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Columnista - 30 abril, 2019

La casa Beto Murgas, museo del acordeón a nivel internacional

En el barrio San Joaquín de Valledupar, capital mundial del Vallenato, está ubicada la casa del maestro Beto Murgas, la entrada a esta casa la adorna una escultura, es un acordeón hecha por el artista Walter Arland; desde ese mismo instante usted empieza a respirar arte y folclor y desde luego emerge como figura principal […]

En el barrio San Joaquín de Valledupar, capital mundial del Vallenato, está ubicada la casa del maestro Beto Murgas, la entrada a esta casa la adorna una escultura, es un acordeón hecha por el artista Walter Arland; desde ese mismo instante usted empieza a respirar arte y folclor y desde luego emerge como figura principal y como protagonista de un escenario pictórico, pintoresco y sublime del valle del cacique upar, un instrumento que fabrican los alemanes y que exaltaron insignes intérpretes, como Alejo Durán, Luis Enrique Martínez, Colacho Mendoza, Juan José Granados, El Cocha Molina, Emiliano Zuleta y muchos más: el acordeón.

“Todo inicia en Villanueva, me surge un sentimiento de nostalgia, conocí esos acordeones antiguos, con vecinos como el viejo Emiliano, a una calle de diferencia estaba el señor Escolástico Romero; Antonio Amaya que fue un gran músico de colitas. Los primeros susurros que escuché en la cuna, en mi natal Villanueva, venían del frente de la casa, con los ensayos de la orquesta Reyes Torres, por el patio entraban las melodías del acordeón del papá de “El Turco Gil”. Es decir, en mi ser la luz de la música resplandece como auroras de días primaverales. En el año 1982, ya viviendo en Valledupar, decido darle un acordeón a mi hijo Beto, yo pensé que iba a hacer lo mejor, comprarle un acordeón de diseño antiguo, fue un desastre porque él me lo rechazó. Hoy nos reímos de ese suceso y le digo: gracias a Dios la rechazaste pues de no ser así no existiera ni acordeón ni museo”. Efectivamente en la sala principal está ese acordeón con un mensaje que reza: “Acordeón que inspiró la creación del museo”. Sencillo como su esencia pueblerina, este hombre tiene tantas cosas que contar; un estudioso del folclor, compositor, historiador; hoy coleccionista y gestor de este gran museo. En una oportunidad llegan a su casa Moralito y el Viejo Emiliano, cuando ellos ven el acordeón, por supuesto que les llama la atención porque era el acordeón de su época. “Lo mejor que experimenté de esa visita y que me motivó más a desarrollar el museo, fue el comentario de El viejo Emiliano, el cual manifestó que con un acordeón como esa fue que hizo la Gota fría”.

Ilustres visitantes enaltecen los registros que reposan en los anaqueles del museo, expresidentes, personalidades de la cultura de otros países, artistas de todos los niveles y representantes del folclor vallenato han encumbrado la reputación de la cual goza la casa Beto Murgas. Iván Duque el presidente actual, último ilustre sorprendido al conocer en detalle el museo del acordeón. El presidente abrazó al maestro y se tomó las fotos respectivas y nos hizo acordar además que el museo ha sido un arrojo propio, que infortunadamente no ha existido apoyo estatal y sin embargo el proyecto del museo sigue creciendo. Bien maestro Beto Murgas, usted es un digno promotor de nuestro folclor y anfitrión de lujo. Sólo Eso.

Por Eduardo Santos Ortega Vergara

Columnista
30 abril, 2019

La casa Beto Murgas, museo del acordeón a nivel internacional

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eduardo S. Ortega Vergara

En el barrio San Joaquín de Valledupar, capital mundial del Vallenato, está ubicada la casa del maestro Beto Murgas, la entrada a esta casa la adorna una escultura, es un acordeón hecha por el artista Walter Arland; desde ese mismo instante usted empieza a respirar arte y folclor y desde luego emerge como figura principal […]


En el barrio San Joaquín de Valledupar, capital mundial del Vallenato, está ubicada la casa del maestro Beto Murgas, la entrada a esta casa la adorna una escultura, es un acordeón hecha por el artista Walter Arland; desde ese mismo instante usted empieza a respirar arte y folclor y desde luego emerge como figura principal y como protagonista de un escenario pictórico, pintoresco y sublime del valle del cacique upar, un instrumento que fabrican los alemanes y que exaltaron insignes intérpretes, como Alejo Durán, Luis Enrique Martínez, Colacho Mendoza, Juan José Granados, El Cocha Molina, Emiliano Zuleta y muchos más: el acordeón.

“Todo inicia en Villanueva, me surge un sentimiento de nostalgia, conocí esos acordeones antiguos, con vecinos como el viejo Emiliano, a una calle de diferencia estaba el señor Escolástico Romero; Antonio Amaya que fue un gran músico de colitas. Los primeros susurros que escuché en la cuna, en mi natal Villanueva, venían del frente de la casa, con los ensayos de la orquesta Reyes Torres, por el patio entraban las melodías del acordeón del papá de “El Turco Gil”. Es decir, en mi ser la luz de la música resplandece como auroras de días primaverales. En el año 1982, ya viviendo en Valledupar, decido darle un acordeón a mi hijo Beto, yo pensé que iba a hacer lo mejor, comprarle un acordeón de diseño antiguo, fue un desastre porque él me lo rechazó. Hoy nos reímos de ese suceso y le digo: gracias a Dios la rechazaste pues de no ser así no existiera ni acordeón ni museo”. Efectivamente en la sala principal está ese acordeón con un mensaje que reza: “Acordeón que inspiró la creación del museo”. Sencillo como su esencia pueblerina, este hombre tiene tantas cosas que contar; un estudioso del folclor, compositor, historiador; hoy coleccionista y gestor de este gran museo. En una oportunidad llegan a su casa Moralito y el Viejo Emiliano, cuando ellos ven el acordeón, por supuesto que les llama la atención porque era el acordeón de su época. “Lo mejor que experimenté de esa visita y que me motivó más a desarrollar el museo, fue el comentario de El viejo Emiliano, el cual manifestó que con un acordeón como esa fue que hizo la Gota fría”.

Ilustres visitantes enaltecen los registros que reposan en los anaqueles del museo, expresidentes, personalidades de la cultura de otros países, artistas de todos los niveles y representantes del folclor vallenato han encumbrado la reputación de la cual goza la casa Beto Murgas. Iván Duque el presidente actual, último ilustre sorprendido al conocer en detalle el museo del acordeón. El presidente abrazó al maestro y se tomó las fotos respectivas y nos hizo acordar además que el museo ha sido un arrojo propio, que infortunadamente no ha existido apoyo estatal y sin embargo el proyecto del museo sigue creciendo. Bien maestro Beto Murgas, usted es un digno promotor de nuestro folclor y anfitrión de lujo. Sólo Eso.

Por Eduardo Santos Ortega Vergara