Sorprenden las jugadas de ajedrez que hizo el gobierno departamental del Cesar y la Alcaldía de Curumaní que sacaron en el último momento el proyecto ambiental, por $ 29.670 millones, para rehabilitar con obras el cauce de la corriente del río Anime en los municipios de Chiriguaná y Curumaní, lo que permitiría la recuperación de […]
Sorprenden las jugadas de ajedrez que hizo el gobierno departamental del Cesar y la Alcaldía de Curumaní que sacaron en el último momento el proyecto ambiental, por $ 29.670 millones, para rehabilitar con obras el cauce de la corriente del río Anime en los municipios de Chiriguaná y Curumaní, lo que permitiría la recuperación de la ciénaga Santa Isabel, ubicada en el corregimiento que tiene el mismo nombre.
Este proyecto estaba listo para presentarlo en el OCAD Caribe (Órganos Colegiados de Administración y Decisión), donde se aprueban proyectos de impacto social que requieren millonarias inversiones, cuya fuente de financiación proviene del Sistema General de Regalías, sesiones que en los últimos cuatro meses han entregado más de un billón de pesos para todos los departamentos de la costa Atlántica, entre los que el Cesar es de los más beneficiados.
Solo en la última sesión realizada en Barranquilla hace dos días (jueves 5 de octubre), aprobaron dos proyectos al departamento del Cesar por valor de $ 136.804 millones: uno para la construcción de vivienda de interés prioritario en los municipios del departamento, por valor de $ 94.708 millones, y otro para la rehabilitación y pavimentación de vías secundarias y terciarias 2017, por $ 42.096 millones. Más cemento.
Lo que sorprende es que se quedó por fuera el proyecto de recuperación ambiental de la ciénaga del corregimiento de Santa Isabel, en el municipio de Curumaní, que con tanto ahínco preparó la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, autoridad ambiental que sí conoce la dramática situación de este espejo de agua que muere lentamente.
El corregimiento de Santa Isabel es una población que en enero de 1993 fue víctima de las Convivir y seis años después de la guerrilla, sus habitantes denunciaron en nuestras páginas en junio pasado que la ciénaga afronta diversos problemas, como la pérdida de agua debido a que el cauce del río Anime, que la surtía, está siendo desviado para alimentar cultivos de arroz, sin contar que la sedimentación acabó con la pesca, que era la forma de subsistencia de sus pobladores. La comunidad se resiste a perder su tesoro más preciado, un espejo de agua que hace 20 años abarcaba 50 hectáreas y que en la actualidad tiene menos de 26.
El llamado y el S.O.S. que hizo la población a las autoridades ambientales desde hace varios años, surtió efecto y por eso se esperaba que el proyecto fuera presentado en esta sesión del OCAD Caribe para comenzar lo más pronto a ejecutar los recursos que permitirían disminuir el impacto ambiental de la mencionada ciénaga.
Pero a última hora, aun sin saber las razones, parece que el alcalde de Curumaní, Jorge Celis, prefirió no presentar el proyecto ante la Gobernación del Cesar, que finalmente es la encargada de llevar las iniciativas a las sesiones del OCAD. ¿Cuál fue la razón?
En un editorial publicado el pasado 13 de junio, titulado ‘Qué no muera la ciénaga de Santa Isabel’, preguntamos: ¿Qué dice la Unidad de Víctimas del Cesar? (teniendo en cuenta que es una población víctima del conflicto armado). También puede el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, que tanta atención le ha puesto a la ciénaga de Zapatosa, presentar un proyecto ante los OCAD (Órganos Colegiados de Administración y Decisión) para obtener los 25 millones del Sistema General de Regalías. ¿Si nos gastamos 50 mil millones en un estadio, como no invertir 25 mil millones en un tesoro ecológico? Mientras Corpocesar se ocupa de controlar las concesiones que le quitan el agua al río Anime.
Se perdió una nueva oportunidad. Los gobernantes tendrán sus razones, ojalá las den a conocer a la comunidad. Los instamos, especialmente a Corpocesar, a seguir en la defensa del medio ambiente para no perder riquezas ambientales como la ciénaga Santa Isabel.
Lo importante es que el proyecto está hecho y antes de que termine el año 2017, el gobierno nacional tiene más de seis billones para invertir a través de los OCAD. Insistimos en el liderazgo que debe tener el gobernador Francisco Ovalle, para que priorice las inversiones ambientales, así como lo hace con los proyectos de viviendas y vías. No se debe perder más tiempo, ya se perdió bastante, el peor enemigo del cambio climático es precisamente el tiempo.
