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Columnista - 12 octubre, 2016

La enfermedad de un gran hombre

La enfermedad de un amigo ha causado muchossentimientos de solidaridad hacía él y su familia, de parte de todos los estamentos de la Universidad Popular del Cesar (UPC) y la sociedad vallenata. Se trata de Miguel Antonio Andrade Montero, quien sufrió una isquemia cerebral el pasado domingo en la madrugada, cuando se encontraba en su […]

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La enfermedad de un amigo ha causado muchossentimientos de solidaridad hacía él y su familia, de parte de todos los estamentos de la Universidad Popular del Cesar (UPC) y la sociedad vallenata.

Se trata de Miguel Antonio Andrade Montero, quien sufrió una isquemia cerebral el pasado domingo en la madrugada, cuando se encontraba en su residencia. Hoy está en cuidados intensivos en la Clínica Cardiovascular con un diagnóstico médico de “muerte cerebral”.

Advierto que por asuntos de tiempos en el periódico, esta columna periodística la escribí en la noche del lunes 10 de octubre y esa misma noche la envié a EL PILÓN, confiado de que el Todopoderoso metería su mano para sacar de ese trance tan crítico a nuestro querido amigo quien funge como Tesorero en la UPC desde hace 16 años.

‘Migue’, como todos le decimos en la UPC, es uno de esos hombres carismáticos, amigo de todo mundo, capaz de rasgarse la vestidura por un compañero.

Nació 21 de julio de 1970, estudió Administración de Empresas en la Universidad Autónoma, es especialista en Diseño y Evaluación de Proyectos y hoy estudia Contaduría en la UPC, en donde ingreso a laborar como Jefe de Inventario en el año 2000.

Sus padres son Miguel Andrade, un campesino, oriundo de Chivolo, Magdalena, y Edelmira Montero. Tiene 15 hermanos. Está casado con Yolanda Rodelo, de cuya unión hay cuatro hijos: Jesús David, Salomón, Saray y Abraham.

Su enfermedad ha sorprendido a todo el mundo, porque sabemos de su fortaleza, pero seguramente lo veremos muy pronto de vuelta en la universidad, con su alegría en el rostro –como es él.

Mali, Nelsi y Paulina, quienes trabajan con él en Tesorería están compungidos. “Miguel más que un jefe, es un amigo. Alegre, no se amarga con nada y siempre tiene la palabra precisa para cada uno. Confiamos en Dios, él va a volver a la oficina”, sostiene Nelsi.

Todos están aferrados a Dios por la vida de Miguel, todos los empleados y docentes de la UPC se la pasan día y noche afuera de la clínica esperando verlo salir por la puerta.

Orlando, su compañero de trabajo asegura que es “un buen padre, buen amigo, buen hijo, un pacificador, lo estamos esperando”.

Su mamá Edelmira está hecha trizas del pesar, pero todo lo deja a voluntad de Dios. Su papá Miguel cuenta que ‘Migue’ tiene muchas fortalezas. Dijo que ha entrado cuatro veces a verlo.

“Llegué tranquilo, como es él, le sobé la cabeza y le dije: “hijo usted es fuerte, tiene que pararse de ahí, muestre el temple que siempre ha tenido como hombre luchador, todos sus amigos están allá afuera esperándolo”. Dice que cuando le hablaba los ojos se le pusieron llorosos y movió una pierna. Sabe que lo escuchó. “Estoy tranquilo y todos confiamos en Dios, para que nuestro hijo se levante de esa cama”, agregó.

Mientras tanto, los estamentos de la Universidad Popular del Cesar siguen en cadena de oraciones por su salud y haciendo presencia en la clínica en solidaridad con la familia y con Miguel Antonio Andrade Montero.

Mis consejeros periodísticos y yo también creemos en la voluntad de Dios y su regreso a la U, porque ‘Migue’ es un ejemplo de vida, trabajador, honrado y sobre todo compañero de verdad, a quien se puede esperar con la mano tendida. Te estamos esperando compadre ‘Migue’ como siempre suelo decirle en los pasillos de la universidad. Hasta la próxima semana.

