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Editorial - 26 enero, 2011

La crisis de identidad de la política colombiana

Cada día queda más en evidencia la falta de claridad, identidad y seriedad en la política en Colombia. Los distintos partidos y movimientos políticos parecieran no tener principios y líneas ideológicas claras y – por el contrario- el oportunismo, las transacciones y el caudillismo, serían las normas que rigen el tema del ejercicio del poder […]

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Cada día queda más en evidencia la falta de claridad, identidad y seriedad en la política en Colombia. Los distintos partidos y movimientos políticos parecieran no tener principios y líneas ideológicas claras y – por el contrario- el oportunismo, las transacciones y el caudillismo, serían las normas que rigen el tema del ejercicio del poder en el país del Sagrado Corazón.
Varios botones de muestra sustentan lo anterior: el Presidente Uribe, quien mandó a fundar el Partido de la U, para defender su obra de gobierno y sus ideas de derecha, dice que no aspirará a la Alcaldía de Bogotá, ciudad con la cual no tuvo un buen comportamiento como Presidente, y agrega que estaría dispuesto a apoyar a Enrique Peñaloza, ex alcalde de la capital y que en la campaña pasada era del Partido Verde. Hoy estos dos líderes apuntan a un mismo lado…
El Partido Verde, que estaba llamado a convertirse en el partido de la oposición, para hacerle contraste al gobierno de Santos, del Partido de la U, acaba de terminar un evento en Barranquilla, en donde le reiteran al país que lo único que los une son las buenas intenciones y el querer estar juntos, aparentemente, el exalcalde Antanas Mokcus, Lucho Garzón, Peñaloza y Fajardo, pero no se conoce un documento completo y armónico de esta organización política sobre los principales problemas del país.
A su vez, el Partido Liberal, que hasta hace poco era el contrario al entonces candidato Santos y al Partido de la U, hoy se siente representado en el Presidente y reclama la autoría, con mucha razón, de la ley de Primer Empleo y las leyes sobre las víctimas del conflicto y los cambios en la legislación de tierras. Además, el la divisa roja está en conversaciones con Cambio Radical para una eventual unión con miras a las elecciones territoriales de Alcaldes, Gobernadores, Concejales y Diputados.
Los problemas del Polo Democrático son de vieja data, la división interna es insuperable y los problemas de corrupción en la Alcaldía de Bogotá, representan un reto de muerte para esta agrupación de izquierda democrática, que era una alternativa para muchos sectores progresistas y populares que veían en ella una alternativa distinta a los partidos del establecimiento. Vana ilusión…
La situación no es muy distinta en  el Partido Conservador, cuyo único propósito en los últimos años ha sido saciar sus apetitos burocráticos con los tres últimos gobiernos, sin preocuparse por formar nuevos liderazgos y volver a buscar la Presidencia de la República, defendiendo los ideales históricos de esa colectividad. Hoy está en la Unidad Nacional, pero también perdido del panorama…
En conclusión, los partidos políticos en Colombia, todos por igual, han perdido su identidad, están desfigurados ante el pueblo colombiano, precisamente por esa falta de programas y propuestas. Y todo indica que lo único que les importa es el poder por el poder, sin tener en cuenta principios y propuestas ideológicas, sobre los grandes y graves problemas del país. ¿Cuál fue el pronunciamiento de los partidos sobre la crisis invernal, el tema ambiental y la situación de pobreza extrema en que quedaron miles de colombianos?.
¿Qué piensan los partidos sobre las propuestas y anuncios del Gobierno del Presidente Santos?, de las bases del Plan de Desarrollo que han propuesto el gobierno de la Unidad Nacional, sobre las locomotoras para estimular la economía, sobre el futuro de las relaciones exteriores del país, la seguridad, entre muchos otros temas?. No hay ideologías, no hay propuestas, son colectividades en torno a personalismos y caudillismos…
Y si esa es la situación a nivel nacional, que se puede esperar en las regiones. El panorama es igual o peor, todos pueden estar en cualquier partido, hoy en el conservatismo, mañana en el partido verde; hoy en el liberalismo, mañana en Cambio Radical o en la U. La manida frase “es que la política es dinámica”…no es suficiente para explicar esa torre de babel. La actual coyuntura es la que aumenta la desconfianza de la población hacia los partidos y dirigentes políticos.
Esperemos, por lo menos, que en la coyuntura pre-electoral que se avecina, podamos conocer distintas visiones de la ciudad y el departamento, por parte de los distintos precandidatos y que se logre algo de identidad entre estos y sus partidos y movimientos, y que el transfuguismo no sea la norma, para que la gente, el pueblo, pueda distinguir un proyecto político viable y confiable, de otro que distinto. ¿Será mucho pedir?.

