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Especial - 16 septiembre, 2019

La batalla de 20 años por la verdad en el asesinato de Guzmán

La muerte de Guzmán Quintero, el 16 de septiembre de 1999, fragmentó la historia y la voluntad de la familia Quintero Torres.

Yuri Quintero Torres. 

Foto: Cortesía.
Yuri Quintero Torres. Foto: Cortesía.

Cerca estuvo el asesinato de Guzmán Quintero, 16 de septiembre de 1999, de convertirse en una víctima más, disimulada en los 150 periodistas asesinados y en un agregado del millón de homicidios que dejó el conflicto armado en Colombia. Pero cuando el impacto de su muerte les permitió reaccionar, la familia Quintero empezó a buscar la verdad, en cabeza de Yuri Quintero, su hermano.

Pero nada fue gratis. Aquel 16 de septiembre de 1999 que matan a Guzmán Quintero en un bar de Valledupar, Yuri Quintero, su hermano, tenía casi listo el ambicioso proyecto de construir un libro editorial para ser vendido en las escuelas de Valledupar y el Cesar.

EMPRESA Y FAMILIA

Con una experiencia de más de 15 años en el sector editorial, en 1998 Yuri Quintero decide iniciar Vermis editorial S.A., una empresa familiar. Editados cuatro libros, la publicación de ‘Valledupar, historia y arte’ era el proyecto más ambicioso de la joven empresa. Aunque estaba planeado tener lista la publicación para julio, el libro sería presentado en octubre.

Lee también: Declaran crimen de lesa humanidad el homicidio de Guzmán Quintero

Pero la violencia acabó con la vida de Guzmán y los sueños de su hermano. “Allí se quiebra la empresa. Era difícil seguir en el proyecto. Sin darme cuenta, lentamente por estar investigando lo que había pasado con mi hermano, el proyecto cayó”, explica Yuri Quintero, quien se volcó a investigar las razones de la muerte.

“A los pocos minutos de enterarme del asesinato de Guzmán, empecé a subirme en taxis para recorrer prostíbulos y bares a ver si alguien celebraba de forma desmedida. Los sicarios suelen festejar”, agrega. 

Pero cuando algunas piezas estaban tomando su lugar, llegaron las amenazas y el miedo que la violencia se ensañara de nuevo en la familia. Por eso, en diciembre de 1999, a los dos meses de haber lanzado el libro, Yuri Quintero salió en exilio a España. En ese momento, señala Quintero, saber quién mató a su hermano era el único objetivo.

Pero no solo perdió su prometedora empresa editorial, también la estabilidad y su matrimonio. Encontrar la verdad se convirtió en una forma de  vida y el fin de todo.

“Se llevaron la felicidad de mi madre, que no ha vuelto a recuperar su alegría, sigue vistiendo de luto. Se llevaron la dinámica de mi padre: decayó y envejeció, y eso no podía quedar impune. Si me quedo quieto, Guzmán estuviera olvidado, no hubiera pasado nada”, detalló Yuri Quintero.

Desde el primer momento que hizo de investigador se cruzó con los investigadores del CTI. El primer encuentro clave en la investigación fue con el mesero del bar que vio a los asesinos.

“Él temía por su vida. A finalizar septiembre le presento la fotografía de una persona que era profesional en el mundo sicarial, y lo señaló. Pero del otro lado estaba la Sijín buscando crear hipótesis falsas”, detalla Quintero.

Lee también: Los crímenes de periodistas declarados de lesa humanidad

TRES DÍAS ANTES

En 20 años, la investigación tuvo seis fiscales, sin muchos avances. Por eso, cree Yuri Quintero, la publicación en 2014 del libro ¿Quiénes y por qué asesinaron al periodista?, fue un punto de quiebre para destrabar el proceso que estaba archivado. 

“No fue un libro creado para venderse, fue publicado para entregarlo al Fiscal General de la Nación y al fiscal que llevaba el caso. Se hizo el lanzamiento y al siguiente día estaba viajando a Bogotá para entregarlo al Fiscal 27 con una carta donde se sustentaba porque debían declararlo como crimen de lesa humanidad”, complementa Quintero.

Cinco años después de la publicación del libro, luego de seis fiscales en la investigación  y a tres días de prescribir el caso pasados los 20 años del asesinato de Guzmán Quintero Torres, la Fiscalía General de la Nación declaró el crimen de lesa humanidad. “Guzmán dio su vida por un propósito y su sangre no podía ser derramada en vano”, asevera Yuri Quintero.

