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Columnista - 24 enero, 2020

La cultura en buenas manos, por fin

Frescos aires corren en la Oficina de Cultura de Valledupar y no me refiero a estas perturbadoras brisas de enero después de un caluroso diciembre, el nombramiento del abogado y filósofo Carlos Luís Liñan Pitre como jefe de la Oficina de Cultura en Valledupar genera cambios evidentes no solo desde el punto de vista burocrático, […]

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Frescos aires corren en la Oficina de Cultura de Valledupar y no me refiero a estas perturbadoras brisas de enero después de un caluroso diciembre, el nombramiento del abogado y filósofo Carlos Luís Liñan Pitre como jefe de la Oficina de Cultura en Valledupar genera cambios evidentes no solo desde el punto de vista burocrático, también en el liderazgo impone a las artes como factor determinante en la transformación de una sociedad.

Durante los primeros días vemos un director de cultura no solo preocupado por el rezago de este sector en Valledupar, con su dinamismo en poco tiempo se erige desde ya como uno de los funcionarios que más se destacará en la administración del alcalde Castro González.

Sus actividades durante el día no le dejan tiempo ni para respirar, pero asume con mucha responsabilidad cada reto, uno de ellos la organización de los carnavales, evento complicado porque Valledupar desde hace mucho tiempo no celebra estas fiestas, limitándose estas a recintos cerrados donde pequeños grupos se divierten discretamente o en otros casos salen a municipios vecinos como San Diego para darle rienda suelta a su espíritu carnestoléndico.

El profesor Liñan muestra su ingenio y gusto por las plataformas digitales con ofertas para atraer a los amantes del cine y ofrecer talleres en las instalaciones de la Casa de la Cultura y propiciar espacios para aquellos amantes del cine que quieren seguir los pasos de Ciro Guerra o Nina Marín.

Pero el gran anuncio cultural hecho desde la administración del alcalde Castro González está relacionado con el esfuerzo de esta administración de recuperar el mural del maestro German Piedrahita; el jefe de Cultura no dudo en acudir a los medios para difundir esa noticia, devolver a los vallenatos un símbolo de su identidad, eliminado por el fanatismo, ignorancia y desprecio por la libre expresión, y lo más triste es que el jefe de la Cultura anterior desapareció con el mural en ese momento, no se pronunció, se escondió para evadir cualquier debate.

La cultura no puede ser una rueda suelta, debe penetrar en los más profundo de cada ciudadano por medio de múltiples alternativas que permitan la exposición de mensajes diversos en todos los rincones de Valledupar, sin olvidar nuestros corregimientos ricos en talento y en arte, pero tampoco los colegios, allí debe nacer la revolución cultural de la que habla el profesor Carlos Cesar Silva en su último escrito, con todo esto se puede concluir que con pie derecho empezó el filósofo Carlos Liñan y confiamos que la cultura en Valledupar está en buenas manos como hace rato no lo estaba.

Columnista
24 enero, 2020

La cultura en buenas manos, por fin

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

Frescos aires corren en la Oficina de Cultura de Valledupar y no me refiero a estas perturbadoras brisas de enero después de un caluroso diciembre, el nombramiento del abogado y filósofo Carlos Luís Liñan Pitre como jefe de la Oficina de Cultura en Valledupar genera cambios evidentes no solo desde el punto de vista burocrático, […]


Frescos aires corren en la Oficina de Cultura de Valledupar y no me refiero a estas perturbadoras brisas de enero después de un caluroso diciembre, el nombramiento del abogado y filósofo Carlos Luís Liñan Pitre como jefe de la Oficina de Cultura en Valledupar genera cambios evidentes no solo desde el punto de vista burocrático, también en el liderazgo impone a las artes como factor determinante en la transformación de una sociedad.

Durante los primeros días vemos un director de cultura no solo preocupado por el rezago de este sector en Valledupar, con su dinamismo en poco tiempo se erige desde ya como uno de los funcionarios que más se destacará en la administración del alcalde Castro González.

Sus actividades durante el día no le dejan tiempo ni para respirar, pero asume con mucha responsabilidad cada reto, uno de ellos la organización de los carnavales, evento complicado porque Valledupar desde hace mucho tiempo no celebra estas fiestas, limitándose estas a recintos cerrados donde pequeños grupos se divierten discretamente o en otros casos salen a municipios vecinos como San Diego para darle rienda suelta a su espíritu carnestoléndico.

El profesor Liñan muestra su ingenio y gusto por las plataformas digitales con ofertas para atraer a los amantes del cine y ofrecer talleres en las instalaciones de la Casa de la Cultura y propiciar espacios para aquellos amantes del cine que quieren seguir los pasos de Ciro Guerra o Nina Marín.

Pero el gran anuncio cultural hecho desde la administración del alcalde Castro González está relacionado con el esfuerzo de esta administración de recuperar el mural del maestro German Piedrahita; el jefe de Cultura no dudo en acudir a los medios para difundir esa noticia, devolver a los vallenatos un símbolo de su identidad, eliminado por el fanatismo, ignorancia y desprecio por la libre expresión, y lo más triste es que el jefe de la Cultura anterior desapareció con el mural en ese momento, no se pronunció, se escondió para evadir cualquier debate.

La cultura no puede ser una rueda suelta, debe penetrar en los más profundo de cada ciudadano por medio de múltiples alternativas que permitan la exposición de mensajes diversos en todos los rincones de Valledupar, sin olvidar nuestros corregimientos ricos en talento y en arte, pero tampoco los colegios, allí debe nacer la revolución cultural de la que habla el profesor Carlos Cesar Silva en su último escrito, con todo esto se puede concluir que con pie derecho empezó el filósofo Carlos Liñan y confiamos que la cultura en Valledupar está en buenas manos como hace rato no lo estaba.