Editorial
26 enero, 2011

La crisis de identidad de la política colombiana

Cada día queda más en evidencia la falta de claridad, identidad y seriedad en la política en Colombia. Los distintos partidos y movimientos políticos parecieran no tener principios y líneas ideológicas claras y – por el contrario- el oportunismo, las transacciones y el caudillismo, serían las normas que rigen el tema del ejercicio del poder […]


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Cada día queda más en evidencia la falta de claridad, identidad y seriedad en la política en Colombia. Los distintos partidos y movimientos políticos parecieran no tener principios y líneas ideológicas claras y – por el contrario- el oportunismo, las transacciones y el caudillismo, serían las normas que rigen el tema del ejercicio del poder en el país del Sagrado Corazón.
Varios botones de muestra sustentan lo anterior: el Presidente Uribe, quien mandó a fundar el Partido de la U, para defender su obra de gobierno y sus ideas de derecha, dice que no aspirará a la Alcaldía de Bogotá, ciudad con la cual no tuvo un buen comportamiento como Presidente, y agrega que estaría dispuesto a apoyar a Enrique Peñaloza, ex alcalde de la capital y que en la campaña pasada era del Partido Verde. Hoy estos dos líderes apuntan a un mismo lado…
El Partido Verde, que estaba llamado a convertirse en el partido de la oposición, para hacerle contraste al gobierno de Santos, del Partido de la U, acaba de terminar un evento en Barranquilla, en donde le reiteran al país que lo único que los une son las buenas intenciones y el querer estar juntos, aparentemente, el exalcalde Antanas Mokcus, Lucho Garzón, Peñaloza y Fajardo, pero no se conoce un documento completo y armónico de esta organización política sobre los principales problemas del país.
A su vez, el Partido Liberal, que hasta hace poco era el contrario al entonces candidato Santos y al Partido de la U, hoy se siente representado en el Presidente y reclama la autoría, con mucha razón, de la ley de Primer Empleo y las leyes sobre las víctimas del conflicto y los cambios en la legislación de tierras. Además, el la divisa roja está en conversaciones con Cambio Radical para una eventual unión con miras a las elecciones territoriales de Alcaldes, Gobernadores, Concejales y Diputados.
Los problemas del Polo Democrático son de vieja data, la división interna es insuperable y los problemas de corrupción en la Alcaldía de Bogotá, representan un reto de muerte para esta agrupación de izquierda democrática, que era una alternativa para muchos sectores progresistas y populares que veían en ella una alternativa distinta a los partidos del establecimiento. Vana ilusión…
La situación no es muy distinta en  el Partido Conservador, cuyo único propósito en los últimos años ha sido saciar sus apetitos burocráticos con los tres últimos gobiernos, sin preocuparse por formar nuevos liderazgos y volver a buscar la Presidencia de la República, defendiendo los ideales históricos de esa colectividad. Hoy está en la Unidad Nacional, pero también perdido del panorama…
En conclusión, los partidos políticos en Colombia, todos por igual, han perdido su identidad, están desfigurados ante el pueblo colombiano, precisamente por esa falta de programas y propuestas. Y todo indica que lo único que les importa es el poder por el poder, sin tener en cuenta principios y propuestas ideológicas, sobre los grandes y graves problemas del país. ¿Cuál fue el pronunciamiento de los partidos sobre la crisis invernal, el tema ambiental y la situación de pobreza extrema en que quedaron miles de colombianos?.
¿Qué piensan los partidos sobre las propuestas y anuncios del Gobierno del Presidente Santos?, de las bases del Plan de Desarrollo que han propuesto el gobierno de la Unidad Nacional, sobre las locomotoras para estimular la economía, sobre el futuro de las relaciones exteriores del país, la seguridad, entre muchos otros temas?. No hay ideologías, no hay propuestas, son colectividades en torno a personalismos y caudillismos…
Y si esa es la situación a nivel nacional, que se puede esperar en las regiones. El panorama es igual o peor, todos pueden estar en cualquier partido, hoy en el conservatismo, mañana en el partido verde; hoy en el liberalismo, mañana en Cambio Radical o en la U. La manida frase “es que la política es dinámica”…no es suficiente para explicar esa torre de babel. La actual coyuntura es la que aumenta la desconfianza de la población hacia los partidos y dirigentes políticos.
Esperemos, por lo menos, que en la coyuntura pre-electoral que se avecina, podamos conocer distintas visiones de la ciudad y el departamento, por parte de los distintos precandidatos y que se logre algo de identidad entre estos y sus partidos y movimientos, y que el transfuguismo no sea la norma, para que la gente, el pueblo, pueda distinguir un proyecto político viable y confiable, de otro que distinto. ¿Será mucho pedir?.