Entraremos en una época del postcarbón pero esta será prolongada. Otra forma inteligente de verlo, a los ojos del ingeniero Arregocés, “aprovechemos la segunda era del carbón” en nuestro departamento. Lo interpretamos como llamado a que reorientemos y cuidemos las regalías, pensemos en diversificación, en desarrollar capacidades productivas, en la educación.
A propósito de nuestra publicación sobre los resultados de la cumbre climática mundial de Glasgow, en Reino Unido: ‘El Cesar y las conclusiones del COP26: “Se reducirá la explotación de carbón”, un miembro de la Mesa del Árbol, el colectivo ambiental creado hace 5 años por Miguel Ángel Sierra y EL PILÓN, hizo un comentario: “Siempre lo manifesté y la COP26 me dio la razón, la descarbonización es gradual por muchas razones que todos ya conocen, lo que permite como primera conclusión que el Post carbón no es en Colombia ni mucho menos en el departamento del Cesar; igualmente, debemos acelerar el proceso de implementación de energías alternativas con recursos económicos provenientes del aprovechamiento de la explotación de carbón. Trabajemos por una minería responsable y bien hecha y aprovechemos la segunda era del carbón que nos brinda la COP26. Este es un tema que hasta el día de hoy será de mis comentarios y me despido diciendo ‘El postcarbón no es ni será en el departamento del Cesar por los próximos 50 años y más”. Mensaje de Gustavo Arregocés.
Es un asunto trascendental. Se habla de prepararnos para el postCarbón, pero hay otros que de la mano de la duración de los contratos de Drummond, dicen que esa nueva época no está cerca. Ambos tienen razón.
Entraremos en una época del postcarbón pero esta será prolongada. Otra forma inteligente de verlo, a los ojos del ingeniero Arregocés, “aprovechemos la segunda era del carbón” en nuestro departamento. Lo interpretamos como llamado a que reorientemos y cuidemos las regalías, pensemos en diversificación, en desarrollar capacidades productivas, en la educación.
No se puede colegir otra cosa de los resultados de la mencionada cumbre en la que la proposición de ‘eliminar’ el carbón fue sustituida, por la insistencia de los países asiáticos como China e India, por ‘reducir’. El punto fue más allá: en la declaración final se acordó que cualquier propósito deseable de eliminación se debía hacer sobre industrias de carbón sin captura de emisiones y al referirse al propósito de la desaparición de cualquier subsidio de los Estados a combustibles fósiles se precisó que fuesen de aquellos sistemas ineficientes.
Todo indica que prevaleció la fuerte demanda por el uso del mineral en el corto plazo sobre los objetivos ambientales de largo plazo. Aunque nadie lo dijo, ya que era impopular, no se pudieron sustraer los gobiernos a una dura realidad de la economía que abruptamente no puede eliminarlo mientras las necesidades energéticas se han aumentado después de la parálisis de la pandemia.
Países como China e India han tenido que parar industrias por la escasez de carbones para generar energía y los nuevos proyectos de energías renovables aún están en ciernes, no garantizan permanencia de generación constante y también, quién lo creyera, se afectan por los efectos impredecibles del ‘cambio climático’ que proponen enfrentar. Hubo en sus instalaciones, en los países ricos, menos vientos y menos sol.
Entraremos en una época del postcarbón pero esta será prolongada. Otra forma inteligente de verlo, a los ojos del ingeniero Arregocés, “aprovechemos la segunda era del carbón” en nuestro departamento. Lo interpretamos como llamado a que reorientemos y cuidemos las regalías, pensemos en diversificación, en desarrollar capacidades productivas, en la educación.
A propósito de nuestra publicación sobre los resultados de la cumbre climática mundial de Glasgow, en Reino Unido: ‘El Cesar y las conclusiones del COP26: “Se reducirá la explotación de carbón”, un miembro de la Mesa del Árbol, el colectivo ambiental creado hace 5 años por Miguel Ángel Sierra y EL PILÓN, hizo un comentario: “Siempre lo manifesté y la COP26 me dio la razón, la descarbonización es gradual por muchas razones que todos ya conocen, lo que permite como primera conclusión que el Post carbón no es en Colombia ni mucho menos en el departamento del Cesar; igualmente, debemos acelerar el proceso de implementación de energías alternativas con recursos económicos provenientes del aprovechamiento de la explotación de carbón. Trabajemos por una minería responsable y bien hecha y aprovechemos la segunda era del carbón que nos brinda la COP26. Este es un tema que hasta el día de hoy será de mis comentarios y me despido diciendo ‘El postcarbón no es ni será en el departamento del Cesar por los próximos 50 años y más”. Mensaje de Gustavo Arregocés.
Es un asunto trascendental. Se habla de prepararnos para el postCarbón, pero hay otros que de la mano de la duración de los contratos de Drummond, dicen que esa nueva época no está cerca. Ambos tienen razón.
Entraremos en una época del postcarbón pero esta será prolongada. Otra forma inteligente de verlo, a los ojos del ingeniero Arregocés, “aprovechemos la segunda era del carbón” en nuestro departamento. Lo interpretamos como llamado a que reorientemos y cuidemos las regalías, pensemos en diversificación, en desarrollar capacidades productivas, en la educación.
No se puede colegir otra cosa de los resultados de la mencionada cumbre en la que la proposición de ‘eliminar’ el carbón fue sustituida, por la insistencia de los países asiáticos como China e India, por ‘reducir’. El punto fue más allá: en la declaración final se acordó que cualquier propósito deseable de eliminación se debía hacer sobre industrias de carbón sin captura de emisiones y al referirse al propósito de la desaparición de cualquier subsidio de los Estados a combustibles fósiles se precisó que fuesen de aquellos sistemas ineficientes.
Todo indica que prevaleció la fuerte demanda por el uso del mineral en el corto plazo sobre los objetivos ambientales de largo plazo. Aunque nadie lo dijo, ya que era impopular, no se pudieron sustraer los gobiernos a una dura realidad de la economía que abruptamente no puede eliminarlo mientras las necesidades energéticas se han aumentado después de la parálisis de la pandemia.
Países como China e India han tenido que parar industrias por la escasez de carbones para generar energía y los nuevos proyectos de energías renovables aún están en ciernes, no garantizan permanencia de generación constante y también, quién lo creyera, se afectan por los efectos impredecibles del ‘cambio climático’ que proponen enfrentar. Hubo en sus instalaciones, en los países ricos, menos vientos y menos sol.