Columnista
12 octubre, 2016

La enfermedad de un gran hombre

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

La enfermedad de un amigo ha causado muchossentimientos de solidaridad hacía él y su familia, de parte de todos los estamentos de la Universidad Popular del Cesar (UPC) y la sociedad vallenata. Se trata de Miguel Antonio Andrade Montero, quien sufrió una isquemia cerebral el pasado domingo en la madrugada, cuando se encontraba en su […]


La enfermedad de un amigo ha causado muchossentimientos de solidaridad hacía él y su familia, de parte de todos los estamentos de la Universidad Popular del Cesar (UPC) y la sociedad vallenata.

Se trata de Miguel Antonio Andrade Montero, quien sufrió una isquemia cerebral el pasado domingo en la madrugada, cuando se encontraba en su residencia. Hoy está en cuidados intensivos en la Clínica Cardiovascular con un diagnóstico médico de “muerte cerebral”.

Advierto que por asuntos de tiempos en el periódico, esta columna periodística la escribí en la noche del lunes 10 de octubre y esa misma noche la envié a EL PILÓN, confiado de que el Todopoderoso metería su mano para sacar de ese trance tan crítico a nuestro querido amigo quien funge como Tesorero en la UPC desde hace 16 años.

‘Migue’, como todos le decimos en la UPC, es uno de esos hombres carismáticos, amigo de todo mundo, capaz de rasgarse la vestidura por un compañero.

Nació 21 de julio de 1970, estudió Administración de Empresas en la Universidad Autónoma, es especialista en Diseño y Evaluación de Proyectos y hoy estudia Contaduría en la UPC, en donde ingreso a laborar como Jefe de Inventario en el año 2000.

Sus padres son Miguel Andrade, un campesino, oriundo de Chivolo, Magdalena, y Edelmira Montero. Tiene 15 hermanos. Está casado con Yolanda Rodelo, de cuya unión hay cuatro hijos: Jesús David, Salomón, Saray y Abraham.

Su enfermedad ha sorprendido a todo el mundo, porque sabemos de su fortaleza, pero seguramente lo veremos muy pronto de vuelta en la universidad, con su alegría en el rostro –como es él.

Mali, Nelsi y Paulina, quienes trabajan con él en Tesorería están compungidos. “Miguel más que un jefe, es un amigo. Alegre, no se amarga con nada y siempre tiene la palabra precisa para cada uno. Confiamos en Dios, él va a volver a la oficina”, sostiene Nelsi.

Todos están aferrados a Dios por la vida de Miguel, todos los empleados y docentes de la UPC se la pasan día y noche afuera de la clínica esperando verlo salir por la puerta.

Orlando, su compañero de trabajo asegura que es “un buen padre, buen amigo, buen hijo, un pacificador, lo estamos esperando”.

Su mamá Edelmira está hecha trizas del pesar, pero todo lo deja a voluntad de Dios. Su papá Miguel cuenta que ‘Migue’ tiene muchas fortalezas. Dijo que ha entrado cuatro veces a verlo.

“Llegué tranquilo, como es él, le sobé la cabeza y le dije: “hijo usted es fuerte, tiene que pararse de ahí, muestre el temple que siempre ha tenido como hombre luchador, todos sus amigos están allá afuera esperándolo”. Dice que cuando le hablaba los ojos se le pusieron llorosos y movió una pierna. Sabe que lo escuchó. “Estoy tranquilo y todos confiamos en Dios, para que nuestro hijo se levante de esa cama”, agregó.

Mientras tanto, los estamentos de la Universidad Popular del Cesar siguen en cadena de oraciones por su salud y haciendo presencia en la clínica en solidaridad con la familia y con Miguel Antonio Andrade Montero.

Mis consejeros periodísticos y yo también creemos en la voluntad de Dios y su regreso a la U, porque ‘Migue’ es un ejemplo de vida, trabajador, honrado y sobre todo compañero de verdad, a quien se puede esperar con la mano tendida. Te estamos esperando compadre ‘Migue’ como siempre suelo decirle en los pasillos de la universidad. Hasta la próxima semana.