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Editorial - 14 marzo, 2020

La Cátedra de la Paz en la UPC

Una gratificante experiencia vivió el diario EL PILÓN en días pasados cuando el director Andrés Llamas Nova compartió con estudiantes de psicología de la Universidad Popular del Cesar una conferencia titulada ‘Periodismo: Memorias del Conflicto y Paz’.

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Una gratificante experiencia vivió el diario EL PILÓN en días pasados cuando el director Andrés Llamas Nova compartió con estudiantes de psicología de la Universidad Popular del Cesar una conferencia titulada ‘Periodismo: Memorias del Conflicto y Paz’, con el objetivo de que los estudiantes pudieran conocer cómo y por qué informar sobre ambas circunstancias, la primera vivida en carne propia por todos los colombianos y la otra una búsqueda permanente. Agradecemos esa invitación.

Fue una experiencia positiva, en el marco de la Cátedra para la Paz que según lo establecido en el Decreto 1038 del 25 de mayo del 2015 debían establecer todas las universidades del país; en la UPC solo tres programas, incluido el de Derecho, la imparten a sus estudiantes.

Según este decreto, y también lo que establece la Ley 1732 de 2015, que creó la Cátedra, el objetivo en las aulas del país es “fomentar el proceso de apropiación de conocimientos y competencias relacionados con el territorio, la cultura, el contexto económico y social y la memoria histórica”. Precisamente, esto último compartimos con estudiantes y docentes que cumplen con la norma.

EL PILÓN, que además podría ser sujeto de reparación colectiva por haber vivido los fragores del conflicto, no solo informarlos, ha sido un defensor de la narrativa de la historia del Cesar y La Guajira. Lo ha hecho a través de sus páginas, en foros, proyectos investigativos y hasta con el acompañamiento a iniciativas de gran valía como la Plataforma Diálogos Improbables, de la cual hemos hablado en pasados editoriales.

En los tiempos más difíciles de este territorio, EL PILÓN informó de manera continua, con enormes temores pero infaltables convicciones. ‘Así va la paz’, un proyecto investigativo que tuvo 14 informes y que se presentó a los lectores en el 2016, es prueba fiel de cómo se cumplió ese propósito de presentar registros informativos de la memoria del conflicto, a través de las voces de las víctimas.

Es definitivamente destacable que en la Universidad Popular del Cesar, alma mater que es sujeto de reparación colectiva, cuyo proceso no ha tenido grandes avances, sus estudiantes conozcan la historia de su segundo hogar, el epicentro de la universalidad del pensamiento.

Nos complace que un puñado de estudiantes egresen de la UPC con una idea clara del conflicto y de la paz, pero principalmente cómo comprender, superar lo primero, y defender, promover y luchar por lo segundo. La paz es justicia social, educación, bienestar, y estudiantes que se forman para ser profesionales, con un concepto claro y herramientas para el desarrollo y la paz, son ‘el arma’ que necesita el país.

Qué bien por los docentes que hacen esfuerzos por garantizar la continuidad de la Cátedra para la Paz en las aulas de la UPC y que ojalá esta se imparta a la totalidad de los estudiantes, en todas las sedes de todo el Cesar.

Este departamento necesita recordar, hacer memoria y seguir adelante en paz. Los estudiantes son el grupo significativo de ciudadanos llamados a construir esa nueva realidad, y qué bien que estén llenándose de los conocimientos para tales fines.

Editorial
14 marzo, 2020

La Cátedra de la Paz en la UPC

Una gratificante experiencia vivió el diario EL PILÓN en días pasados cuando el director Andrés Llamas Nova compartió con estudiantes de psicología de la Universidad Popular del Cesar una conferencia titulada ‘Periodismo: Memorias del Conflicto y Paz’.


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Una gratificante experiencia vivió el diario EL PILÓN en días pasados cuando el director Andrés Llamas Nova compartió con estudiantes de psicología de la Universidad Popular del Cesar una conferencia titulada ‘Periodismo: Memorias del Conflicto y Paz’, con el objetivo de que los estudiantes pudieran conocer cómo y por qué informar sobre ambas circunstancias, la primera vivida en carne propia por todos los colombianos y la otra una búsqueda permanente. Agradecemos esa invitación.

Fue una experiencia positiva, en el marco de la Cátedra para la Paz que según lo establecido en el Decreto 1038 del 25 de mayo del 2015 debían establecer todas las universidades del país; en la UPC solo tres programas, incluido el de Derecho, la imparten a sus estudiantes.

Según este decreto, y también lo que establece la Ley 1732 de 2015, que creó la Cátedra, el objetivo en las aulas del país es “fomentar el proceso de apropiación de conocimientos y competencias relacionados con el territorio, la cultura, el contexto económico y social y la memoria histórica”. Precisamente, esto último compartimos con estudiantes y docentes que cumplen con la norma.

EL PILÓN, que además podría ser sujeto de reparación colectiva por haber vivido los fragores del conflicto, no solo informarlos, ha sido un defensor de la narrativa de la historia del Cesar y La Guajira. Lo ha hecho a través de sus páginas, en foros, proyectos investigativos y hasta con el acompañamiento a iniciativas de gran valía como la Plataforma Diálogos Improbables, de la cual hemos hablado en pasados editoriales.

En los tiempos más difíciles de este territorio, EL PILÓN informó de manera continua, con enormes temores pero infaltables convicciones. ‘Así va la paz’, un proyecto investigativo que tuvo 14 informes y que se presentó a los lectores en el 2016, es prueba fiel de cómo se cumplió ese propósito de presentar registros informativos de la memoria del conflicto, a través de las voces de las víctimas.

Es definitivamente destacable que en la Universidad Popular del Cesar, alma mater que es sujeto de reparación colectiva, cuyo proceso no ha tenido grandes avances, sus estudiantes conozcan la historia de su segundo hogar, el epicentro de la universalidad del pensamiento.

Nos complace que un puñado de estudiantes egresen de la UPC con una idea clara del conflicto y de la paz, pero principalmente cómo comprender, superar lo primero, y defender, promover y luchar por lo segundo. La paz es justicia social, educación, bienestar, y estudiantes que se forman para ser profesionales, con un concepto claro y herramientas para el desarrollo y la paz, son ‘el arma’ que necesita el país.

Qué bien por los docentes que hacen esfuerzos por garantizar la continuidad de la Cátedra para la Paz en las aulas de la UPC y que ojalá esta se imparta a la totalidad de los estudiantes, en todas las sedes de todo el Cesar.

Este departamento necesita recordar, hacer memoria y seguir adelante en paz. Los estudiantes son el grupo significativo de ciudadanos llamados a construir esa nueva realidad, y qué bien que estén llenándose de los conocimientos para tales fines.