Por: Deivis Caro Daza/ El Pilón

Especial
16 septiembre, 2019

La batalla de 20 años por la verdad en el asesinato de Guzmán

La muerte de Guzmán Quintero, el 16 de septiembre de 1999, fragmentó la historia y la voluntad de la familia Quintero Torres.


Yuri Quintero Torres. 

Foto: Cortesía.
Yuri Quintero Torres. Foto: Cortesía.

Cerca estuvo el asesinato de Guzmán Quintero, 16 de septiembre de 1999, de convertirse en una víctima más, disimulada en los 150 periodistas asesinados y en un agregado del millón de homicidios que dejó el conflicto armado en Colombia. Pero cuando el impacto de su muerte les permitió reaccionar, la familia Quintero empezó a buscar la verdad, en cabeza de Yuri Quintero, su hermano.

Pero nada fue gratis. Aquel 16 de septiembre de 1999 que matan a Guzmán Quintero en un bar de Valledupar, Yuri Quintero, su hermano, tenía casi listo el ambicioso proyecto de construir un libro editorial para ser vendido en las escuelas de Valledupar y el Cesar.

EMPRESA Y FAMILIA

Con una experiencia de más de 15 años en el sector editorial, en 1998 Yuri Quintero decide iniciar Vermis editorial S.A., una empresa familiar. Editados cuatro libros, la publicación de ‘Valledupar, historia y arte’ era el proyecto más ambicioso de la joven empresa. Aunque estaba planeado tener lista la publicación para julio, el libro sería presentado en octubre.

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Pero la violencia acabó con la vida de Guzmán y los sueños de su hermano. “Allí se quiebra la empresa. Era difícil seguir en el proyecto. Sin darme cuenta, lentamente por estar investigando lo que había pasado con mi hermano, el proyecto cayó”, explica Yuri Quintero, quien se volcó a investigar las razones de la muerte.

“A los pocos minutos de enterarme del asesinato de Guzmán, empecé a subirme en taxis para recorrer prostíbulos y bares a ver si alguien celebraba de forma desmedida. Los sicarios suelen festejar”, agrega. 

Pero cuando algunas piezas estaban tomando su lugar, llegaron las amenazas y el miedo que la violencia se ensañara de nuevo en la familia. Por eso, en diciembre de 1999, a los dos meses de haber lanzado el libro, Yuri Quintero salió en exilio a España. En ese momento, señala Quintero, saber quién mató a su hermano era el único objetivo.

Pero no solo perdió su prometedora empresa editorial, también la estabilidad y su matrimonio. Encontrar la verdad se convirtió en una forma de  vida y el fin de todo.

“Se llevaron la felicidad de mi madre, que no ha vuelto a recuperar su alegría, sigue vistiendo de luto. Se llevaron la dinámica de mi padre: decayó y envejeció, y eso no podía quedar impune. Si me quedo quieto, Guzmán estuviera olvidado, no hubiera pasado nada”, detalló Yuri Quintero.

Desde el primer momento que hizo de investigador se cruzó con los investigadores del CTI. El primer encuentro clave en la investigación fue con el mesero del bar que vio a los asesinos.

“Él temía por su vida. A finalizar septiembre le presento la fotografía de una persona que era profesional en el mundo sicarial, y lo señaló. Pero del otro lado estaba la Sijín buscando crear hipótesis falsas”, detalla Quintero.

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TRES DÍAS ANTES

En 20 años, la investigación tuvo seis fiscales, sin muchos avances. Por eso, cree Yuri Quintero, la publicación en 2014 del libro ¿Quiénes y por qué asesinaron al periodista?, fue un punto de quiebre para destrabar el proceso que estaba archivado. 

“No fue un libro creado para venderse, fue publicado para entregarlo al Fiscal General de la Nación y al fiscal que llevaba el caso. Se hizo el lanzamiento y al siguiente día estaba viajando a Bogotá para entregarlo al Fiscal 27 con una carta donde se sustentaba porque debían declararlo como crimen de lesa humanidad”, complementa Quintero.

Cinco años después de la publicación del libro, luego de seis fiscales en la investigación  y a tres días de prescribir el caso pasados los 20 años del asesinato de Guzmán Quintero Torres, la Fiscalía General de la Nación declaró el crimen de lesa humanidad. “Guzmán dio su vida por un propósito y su sangre no podía ser derramada en vano”, asevera Yuri Quintero.

Por: Deivis Caro Daza/ El Pilón