El escritor estuvo en un extenso conversatorio en Felva 2023, donde relató a este importante personaje, padre de la geografía moderna.
Con el escenario lleno y un público atento, el escritor bogotano William Ospina, presentó en la Casa de la Cultura Municipal, su más reciente novela, ‘Pondré mi oído en la piedra hasta que hable’, en el marco del segundo día de conversatorios y exposiciones que ha traído la Feria del Libro Valledupar, Felva 2023, que lidera el diario EL PILÓN.
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De manera detallada, Ospina relató que esta obra está basada en Alexander Von Humboldt viéndolo desde la perspectiva más humana y personal.
Contó que el libro es el resultado de una investigación detallada sobre lo que el mismo Humboldt escribió sobre sus viajes y descubrimientos, los testimonios de sus encuentros con personalidades del siglo XVIII y XIX.
De esta manera recordó que, cuando Humboldt llega a América antes de ir a Cuba, por un imprevisto hace una parada en Cumaná, Venezuela, donde permaneció por un tiempo y recorrió litorales, donde se encontró con una variedad botánica que en Europa no había ni hay.
“Mientras allá hay 20.000 plantas aquí en América hay 100.000 variedad de plantas, o sea la naturaleza estaba aquí no allá, aquí la vida es más verde. En ese entonces no había llegado a Colombia en ese entonces era La Nueva Granada, y cuando le dieron su pasaporte para ir a América solo iba a pasar por acá para ir a Panamá, cuando aún no existía el canal de Panamá, pero de inmediato supo que había la necesidad de hacerlo y conectar dos mundos”, relató William Ospina.
También dijo que este personaje que nació en Berlín y decidió gastar su fortuna recorriendo el mundo, uno de sus viajes fue por el río Apure y Orinoco, en Venezuela porque le interesaba conocer si era verdad lo que decían grandes pensadores e investigadores en el mundo sobre que estas dos grandes cuencas hidrográficas estaban conectadas entre sí o eran diferentes.
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William Ospina además narró que, en esta novela, se encuentra cómo el personaje central escribe su paso por el río Magdalena, y que después de 45 días de conocerlo ya lo había estudiado e, incluso, sabía cuáles ríos desembocan en este cuerpo de agua, sabía su temperatura y magnetismo, con una investigación que contribuyó a la realización de los mapas que aún están vigentes.
“Humboldt es famoso por ser el creador y fundador de la geografía moderna, pero no podía hacer todo eso sin haberse encontrado con todo lo botánico y sin haber visto 6 mil láminas botánicas, y las maravillas que tiene nuestra naturaleza”, señaló William Ospina.
William Ospina refirió que la literatura no lo ha apartado del mundo, pensó que al dedicarse a este arte estaría alejado de su entorno, sin embargo, sostuvo que ha pasado todo lo contrario, los libros le han permitido viajar por parte de América del Sur, y otras naciones enriqueciendo su marco de referencia que da pie a cada una de sus investigaciones y que son plasmadas en las páginas que escribe.
En este conversatorio estuvieron presentes escritores y poetas de la región, como también estudiantes de colegios y universidades.
Ursúa, 2005; El país de la canela, 2008; La serpiente sin ojos, 2013; El año del verano que nunca llegó, 2015; Guayacanal, 2019. También ha escrito más de 10 ensayos y ha sido merecedor de seis premios, entre estos, el Premio Rómulo Gallegos, 2009.
El escritor estuvo en un extenso conversatorio en Felva 2023, donde relató a este importante personaje, padre de la geografía moderna.
Con el escenario lleno y un público atento, el escritor bogotano William Ospina, presentó en la Casa de la Cultura Municipal, su más reciente novela, ‘Pondré mi oído en la piedra hasta que hable’, en el marco del segundo día de conversatorios y exposiciones que ha traído la Feria del Libro Valledupar, Felva 2023, que lidera el diario EL PILÓN.
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De manera detallada, Ospina relató que esta obra está basada en Alexander Von Humboldt viéndolo desde la perspectiva más humana y personal.
Contó que el libro es el resultado de una investigación detallada sobre lo que el mismo Humboldt escribió sobre sus viajes y descubrimientos, los testimonios de sus encuentros con personalidades del siglo XVIII y XIX.
De esta manera recordó que, cuando Humboldt llega a América antes de ir a Cuba, por un imprevisto hace una parada en Cumaná, Venezuela, donde permaneció por un tiempo y recorrió litorales, donde se encontró con una variedad botánica que en Europa no había ni hay.
“Mientras allá hay 20.000 plantas aquí en América hay 100.000 variedad de plantas, o sea la naturaleza estaba aquí no allá, aquí la vida es más verde. En ese entonces no había llegado a Colombia en ese entonces era La Nueva Granada, y cuando le dieron su pasaporte para ir a América solo iba a pasar por acá para ir a Panamá, cuando aún no existía el canal de Panamá, pero de inmediato supo que había la necesidad de hacerlo y conectar dos mundos”, relató William Ospina.
También dijo que este personaje que nació en Berlín y decidió gastar su fortuna recorriendo el mundo, uno de sus viajes fue por el río Apure y Orinoco, en Venezuela porque le interesaba conocer si era verdad lo que decían grandes pensadores e investigadores en el mundo sobre que estas dos grandes cuencas hidrográficas estaban conectadas entre sí o eran diferentes.
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William Ospina además narró que, en esta novela, se encuentra cómo el personaje central escribe su paso por el río Magdalena, y que después de 45 días de conocerlo ya lo había estudiado e, incluso, sabía cuáles ríos desembocan en este cuerpo de agua, sabía su temperatura y magnetismo, con una investigación que contribuyó a la realización de los mapas que aún están vigentes.
“Humboldt es famoso por ser el creador y fundador de la geografía moderna, pero no podía hacer todo eso sin haberse encontrado con todo lo botánico y sin haber visto 6 mil láminas botánicas, y las maravillas que tiene nuestra naturaleza”, señaló William Ospina.
William Ospina refirió que la literatura no lo ha apartado del mundo, pensó que al dedicarse a este arte estaría alejado de su entorno, sin embargo, sostuvo que ha pasado todo lo contrario, los libros le han permitido viajar por parte de América del Sur, y otras naciones enriqueciendo su marco de referencia que da pie a cada una de sus investigaciones y que son plasmadas en las páginas que escribe.
En este conversatorio estuvieron presentes escritores y poetas de la región, como también estudiantes de colegios y universidades.
Ursúa, 2005; El país de la canela, 2008; La serpiente sin ojos, 2013; El año del verano que nunca llegó, 2015; Guayacanal, 2019. También ha escrito más de 10 ensayos y ha sido merecedor de seis premios, entre estos, el Premio Rómulo Gallegos, 2009.