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Columnista - 4 noviembre, 2015

La costa Caribe, potencial con rumbo común

Parece una historia repetida, pero no lo es. Se sienten pasos fuertes. Haciendo a un lado todas las diferencias políticas e ideológicas los diferentes sectores de la costa Caribe alzaron las voces e hicieron coros contra la discriminación de las ciudades costeñas en la definición de las alzas en los precios del gas. Todavía no […]

Parece una historia repetida, pero no lo es. Se sienten pasos fuertes. Haciendo a un lado todas las diferencias políticas e ideológicas los diferentes sectores de la costa Caribe alzaron las voces e hicieron coros contra la discriminación de las ciudades costeñas en la definición de las alzas en los precios del gas.

Todavía no se despeja el panorama, pero se está ganando la batalla que amenazaba con estancar nuestra competitividad. Soñamos que sean señales claras para conseguir avances en la administración autónoma del desarrollo de nuestras poblaciones. Hay muchos caminos por recorrer para descongelar e impulsar los indicadores económicos de la región que ya están liderando sectores como la industria y la generación de empleo.

Los proyectos de infraestructura que se están desarrollando nos permiten ir ganando espacios en el rezago histórico que tenemos y ya se asoman en esos frentes grandes realizaciones como el nuevo y moderno Puente Pumarejo y las funcionales dobles calzadas entre Barranquilla, Santa Marta y Cartagena. En esta ciudad ya arrancó la espectacular refinería Reficar, y el primer puerto multimodal para la exportación e importación de hidrocarburos en el país. Tenemos que sumar esfuerzos inaplazables para superar las necesidades latentes en los servicios públicos, la educación, la vivienda y la atención en salud.

El Caribe colombiano está llamado a ser el gran puerto logístico en la articulación de los tratados de libre comercio. Los costeños tenemos la obligación histórica de pensar globalmente como Región para que todo esto sea posible. Además, estos bloques regionales deben estar configurados por partes, cumpliendo roles, para potenciarse unos a otros. Llevar el desarrollo a todos los sectores de la sociedad debe ser un objetivo que debemos cumplir con visión de futuro.

Las buenas noticias del último año reflejan la importancia de este momento y nos está señalando el rumbo y la necesidad de aprovecharlo al máximo. Hoy existen razones de peso para creer en la costa. Tenemos que ser coherentes con la convicción que lo tenemos todo para estar a la vanguardia del progreso, comenzando por la riqueza y la imaginación de su recurso humano. Los mensajes que nos llegan son reales, no son cifrados.

Respetemos las diferencias culturales y empujemos el camión para el mismo lado con el fin de demostrar el poder de la unidad.

El bloque Caribe está conformado por unos 68 congresistas que trascienden colores políticos y entienden claramente la necesidad de priorizar el espíritu del trabajo en equipo para ganar batallas como el karma de Electricaribe, el precio del gas, el acceso al agua, la disminución de la pobreza, una mejor educación y el posconflicto.

¡Mantengamos el rumbo, se acerca el momento de ajustar las velas si no podemos cambiar el viento. No permitamos que se agote la esperanza.

Columnista
4 noviembre, 2015

La costa Caribe, potencial con rumbo común

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Gustavo Cotez Medina

Parece una historia repetida, pero no lo es. Se sienten pasos fuertes. Haciendo a un lado todas las diferencias políticas e ideológicas los diferentes sectores de la costa Caribe alzaron las voces e hicieron coros contra la discriminación de las ciudades costeñas en la definición de las alzas en los precios del gas. Todavía no […]


Parece una historia repetida, pero no lo es. Se sienten pasos fuertes. Haciendo a un lado todas las diferencias políticas e ideológicas los diferentes sectores de la costa Caribe alzaron las voces e hicieron coros contra la discriminación de las ciudades costeñas en la definición de las alzas en los precios del gas.

Todavía no se despeja el panorama, pero se está ganando la batalla que amenazaba con estancar nuestra competitividad. Soñamos que sean señales claras para conseguir avances en la administración autónoma del desarrollo de nuestras poblaciones. Hay muchos caminos por recorrer para descongelar e impulsar los indicadores económicos de la región que ya están liderando sectores como la industria y la generación de empleo.

Los proyectos de infraestructura que se están desarrollando nos permiten ir ganando espacios en el rezago histórico que tenemos y ya se asoman en esos frentes grandes realizaciones como el nuevo y moderno Puente Pumarejo y las funcionales dobles calzadas entre Barranquilla, Santa Marta y Cartagena. En esta ciudad ya arrancó la espectacular refinería Reficar, y el primer puerto multimodal para la exportación e importación de hidrocarburos en el país. Tenemos que sumar esfuerzos inaplazables para superar las necesidades latentes en los servicios públicos, la educación, la vivienda y la atención en salud.

El Caribe colombiano está llamado a ser el gran puerto logístico en la articulación de los tratados de libre comercio. Los costeños tenemos la obligación histórica de pensar globalmente como Región para que todo esto sea posible. Además, estos bloques regionales deben estar configurados por partes, cumpliendo roles, para potenciarse unos a otros. Llevar el desarrollo a todos los sectores de la sociedad debe ser un objetivo que debemos cumplir con visión de futuro.

Las buenas noticias del último año reflejan la importancia de este momento y nos está señalando el rumbo y la necesidad de aprovecharlo al máximo. Hoy existen razones de peso para creer en la costa. Tenemos que ser coherentes con la convicción que lo tenemos todo para estar a la vanguardia del progreso, comenzando por la riqueza y la imaginación de su recurso humano. Los mensajes que nos llegan son reales, no son cifrados.

Respetemos las diferencias culturales y empujemos el camión para el mismo lado con el fin de demostrar el poder de la unidad.

El bloque Caribe está conformado por unos 68 congresistas que trascienden colores políticos y entienden claramente la necesidad de priorizar el espíritu del trabajo en equipo para ganar batallas como el karma de Electricaribe, el precio del gas, el acceso al agua, la disminución de la pobreza, una mejor educación y el posconflicto.

¡Mantengamos el rumbo, se acerca el momento de ajustar las velas si no podemos cambiar el viento. No permitamos que se agote la esperanza.