Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 10 agosto, 2017

La crisis ambiental (II)

No quiero dejar pasar más tiempo hasta cuando pueda terminar de leer el libro ‘Escritos I’, publicado por el dilecto amigo doctor Jaime Calderón Brugés, que de paso manifiesto estoy leyendo con fruición por el contenido y desparpajo con que lo hace el autor. Decir en esta pequeña alusión que en el bien asistido marco […]

Boton Wpp

No quiero dejar pasar más tiempo hasta cuando pueda terminar de leer el libro ‘Escritos I’, publicado por el dilecto amigo doctor Jaime Calderón Brugés, que de paso manifiesto estoy leyendo con fruición por el contenido y desparpajo con que lo hace el autor. Decir en esta pequeña alusión que en el bien asistido marco de la presentación del interesante registro todos los presentes estuvimos deleitados tanto por la excelente y talentosa intervención de la escritora Mary Daza Orozco, que como siempre despliega conocimientos como literata, y de paso nos dice de qué está hecha, como por la participación de susodicho autor que en cinco cuartillas como se decía antes, nos ilustró del universo de elementos del pasado que se reviven por sí mismo en forma innata, transmitiendo interés y compromiso por su lectura como un autor auténtico, lleno de sensibilidad con un talento realista plasmado con su pluma descriptora.

Para continuar con el objeto de esta columna no podemos dejar de registrar en síntesis la situación concreta de Colombia en esta crisis ambiental:

> Las ciudades crecen horizontalmente en una primera fase, destruyendo las zonas de amortiguación ecológica y creando barrios de baja calidad de vida, y en una segunda fase, combinada con la primera, en forma vertical, disminuyendo la proporcionalidad de áreas verdes por habitante.

> Los residuos generados por las actividades antrópicas alteran la calidad de los ecosistemas acuáticos, marinos, estuarios y terrestres, afectando incluso las reservas de agua subterráneas.

> La calidad del aire se ha alterado hasta la generación de ambientes nocivos para la salud y el bienestar humano y la consecuencia por uso excesivo de combustibles fósiles propicia cambios en el clima.

> La agricultura de monocultivo de baja diversidad varietal y alta productividad (producto de la Revolución Verde), conlleva una mayor concentración territorial, bajo empleo agrícola y utilización elevada de plaguicidas e insumos que afectan gravemente los ecosistemas naturales y la salud ambiental.

> La crisis del sector agrícola originada por la concentración de la tierra en pocas manos, una explotación ganadera de baja productividad y alto impacto ambiental, el desplazamiento de los campesinos ha propiciado la violencia en el acampo, la migración a las ciudades y el incremento de los cultivos ilícitos, generando una mayor demanda ambiental sobre los ecosistemas naturales cada vez más precarios y frágiles.

> Las grandes ciudades han entrado en proceso de metropolizacion desordenada y se caracterizan por la inseguridad, los cordones de miseria, el desempleo, la contaminación ambiental, el caos en el transporte público, la invasión de motocicletas, la desmejora de educación publica y la violencia.

> Las políticas neoliberales que propician la entrada de tecnologías obsoletas de los países industrializados y perjudican la producción nacional de producción agrícolas y otros bienes generados por la industria local, aumenta a un más la dependencia de los países en desarrollo.

> Se abre el envió de desechos peligrosos de los países industrializados a los países en desarrollo y se incrementa a la explotación de la materia prima, aumentado en los últimos años el saqueo de la biodiversidad.

Por Hernán Maestre Martínez

Columnista
10 agosto, 2017

La crisis ambiental (II)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

No quiero dejar pasar más tiempo hasta cuando pueda terminar de leer el libro ‘Escritos I’, publicado por el dilecto amigo doctor Jaime Calderón Brugés, que de paso manifiesto estoy leyendo con fruición por el contenido y desparpajo con que lo hace el autor. Decir en esta pequeña alusión que en el bien asistido marco […]


No quiero dejar pasar más tiempo hasta cuando pueda terminar de leer el libro ‘Escritos I’, publicado por el dilecto amigo doctor Jaime Calderón Brugés, que de paso manifiesto estoy leyendo con fruición por el contenido y desparpajo con que lo hace el autor. Decir en esta pequeña alusión que en el bien asistido marco de la presentación del interesante registro todos los presentes estuvimos deleitados tanto por la excelente y talentosa intervención de la escritora Mary Daza Orozco, que como siempre despliega conocimientos como literata, y de paso nos dice de qué está hecha, como por la participación de susodicho autor que en cinco cuartillas como se decía antes, nos ilustró del universo de elementos del pasado que se reviven por sí mismo en forma innata, transmitiendo interés y compromiso por su lectura como un autor auténtico, lleno de sensibilidad con un talento realista plasmado con su pluma descriptora.

Para continuar con el objeto de esta columna no podemos dejar de registrar en síntesis la situación concreta de Colombia en esta crisis ambiental:

> Las ciudades crecen horizontalmente en una primera fase, destruyendo las zonas de amortiguación ecológica y creando barrios de baja calidad de vida, y en una segunda fase, combinada con la primera, en forma vertical, disminuyendo la proporcionalidad de áreas verdes por habitante.

> Los residuos generados por las actividades antrópicas alteran la calidad de los ecosistemas acuáticos, marinos, estuarios y terrestres, afectando incluso las reservas de agua subterráneas.

> La calidad del aire se ha alterado hasta la generación de ambientes nocivos para la salud y el bienestar humano y la consecuencia por uso excesivo de combustibles fósiles propicia cambios en el clima.

> La agricultura de monocultivo de baja diversidad varietal y alta productividad (producto de la Revolución Verde), conlleva una mayor concentración territorial, bajo empleo agrícola y utilización elevada de plaguicidas e insumos que afectan gravemente los ecosistemas naturales y la salud ambiental.

> La crisis del sector agrícola originada por la concentración de la tierra en pocas manos, una explotación ganadera de baja productividad y alto impacto ambiental, el desplazamiento de los campesinos ha propiciado la violencia en el acampo, la migración a las ciudades y el incremento de los cultivos ilícitos, generando una mayor demanda ambiental sobre los ecosistemas naturales cada vez más precarios y frágiles.

> Las grandes ciudades han entrado en proceso de metropolizacion desordenada y se caracterizan por la inseguridad, los cordones de miseria, el desempleo, la contaminación ambiental, el caos en el transporte público, la invasión de motocicletas, la desmejora de educación publica y la violencia.

> Las políticas neoliberales que propician la entrada de tecnologías obsoletas de los países industrializados y perjudican la producción nacional de producción agrícolas y otros bienes generados por la industria local, aumenta a un más la dependencia de los países en desarrollo.

> Se abre el envió de desechos peligrosos de los países industrializados a los países en desarrollo y se incrementa a la explotación de la materia prima, aumentado en los últimos años el saqueo de la biodiversidad.

Por Hernán Maestre Martínez