Sorprenden las jugadas de ajedrez que hizo el gobierno departamental del Cesar y la Alcaldía de Curumaní que sacaron en el último momento el proyecto ambiental, por $ 29.670 millones, para rehabilitar con obras el cauce de la corriente del río Anime en los municipios de Chiriguaná y Curumaní, lo que permitiría la recuperación de […]
Sorprenden las jugadas de ajedrez que hizo el gobierno departamental del Cesar y la Alcaldía de Curumaní que sacaron en el último momento el proyecto ambiental, por $ 29.670 millones, para rehabilitar con obras el cauce de la corriente del río Anime en los municipios de Chiriguaná y Curumaní, lo que permitiría la recuperación de la ciénaga Santa Isabel, ubicada en el corregimiento que tiene el mismo nombre.
Este proyecto estaba listo para presentarlo en el OCAD Caribe (Órganos Colegiados de Administración y Decisión), donde se aprueban proyectos de impacto social que requieren millonarias inversiones, cuya fuente de financiación proviene del Sistema General de Regalías, sesiones que en los últimos cuatro meses han entregado más de un billón de pesos para todos los departamentos de la costa Atlántica, entre los que el Cesar es de los más beneficiados.
Solo en la última sesión realizada en Barranquilla hace dos días (jueves 5 de octubre), aprobaron dos proyectos al departamento del Cesar por valor de $ 136.804 millones: uno para la construcción de vivienda de interés prioritario en los municipios del departamento, por valor de $ 94.708 millones, y otro para la rehabilitación y pavimentación de vías secundarias y terciarias 2017, por $ 42.096 millones. Más cemento.
Lo que sorprende es que se quedó por fuera el proyecto de recuperación ambiental de la ciénaga del corregimiento de Santa Isabel, en el municipio de Curumaní, que con tanto ahínco preparó la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, autoridad ambiental que sí conoce la dramática situación de este espejo de agua que muere lentamente.
El corregimiento de Santa Isabel es una población que en enero de 1993 fue víctima de las Convivir y seis años después de la guerrilla, sus habitantes denunciaron en nuestras páginas en junio pasado que la ciénaga afronta diversos problemas, como la pérdida de agua debido a que el cauce del río Anime, que la surtía, está siendo desviado para alimentar cultivos de arroz, sin contar que la sedimentación acabó con la pesca, que era la forma de subsistencia de sus pobladores. La comunidad se resiste a perder su tesoro más preciado, un espejo de agua que hace 20 años abarcaba 50 hectáreas y que en la actualidad tiene menos de 26.
El llamado y el S.O.S. que hizo la población a las autoridades ambientales desde hace varios años, surtió efecto y por eso se esperaba que el proyecto fuera presentado en esta sesión del OCAD Caribe para comenzar lo más pronto a ejecutar los recursos que permitirían disminuir el impacto ambiental de la mencionada ciénaga.
Pero a última hora, aun sin saber las razones, parece que el alcalde de Curumaní, Jorge Celis, prefirió no presentar el proyecto ante la Gobernación del Cesar, que finalmente es la encargada de llevar las iniciativas a las sesiones del OCAD. ¿Cuál fue la razón?
En un editorial publicado el pasado 13 de junio, titulado ‘Qué no muera la ciénaga de Santa Isabel’, preguntamos: ¿Qué dice la Unidad de Víctimas del Cesar? (teniendo en cuenta que es una población víctima del conflicto armado). También puede el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, que tanta atención le ha puesto a la ciénaga de Zapatosa, presentar un proyecto ante los OCAD (Órganos Colegiados de Administración y Decisión) para obtener los 25 millones del Sistema General de Regalías. ¿Si nos gastamos 50 mil millones en un estadio, como no invertir 25 mil millones en un tesoro ecológico? Mientras Corpocesar se ocupa de controlar las concesiones que le quitan el agua al río Anime.
Se perdió una nueva oportunidad. Los gobernantes tendrán sus razones, ojalá las den a conocer a la comunidad. Los instamos, especialmente a Corpocesar, a seguir en la defensa del medio ambiente para no perder riquezas ambientales como la ciénaga Santa Isabel.
Lo importante es que el proyecto está hecho y antes de que termine el año 2017, el gobierno nacional tiene más de seis billones para invertir a través de los OCAD. Insistimos en el liderazgo que debe tener el gobernador Francisco Ovalle, para que priorice las inversiones ambientales, así como lo hace con los proyectos de viviendas y vías. No se debe perder más tiempo, ya se perdió bastante, el peor enemigo del cambio climático es precisamente el tiempo.