Al docente le realizaron una serie de homenajes para honrar su memoria y el extenso legado que dejó.
En medio de una profunda tristeza, familiares, amigos y colegas despidieron al docente Alberto Mario Pumarejo Maestre, de 42 años, quien murió por inmersión mientras intentaba salvar a una menor en hechos registrados en el balneario de Pontón, ubicado en el corregimiento de Atánquez, jurisdicción del municipio de Valledupar.
El sepelio se cumplió la tarde de este martes 10 de diciembre, donde la comunidad educativa del colegio San Isidro Labrador en la que laboraba, le rindió un sentido homenaje como muestra de agradecimiento por su aporte a la formación de los niños.
Este hecho que tiene de luto a la población ocurrió cuando Pumarejo, de 42 años, se encontraba disfrutando de un día de esparcimiento junto a amigos y familiares. En un momento dado, se percató de que una niña del pueblo estaba en peligro de ahogarse y, sin pensarlo, se lanzó al río para intentar rescatarla, pero lamentablemente no logró salir a la superficie.
Tras una búsqueda desesperada por parte de los presentes, su cuerpo fue encontrado alrededor de una hora después varios metros más abajo del lugar donde se había sumergido de acuerdo con lo relatado por su hermano Antonilo Maestre.
“Recibí la llamada a las 4:30 de la tarde… la tragedia fue tan rápida. Mi hermano intentó salvar a la niña y no salió”, relató Antonilo Maestre, quien detalló que ese día, Alberto había sido padrino de bautizo de un ahijado.
El sepelio de Alberto Mario Pumarejo se realizó acompañado por una multitud de personas que se congregaron para rendirle homenaje en reconocimiento a su compromiso con la enseñanza y su entrega a la comunidad que hoy llora su partida.
“Ha sido una despedida multitudinaria, llena de lágrimas, tristeza, pero sobre todo de palabras de amor hacia nuestro querido profe Alberto, como le decían sus estudiantes, un homenaje sentido y merecido a un hombre que hasta el último momento fue solidario y hoy consideramos que su muerte fue un acto de amor, por la vida y por su pueblo”, dijo la inspectora de la zona, Ana Lucía Estrada.
Pumarejo era originario de Atánquez, donde era muy querido, además de ser ingeniero de sistemas, se destacaba por su talento como pintor.
Estrada recordó al docente como un hombre servicial, lleno de cualidades y siempre dispuesto a ayudar. “Era una persona muy servicial, se ganó el cariño de toda una comunidad. Su partida deja un vacío irremplazable”, expresó la funcionaria.
Al docente le realizaron una serie de homenajes para honrar su memoria y el extenso legado que dejó.
En medio de una profunda tristeza, familiares, amigos y colegas despidieron al docente Alberto Mario Pumarejo Maestre, de 42 años, quien murió por inmersión mientras intentaba salvar a una menor en hechos registrados en el balneario de Pontón, ubicado en el corregimiento de Atánquez, jurisdicción del municipio de Valledupar.
El sepelio se cumplió la tarde de este martes 10 de diciembre, donde la comunidad educativa del colegio San Isidro Labrador en la que laboraba, le rindió un sentido homenaje como muestra de agradecimiento por su aporte a la formación de los niños.
Este hecho que tiene de luto a la población ocurrió cuando Pumarejo, de 42 años, se encontraba disfrutando de un día de esparcimiento junto a amigos y familiares. En un momento dado, se percató de que una niña del pueblo estaba en peligro de ahogarse y, sin pensarlo, se lanzó al río para intentar rescatarla, pero lamentablemente no logró salir a la superficie.
Tras una búsqueda desesperada por parte de los presentes, su cuerpo fue encontrado alrededor de una hora después varios metros más abajo del lugar donde se había sumergido de acuerdo con lo relatado por su hermano Antonilo Maestre.
“Recibí la llamada a las 4:30 de la tarde… la tragedia fue tan rápida. Mi hermano intentó salvar a la niña y no salió”, relató Antonilo Maestre, quien detalló que ese día, Alberto había sido padrino de bautizo de un ahijado.
El sepelio de Alberto Mario Pumarejo se realizó acompañado por una multitud de personas que se congregaron para rendirle homenaje en reconocimiento a su compromiso con la enseñanza y su entrega a la comunidad que hoy llora su partida.
“Ha sido una despedida multitudinaria, llena de lágrimas, tristeza, pero sobre todo de palabras de amor hacia nuestro querido profe Alberto, como le decían sus estudiantes, un homenaje sentido y merecido a un hombre que hasta el último momento fue solidario y hoy consideramos que su muerte fue un acto de amor, por la vida y por su pueblo”, dijo la inspectora de la zona, Ana Lucía Estrada.
Pumarejo era originario de Atánquez, donde era muy querido, además de ser ingeniero de sistemas, se destacaba por su talento como pintor.
Estrada recordó al docente como un hombre servicial, lleno de cualidades y siempre dispuesto a ayudar. “Era una persona muy servicial, se ganó el cariño de toda una comunidad. Su partida deja un vacío irremplazable”, expresó la funcionaria.