Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 15 febrero, 2021

La casa en el aire, inversión injustificada

La memoria justificativa de la planeación de esta obra pública la constituye sin duda el estudio previo del proyecto, donde el alcalde, en este caso, debió explicar los motivos que le indujeron a la toma de esta decisión, exponiendo las normas que la soportan, la viabilidad económica de acuerdo al retorno de la inversión, la […]

La memoria justificativa de la planeación de esta obra pública la constituye sin duda el estudio previo del proyecto, donde el alcalde, en este caso, debió explicar los motivos que le indujeron a la toma de esta decisión, exponiendo las normas que la soportan, la viabilidad económica de acuerdo al retorno de la inversión, la creación de espacios colaborantes para vender o arrendar para ser autosuficiente su funcionamiento, fundamentando el gasto en el contenido programático del proyecto, cosa que no existe,   y que por falta de socialización con la comunidad, estamos en ascuas, porque no conocemos cuál fue la intención de Tuto Uhía al presentarnos este embutido monumental para la presentación de actuaciones e historias de  maestros de la música vallenata ante el mundo, con un edificio sin parqueadero, con una estructura tan costosa y un mirador panorámico que exceden los diez mil millones de pesos.

La ocurrencia de casos como estos, donde se improvisan las obras para llenar otras expectativas, no significa sino un aprovechamiento indebido por la falta de priorización de las edificaciones en el plan de ejecución del POT, que es el único instrumento en donde se programa lo que la comunidad necesita urgentemente, para que los alcaldes   por medio del plan de desarrollo las ejecuten, pero que, al no haber obras en el POT, el ejecutivo hace lo que quiere de acuerdo a su ávido olfato y se inventan este tipo de obras como si no hubieran necesidades más apremiantes para atender.

Da grima que todavía nos encontremos ante tantos elefantes blanco existentes, y seguiremos así hasta que no entiendan los políticos que de las revisiones del POT y sus adopciones depende nuestro progreso, y que en todas estas intervenciones además de la ignorancia de los alcaldes y concejales, surja también la mala intención de sacar todo el beneficio financiero de estas actividades de gestión de tierras, y estoy seguro que la no modificación del POT traerá consecuencias de construcción de proyectos de altos costos sin la debida programación y justificación.

Y ha sido tanta la improvisación ocurrida en la edificación de la “Casa en el aire”, que el diseñador-representante de la Universidad Nacional, por falta de fiscalización de la Alcaldía de Valledupar, y con el fin de que el edificio reflejara estar en el aire, se cimentó inicialmente en la falda del llamado ‘Cerro de Cicolac’, desconociendo que dicho cerro es un suelo declarado de protección y que además no le pertenece al municipio sino a la empresa DPA.

Semejante atentado contra la ecología, la propiedad privada y el presupuesto público, significó un detrimento patrimonial de más de 400 millones de pesos que tuvo que asumir la entidad oficial para que la estructura se recalculara y se reconsiderara el nuevo presupuesto de construcción, sin contar las otras modificaciones que se hicieron sin programación y sin licencia, medidas que deberían ser investigadas por la Fiscalía y por la Procuraduría General de la Nación.

Columnista
15 febrero, 2021

La casa en el aire, inversión injustificada

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Augusto Enrique Orozco Sanchez

La memoria justificativa de la planeación de esta obra pública la constituye sin duda el estudio previo del proyecto, donde el alcalde, en este caso, debió explicar los motivos que le indujeron a la toma de esta decisión, exponiendo las normas que la soportan, la viabilidad económica de acuerdo al retorno de la inversión, la […]


La memoria justificativa de la planeación de esta obra pública la constituye sin duda el estudio previo del proyecto, donde el alcalde, en este caso, debió explicar los motivos que le indujeron a la toma de esta decisión, exponiendo las normas que la soportan, la viabilidad económica de acuerdo al retorno de la inversión, la creación de espacios colaborantes para vender o arrendar para ser autosuficiente su funcionamiento, fundamentando el gasto en el contenido programático del proyecto, cosa que no existe,   y que por falta de socialización con la comunidad, estamos en ascuas, porque no conocemos cuál fue la intención de Tuto Uhía al presentarnos este embutido monumental para la presentación de actuaciones e historias de  maestros de la música vallenata ante el mundo, con un edificio sin parqueadero, con una estructura tan costosa y un mirador panorámico que exceden los diez mil millones de pesos.

La ocurrencia de casos como estos, donde se improvisan las obras para llenar otras expectativas, no significa sino un aprovechamiento indebido por la falta de priorización de las edificaciones en el plan de ejecución del POT, que es el único instrumento en donde se programa lo que la comunidad necesita urgentemente, para que los alcaldes   por medio del plan de desarrollo las ejecuten, pero que, al no haber obras en el POT, el ejecutivo hace lo que quiere de acuerdo a su ávido olfato y se inventan este tipo de obras como si no hubieran necesidades más apremiantes para atender.

Da grima que todavía nos encontremos ante tantos elefantes blanco existentes, y seguiremos así hasta que no entiendan los políticos que de las revisiones del POT y sus adopciones depende nuestro progreso, y que en todas estas intervenciones además de la ignorancia de los alcaldes y concejales, surja también la mala intención de sacar todo el beneficio financiero de estas actividades de gestión de tierras, y estoy seguro que la no modificación del POT traerá consecuencias de construcción de proyectos de altos costos sin la debida programación y justificación.

Y ha sido tanta la improvisación ocurrida en la edificación de la “Casa en el aire”, que el diseñador-representante de la Universidad Nacional, por falta de fiscalización de la Alcaldía de Valledupar, y con el fin de que el edificio reflejara estar en el aire, se cimentó inicialmente en la falda del llamado ‘Cerro de Cicolac’, desconociendo que dicho cerro es un suelo declarado de protección y que además no le pertenece al municipio sino a la empresa DPA.

Semejante atentado contra la ecología, la propiedad privada y el presupuesto público, significó un detrimento patrimonial de más de 400 millones de pesos que tuvo que asumir la entidad oficial para que la estructura se recalculara y se reconsiderara el nuevo presupuesto de construcción, sin contar las otras modificaciones que se hicieron sin programación y sin licencia, medidas que deberían ser investigadas por la Fiscalía y por la Procuraduría General de la Nación.