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Editorial - 16 julio, 2019

La encrucijada energética del Cesar

Colombia se adentra en una época propicia para hablar de sus fuentes de energía, de su matriz energética, y en eso estamos en EL PILÓN, donde hemos plasmado resultados de investigaciones relacionados con el nacimiento, auge y el comprometedor momento del mercado del carbón térmico; los pilotos de yacimientos no convencionales, y la llegada con paso sorprendente de las energías renovables (solar y eólica).

Colombia se adentra en una época propicia para hablar de sus fuentes de energía, de su matriz energética, y en eso estamos en EL PILÓN, donde hemos plasmado resultados de investigaciones relacionados con el nacimiento, auge y el comprometedor momento del mercado del carbón térmico; los pilotos de yacimientos no convencionales, y la llegada con paso sorprendente de las energías renovables (solar y eólica).

Hoy nos disponemos a participar en el Conversatorio: “Desarrollo energético del Cesar”, más exactamente en el panel ‘Proyectos energéticos y desarrollo regional’, y para esto contaremos con notables invitados para un diálogo de alto nivel, en una iniciativa que tuvo el diario La República y a la que nos sumamos con determinación.

El departamento de El Cesar y el vecino de La Guajira son epicentro de preocupaciones para su futuro y el de la Nación lo energético pero también por fortuna son tierra de grandes oportunidades hasta de las renovables.

Coexisten en el territorio explotaciones de minería hoy tradicional, modernas, de gran escala y de talla mundial, en la encrucijada de precios volátiles y que han vuelto a niveles deplorables, generando la incertidumbre de si por la rápida adopción de medidas concertadas para contrarrestar el denominado cambio climático, se achicarán expectativas, empleos y servicios en la región.

Esperamos que, con bajos precios, se desincentive a nuevos productores y que así se regulen suministros y demanda de tal modo que se siga por algunas décadas más una producción rentable, de aquellas explotaciones de menor costo y buenas calidades, como las que nos caracterizan en Colombia. Hemos llamado a las comunidades y a sus dirigentes, políticos y sociales y sindicales, a ser comprensivos de que es necesaria una explotación sin extremas restricciones, ya que la minería contribuye a la generación de ingresos y a que se mantengan importantes regalías.

Lo que viene sin duda es la transición, en la que juega gran papel el gas cuyo desarrollo cesarense vemos bien, como una cara de la producción de hidrocarburos, que debe complementarse con las posibilidades de que en medio de severas previsiones ambientales se desarrollen también pilotos de fracturamiento hidráulico para el petróleo. Recogemos el clamor de sectores ciudadanos que exigen ser rigurosos en atenuar sus impactos, pero no llegamos al extremo de despreciar para el Cesar y el país, en la balanza de pesos y contrapesos, sus beneficios.

Editorial
16 julio, 2019

La encrucijada energética del Cesar

Colombia se adentra en una época propicia para hablar de sus fuentes de energía, de su matriz energética, y en eso estamos en EL PILÓN, donde hemos plasmado resultados de investigaciones relacionados con el nacimiento, auge y el comprometedor momento del mercado del carbón térmico; los pilotos de yacimientos no convencionales, y la llegada con paso sorprendente de las energías renovables (solar y eólica).


Colombia se adentra en una época propicia para hablar de sus fuentes de energía, de su matriz energética, y en eso estamos en EL PILÓN, donde hemos plasmado resultados de investigaciones relacionados con el nacimiento, auge y el comprometedor momento del mercado del carbón térmico; los pilotos de yacimientos no convencionales, y la llegada con paso sorprendente de las energías renovables (solar y eólica).

Hoy nos disponemos a participar en el Conversatorio: “Desarrollo energético del Cesar”, más exactamente en el panel ‘Proyectos energéticos y desarrollo regional’, y para esto contaremos con notables invitados para un diálogo de alto nivel, en una iniciativa que tuvo el diario La República y a la que nos sumamos con determinación.

El departamento de El Cesar y el vecino de La Guajira son epicentro de preocupaciones para su futuro y el de la Nación lo energético pero también por fortuna son tierra de grandes oportunidades hasta de las renovables.

Coexisten en el territorio explotaciones de minería hoy tradicional, modernas, de gran escala y de talla mundial, en la encrucijada de precios volátiles y que han vuelto a niveles deplorables, generando la incertidumbre de si por la rápida adopción de medidas concertadas para contrarrestar el denominado cambio climático, se achicarán expectativas, empleos y servicios en la región.

Esperamos que, con bajos precios, se desincentive a nuevos productores y que así se regulen suministros y demanda de tal modo que se siga por algunas décadas más una producción rentable, de aquellas explotaciones de menor costo y buenas calidades, como las que nos caracterizan en Colombia. Hemos llamado a las comunidades y a sus dirigentes, políticos y sociales y sindicales, a ser comprensivos de que es necesaria una explotación sin extremas restricciones, ya que la minería contribuye a la generación de ingresos y a que se mantengan importantes regalías.

Lo que viene sin duda es la transición, en la que juega gran papel el gas cuyo desarrollo cesarense vemos bien, como una cara de la producción de hidrocarburos, que debe complementarse con las posibilidades de que en medio de severas previsiones ambientales se desarrollen también pilotos de fracturamiento hidráulico para el petróleo. Recogemos el clamor de sectores ciudadanos que exigen ser rigurosos en atenuar sus impactos, pero no llegamos al extremo de despreciar para el Cesar y el país, en la balanza de pesos y contrapesos, sus beneficios.