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Editorial - 27 julio, 2021

La Delta llega y mete miedo

Ha llegado la variante delta a Colombia, altamente contagiosa,  en un momento en el cual a pesar de que se ha mejorado el ritmo de vacunación, el rezago continúa, y las medidas de prevención se han relajado, por razón del retorno a la normalidad y por mayores niveles de confianza (por la vacunación o porque se han enterado de que los casos y muertes han bajado en más de un 50 % de la situación de  hace cuatro semanas).

Ha llegado la variante delta a Colombia, altamente contagiosa,  en un momento en el cual a pesar de que se ha mejorado el ritmo de vacunación, el rezago continúa, y las medidas de prevención se han relajado, por razón del retorno a la normalidad y por mayores niveles de confianza (por la vacunación o porque se han enterado de que los casos y muertes han bajado en más de un 50 % de la situación de  hace cuatro semanas).

Se sabe que las personas infectadas con la variante delta emiten niveles mucho más altos de virus durante periodos más extensos en comparación con las primeras cepas del covid-19. Un estudio, en la fase inicial, en los Estados Unidos, ha estimado que la carga viral es 1.000 veces mayor en personas con la variante delta. Estas altas cargas virales le dan al virus más oportunidades de desafiar los  anticuerpos y superar la protección de la vacuna.

Esta es dos veces más transmisible que la cepa original de COVID-19. El número básico de reproducción del virus es de alrededor de 6, cuando antes era de 2 o 3,  el número de personas que es probable que contagie un portador.

Las infecciones posvacunación reciben mucha atención porque las personas vacunadas hablan de ellas en las redes sociales. “Cuando se dan conjuntos de infecciones posvacunación, también se informa sobre ellos en revistas científicas o en los medios de comunicación”.

Pero es importante recordar que, si bien los casos posvacunación son relativamente raros, igual pueden ocurrir sin importar cuál vacuna hayas recibido. Eso no significa que la vacuna no esté funcionando.

A mediados de julio en Estados Unidos 160 millones de personas se habían vacunado con esquema completo “y solo 5.492 presentaron casos de infección posvacunación que derivaron en enfermedades graves, incluyendo 1.063 que fallecieron. Eso es menos del 0,0007 por ciento de la población vacunada. Mientras tanto, el 99 por ciento de las muertes por covid-19 ocurre entre los no vacunados.

“Los cinturones de seguridad reducen el riesgo, pero todavía tenemos que conducir con cuidado. Todavía estamos intentando averiguar qué es ‘conducir con cuidado’ en la era de la variante delta y qué deberíamos hacer”. (New York Times, 25, julio 2021).

Todo indica que si bien debemos acelerar la vacunación, y  aunque es humano y natural  tener confianza, no podemos bajar la guardia y deben redoblarse los esfuerzos porque con la ferocidad de esa variante amenazante como un fantasma desconocido, toda la población entregada a la actividad de reactivar su vida, sus trabajos, sus entretenimientos, no puede desconocer los riesgos que aún perduran en nuestro diario vivir.

En la costa los niveles han mejorado, ciudades como Barranquilla que alcanzaban hace dos meses centenas de muertos diarios han tenido esta pasada semana  días de cero decesos. Igual sucede en Cesar y La Guajira.  Pero esta pandemia del coronavirus no deja ni dejará de darnos amargas sorpresas.  

Editorial
27 julio, 2021

La Delta llega y mete miedo

Ha llegado la variante delta a Colombia, altamente contagiosa,  en un momento en el cual a pesar de que se ha mejorado el ritmo de vacunación, el rezago continúa, y las medidas de prevención se han relajado, por razón del retorno a la normalidad y por mayores niveles de confianza (por la vacunación o porque se han enterado de que los casos y muertes han bajado en más de un 50 % de la situación de  hace cuatro semanas).


Ha llegado la variante delta a Colombia, altamente contagiosa,  en un momento en el cual a pesar de que se ha mejorado el ritmo de vacunación, el rezago continúa, y las medidas de prevención se han relajado, por razón del retorno a la normalidad y por mayores niveles de confianza (por la vacunación o porque se han enterado de que los casos y muertes han bajado en más de un 50 % de la situación de  hace cuatro semanas).

Se sabe que las personas infectadas con la variante delta emiten niveles mucho más altos de virus durante periodos más extensos en comparación con las primeras cepas del covid-19. Un estudio, en la fase inicial, en los Estados Unidos, ha estimado que la carga viral es 1.000 veces mayor en personas con la variante delta. Estas altas cargas virales le dan al virus más oportunidades de desafiar los  anticuerpos y superar la protección de la vacuna.

Esta es dos veces más transmisible que la cepa original de COVID-19. El número básico de reproducción del virus es de alrededor de 6, cuando antes era de 2 o 3,  el número de personas que es probable que contagie un portador.

Las infecciones posvacunación reciben mucha atención porque las personas vacunadas hablan de ellas en las redes sociales. “Cuando se dan conjuntos de infecciones posvacunación, también se informa sobre ellos en revistas científicas o en los medios de comunicación”.

Pero es importante recordar que, si bien los casos posvacunación son relativamente raros, igual pueden ocurrir sin importar cuál vacuna hayas recibido. Eso no significa que la vacuna no esté funcionando.

A mediados de julio en Estados Unidos 160 millones de personas se habían vacunado con esquema completo “y solo 5.492 presentaron casos de infección posvacunación que derivaron en enfermedades graves, incluyendo 1.063 que fallecieron. Eso es menos del 0,0007 por ciento de la población vacunada. Mientras tanto, el 99 por ciento de las muertes por covid-19 ocurre entre los no vacunados.

“Los cinturones de seguridad reducen el riesgo, pero todavía tenemos que conducir con cuidado. Todavía estamos intentando averiguar qué es ‘conducir con cuidado’ en la era de la variante delta y qué deberíamos hacer”. (New York Times, 25, julio 2021).

Todo indica que si bien debemos acelerar la vacunación, y  aunque es humano y natural  tener confianza, no podemos bajar la guardia y deben redoblarse los esfuerzos porque con la ferocidad de esa variante amenazante como un fantasma desconocido, toda la población entregada a la actividad de reactivar su vida, sus trabajos, sus entretenimientos, no puede desconocer los riesgos que aún perduran en nuestro diario vivir.

En la costa los niveles han mejorado, ciudades como Barranquilla que alcanzaban hace dos meses centenas de muertos diarios han tenido esta pasada semana  días de cero decesos. Igual sucede en Cesar y La Guajira.  Pero esta pandemia del coronavirus no deja ni dejará de darnos amargas sorpresas.