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Columnista - 15 noviembre, 2015

La confiabilidad y continuidad en las políticas públicas sectoriales

No solamente hay que pedirle a los Gobiernos Departamentales y Municipales, mayores niveles de gerencia y sostenibilidad en sus ejecuciones, el Gobierno Central debe dar ejemplo de ello, porque en el tema de la generación eléctrica se muestra un panorama de falta de continuidad y coherencia estratégica. La Nación ha hecho caso omiso a los […]

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No solamente hay que pedirle a los Gobiernos Departamentales y Municipales, mayores niveles de gerencia y sostenibilidad en sus ejecuciones, el Gobierno Central debe dar ejemplo de ello, porque en el tema de la generación eléctrica se muestra un panorama de falta de continuidad y coherencia estratégica. La Nación ha hecho caso omiso a los resultados de estudios sectoriales, que han advertido la vulnerabilidad de la matriz de generación eléctrica del país.

En los años 2010 y 2013, la UPME realizó evaluaciones ambientales estratégicas del plan de expansión de referencia, generación y transmisión del país. En ambos casos, el diagnóstico estratégico del modelo fue categórico en señalar que el modelo de planeamiento de la expansión no facilita el desarrollo efectivo de los objetivos de sostenibilidad incluidos en documentos de política del sector eléctrico, que el modelo de expansión implica la ausencia de una política sectorial, cuyo desarrollo está básicamente determinado por criterios de mercado, favoreciendo la carencia de una evaluación y valoración validada de las opciones disponibles para ampliar la capacidad de generación, con base a fuentes no convencionales de energía (FNCE, viento, solar, geotérmica, etc…).

En la base de la problemática se halla el arreglo institucional del sector y el papel otorgado en él a las actividades de planificación y de regulación. La regulación tiene como función básica asegurar un mercado eléctrico competitivo, estable, capaz de satisfacer las necesidades de energía eléctrica del país y sus normas son de obligado cumplimiento. La planificación tiene una naturaleza indicativa, es decir, no es camisa de fuerza cumplir con lo planeado, simplemente se dictan señales para el desarrollo futuro del sector.

En síntesis, Ministros de Minas y Energía, directores de la UPME van y vienen, y cada uno llega con la intención de refundar el sector, obviando lo que los estudios han dicho, que la matriz de generación del país es altamente vulnerable a factores climáticos y a precios de mercado, por lo que es necesario un plan agresivo de diversificación de ella, incorporando nuevas fuentes de generación (solar, eólica, etc…). Sin embargo, poco se avanza y seguimos apostando a generación hidráulica y térmica, con cargos de confiabilidad que favorecen a lo inversores y no al ciudadano.

Como ciudadanos debe preocuparnos en el mediano y largo plazo, la estabilidad de la matriz de generación de energía eléctrica del país, por que ello a la final es lo que afecta nuestros bolsillos.

Columnista
15 noviembre, 2015

La confiabilidad y continuidad en las políticas públicas sectoriales

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Roberto Carlos Núñez Vega

No solamente hay que pedirle a los Gobiernos Departamentales y Municipales, mayores niveles de gerencia y sostenibilidad en sus ejecuciones, el Gobierno Central debe dar ejemplo de ello, porque en el tema de la generación eléctrica se muestra un panorama de falta de continuidad y coherencia estratégica. La Nación ha hecho caso omiso a los […]


No solamente hay que pedirle a los Gobiernos Departamentales y Municipales, mayores niveles de gerencia y sostenibilidad en sus ejecuciones, el Gobierno Central debe dar ejemplo de ello, porque en el tema de la generación eléctrica se muestra un panorama de falta de continuidad y coherencia estratégica. La Nación ha hecho caso omiso a los resultados de estudios sectoriales, que han advertido la vulnerabilidad de la matriz de generación eléctrica del país.

En los años 2010 y 2013, la UPME realizó evaluaciones ambientales estratégicas del plan de expansión de referencia, generación y transmisión del país. En ambos casos, el diagnóstico estratégico del modelo fue categórico en señalar que el modelo de planeamiento de la expansión no facilita el desarrollo efectivo de los objetivos de sostenibilidad incluidos en documentos de política del sector eléctrico, que el modelo de expansión implica la ausencia de una política sectorial, cuyo desarrollo está básicamente determinado por criterios de mercado, favoreciendo la carencia de una evaluación y valoración validada de las opciones disponibles para ampliar la capacidad de generación, con base a fuentes no convencionales de energía (FNCE, viento, solar, geotérmica, etc…).

En la base de la problemática se halla el arreglo institucional del sector y el papel otorgado en él a las actividades de planificación y de regulación. La regulación tiene como función básica asegurar un mercado eléctrico competitivo, estable, capaz de satisfacer las necesidades de energía eléctrica del país y sus normas son de obligado cumplimiento. La planificación tiene una naturaleza indicativa, es decir, no es camisa de fuerza cumplir con lo planeado, simplemente se dictan señales para el desarrollo futuro del sector.

En síntesis, Ministros de Minas y Energía, directores de la UPME van y vienen, y cada uno llega con la intención de refundar el sector, obviando lo que los estudios han dicho, que la matriz de generación del país es altamente vulnerable a factores climáticos y a precios de mercado, por lo que es necesario un plan agresivo de diversificación de ella, incorporando nuevas fuentes de generación (solar, eólica, etc…). Sin embargo, poco se avanza y seguimos apostando a generación hidráulica y térmica, con cargos de confiabilidad que favorecen a lo inversores y no al ciudadano.

Como ciudadanos debe preocuparnos en el mediano y largo plazo, la estabilidad de la matriz de generación de energía eléctrica del país, por que ello a la final es lo que afecta nuestros bolsillos.