobierno arrinconado. Es el momento de dar un timonazo y recobrar la brújula del proceso, porque como vamos, la paz está cerca, pero con poca justicia, nada de verdad y menos reparación. 

Columnista
7 julio, 2013

La estrategia de las Farc

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Desde que se inició el proceso de paz, he sido muy escéptico. Pero, como van las cosas, estimo que ambas partes están en un punto de no retorno que obligatoriamente los conducirá al cese del conflicto, aunque sea en el papel y con resultados que todavía son una incógnita, porque no hay una estrategia postconflicto que garantice la inclusión de los insurgentes a la sociedad, ni una posibilidad cierta de refrendación de acuerdos.


Por Jacobo Solano 

Desde que se inició el proceso de paz, he sido muy escéptico. Pero, como van las cosas, estimo que ambas partes están en un punto de no retorno que obligatoriamente los conducirá al cese del conflicto, aunque sea en el papel y con resultados que todavía son una incógnita, porque no hay una estrategia postconflicto que garantice la inclusión de los insurgentes a la sociedad, ni una posibilidad cierta de refrendación de acuerdos. 

El gobierno en su afán de conquistar la paz, a cualquier costo, puede ceder para lograr el objetivo y no se levantará de la mesa, a menos que se presente algo verdaderamente grave, como el secuestro del avión del senador Jorge Gechem que terminó con la intención de paz en el gobierno Pastrana. De otro lado, las Farc están aprovechando su mejor escenario en muchos años para conquistar logros insospechados, en un proceso que le devolvió las credenciales políticas a pesar de tantos años de barbarie y terrorismo. En este momento los insurgentes están combinando las diferentes formas de lucha de manera estratégica y efectiva, se nota que asimilaron el error del Caguán para actuar con inteligencia. En primer orden, continúan con los ataques armados, como los que a diario se presentan en toda la bota caucana que les otorgan fortaleza en la mesa y los mantiene como un grupo desestabilizador; penetran paros que arrinconan al gobierno, como el del Catatumbo que inició como una protesta campesina y se ha convertido en un campo de batalla con varios muertos, y las soluciones no se ven por la falta de un Estado que se apropie de sus problemas, y lo peor, puede ser el inicio de un gran paro nacional donde la guerrilla ejercería mucha más presión por soluciones sociales y les permitiría ganar adeptos. A nivel internacional, se están moviendo muy bien, tienen el respaldo de Nicolás Maduro, los Castro y el bloque del Alba, a quienes les interesa legalizar su lucha para continuar con su plan expansivo en Latinoamérica y cada vez que alzan la voz, sacuden el proceso y ponen a temblar a Santos. Rematan en La Habana, manejando un discurso político que plantea reformas al estado que los hacen quedar como intelectuales profundos y utilizan a los medios, que buscan la chiva, como caja de resonancia, además de manejar la agenda con temas que se salen de los 5 puntos: silenciar las armas, no entregarlas, ampliar el calendario electoral para que el proceso no se afecte, una constituyente que sea el final del proceso, elección popular de procurador, fiscal en fin, y, por último, involucran hábilmente al Eln que se deja utilizar porque ha sido tratado como guerrilla de tercera, para que se sume a la presión que tiene al gobierno arrinconado. Es el momento de dar un timonazo y recobrar la brújula del proceso, porque como vamos, la paz está cerca, pero con poca justicia, nada de verdad y menos reparación.