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Columnista - 16 agosto, 2016

La ciencia oculta caballeros

Sí se conocen las prácticas y creencias religiosas, misteriosas como hechicería o brujería, utilizadas por el hombre, desde los inicios de los tiempos, para desarrollar poderes ocultos, que le den respuesta a sus temores a lo desconocido. Esa es el temática sobre la cual se basa una de las canciones más importantes de Luis Enrique […]

Sí se conocen las prácticas y creencias religiosas, misteriosas como hechicería o brujería, utilizadas por el hombre, desde los inicios de los tiempos, para desarrollar poderes ocultos, que le den respuesta a sus temores a lo desconocido.
Esa es el temática sobre la cual se basa una de las canciones más importantes de Luis Enrique Martínez, que según Joaquín Pertuz, cantador de décimas oriundo de la población de Caraballo, en el departamento de Bolívar, donde sucedieron los hechos de infidelidad que narra el canto, es del compositor Cesar Marín y no del ‘Pollo Vallenato’, quien aparece como su autor.
Cesar Marín era oriundo de la Ciénaga de Zapayán, campesino cantador, era un trashumante no tenía sitio de residencia fija, diario tenía una razón para la ingesta etílica, gran amigo de Luis Enrique Martínez y amante de las historias mágicas que han hecho grande el folclor vallenato.
Celmira Barrios, tía de Pertuz, fue la agraciada dama, personaje central de la musa de Marín, casada con Mariano Carrillo con el cual tuvo dos hijos, conformaban una pareja de campesinos muy felices, eran ejemplo para los nuevos matrimonios, abundantes en la región, hasta que en la escena apareció[G1][G2][G3][G4][G5] el felino personaje Joaquín Bolaños, compadre de Pertuz, quien de un solo zarpazo acabó con el idílico matrimonio.
Mariano, el agraviado esposo, con dolor por el desconsuelo que le produjo que su esposa se haya ido con Joaquín, se fue de Caraballo, a donde Marín llegó atraído por la noticia de la ruptura matrimonial que se había regado en la región como el bostezo, como decía Escalona.
Mariano en respuesta a esta agresión sentimental ocasionada por su amigo, defendió su honor y también agravió a su rival sentimental argumentado que el galán practicaba la ciencia oculta o brujería, que esta había progresado en este caserío debido a los conocimientos de este sujeto, ya que su mujer quien todavía lo amaba se había ido en contra de su voluntad con Bolaños, ella fue objeto de sus prácticas misteriosas que había sido encantada por medio de una oración que le aplicó en la cabeza el furtivo personaje don juanesco, quien tenía como única riqueza un burro cansado, viejo y orejón.
Mariano juró vengarse con la mamá de Bolaños, la señora Bones Camacho, este hecho jamás se llevó a cabo, Carrillo se fue de la población, a donde jamás regresó.
Marín con sus cantos siguió su camino sin horizonte, por toda la zona, en la cual era visto en sus diarias parrandas haciendo canciones a todas las vivencias de las cuales era testigo.
Uno de esos hechos con el cual el vibraba Marín, era la piquería musical entre Luis Enrique Martínez y Abel Antonio Villa, confrontación musical que ocasionó muchos contusos y heridos a raíz de las muñequeras entre los seguidores de uno y otro acordeonero.
Cesar Marín, amigo y admirador del acordeón de Luis Enrique Martínez, compuso la canción ‘El Pique’, allí alaba la destreza del ‘Pollo’ como gran acordeonero mejor que su rival.

Columnista
16 agosto, 2016

La ciencia oculta caballeros

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Celso Guerra Gutiérrez

Sí se conocen las prácticas y creencias religiosas, misteriosas como hechicería o brujería, utilizadas por el hombre, desde los inicios de los tiempos, para desarrollar poderes ocultos, que le den respuesta a sus temores a lo desconocido. Esa es el temática sobre la cual se basa una de las canciones más importantes de Luis Enrique […]


Sí se conocen las prácticas y creencias religiosas, misteriosas como hechicería o brujería, utilizadas por el hombre, desde los inicios de los tiempos, para desarrollar poderes ocultos, que le den respuesta a sus temores a lo desconocido.
Esa es el temática sobre la cual se basa una de las canciones más importantes de Luis Enrique Martínez, que según Joaquín Pertuz, cantador de décimas oriundo de la población de Caraballo, en el departamento de Bolívar, donde sucedieron los hechos de infidelidad que narra el canto, es del compositor Cesar Marín y no del ‘Pollo Vallenato’, quien aparece como su autor.
Cesar Marín era oriundo de la Ciénaga de Zapayán, campesino cantador, era un trashumante no tenía sitio de residencia fija, diario tenía una razón para la ingesta etílica, gran amigo de Luis Enrique Martínez y amante de las historias mágicas que han hecho grande el folclor vallenato.
Celmira Barrios, tía de Pertuz, fue la agraciada dama, personaje central de la musa de Marín, casada con Mariano Carrillo con el cual tuvo dos hijos, conformaban una pareja de campesinos muy felices, eran ejemplo para los nuevos matrimonios, abundantes en la región, hasta que en la escena apareció[G1][G2][G3][G4][G5] el felino personaje Joaquín Bolaños, compadre de Pertuz, quien de un solo zarpazo acabó con el idílico matrimonio.
Mariano, el agraviado esposo, con dolor por el desconsuelo que le produjo que su esposa se haya ido con Joaquín, se fue de Caraballo, a donde Marín llegó atraído por la noticia de la ruptura matrimonial que se había regado en la región como el bostezo, como decía Escalona.
Mariano en respuesta a esta agresión sentimental ocasionada por su amigo, defendió su honor y también agravió a su rival sentimental argumentado que el galán practicaba la ciencia oculta o brujería, que esta había progresado en este caserío debido a los conocimientos de este sujeto, ya que su mujer quien todavía lo amaba se había ido en contra de su voluntad con Bolaños, ella fue objeto de sus prácticas misteriosas que había sido encantada por medio de una oración que le aplicó en la cabeza el furtivo personaje don juanesco, quien tenía como única riqueza un burro cansado, viejo y orejón.
Mariano juró vengarse con la mamá de Bolaños, la señora Bones Camacho, este hecho jamás se llevó a cabo, Carrillo se fue de la población, a donde jamás regresó.
Marín con sus cantos siguió su camino sin horizonte, por toda la zona, en la cual era visto en sus diarias parrandas haciendo canciones a todas las vivencias de las cuales era testigo.
Uno de esos hechos con el cual el vibraba Marín, era la piquería musical entre Luis Enrique Martínez y Abel Antonio Villa, confrontación musical que ocasionó muchos contusos y heridos a raíz de las muñequeras entre los seguidores de uno y otro acordeonero.
Cesar Marín, amigo y admirador del acordeón de Luis Enrique Martínez, compuso la canción ‘El Pique’, allí alaba la destreza del ‘Pollo’ como gran acordeonero mejor que su rival.