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Columnista - 31 agosto, 2019

La bandola de Iván Márquez

Iván Márquez exnegociador del proceso de paz, reapareció en un video paradisiaco en compañía de Santrich, Romaña y el paisa, haciendo alusión a la nueva Marquetalia, utilizando un discurso desgastado, descontextualizado y claramente embustero. Los ahora ex-miembros de las Farc, ratificaron las advertencias del informe de la Fundación Paz y Reconciliación, en el que informaron […]

Iván Márquez exnegociador del proceso de paz, reapareció en un video paradisiaco en compañía de Santrich, Romaña y el paisa, haciendo alusión a la nueva Marquetalia, utilizando un discurso desgastado, descontextualizado y claramente embustero. Los ahora ex-miembros de las Farc, ratificaron las advertencias del informe de la Fundación Paz y Reconciliación, en el que informaron que los grupos disidentes de las Farc, estaban en un proceso de “bandolerización”.

No obstante, basado en el informe de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, puse de presente este acaecimiento a través de una columna (Plan B de las Farc) publicada por esta casa editorial el 9 de Julio de 2016. En el informe quedó consignado lo siguiente: “es posible prever que el fin de las hostilidades y la desmovilización de la guerrilla podría generar vacíos de poder y disputas por controlar las rentas ilícitas (ganancias derivadas del narcotráfico, extorsión, trata de personas, prostitución, minería, captura de recursos estatales, entre otras)”.

Las intenciones de la banda comandada por Iván Márquez, desenmascaró la verdadera orientación de su embaucador y enardecedor discurso, ante el pueblo colombiano y la comunidad internacional ratificaron sus preferencias por permanecer en la ilegalidad.

Pese a los tropiezos para la implementación de los acuerdos del proceso de paz, Iván Márquez, como jefe negociador debe ser consiente de esos aprietos, no solo por la polarización política del país, sino además, por la desconfianza inspirada por las Farc. No hay lectura distinta, sobre todo, porque el estado Colombiano avaló la seguridad jurídica a los exguerrilleros, mediante un tribunal especial (La JEP), para que se encargara de administrar justicia en aras de consolidar la transición hacia la paz y con el fin de garantizar el derecho a las víctimas a la justicia, la verdad y la reparación. Así mismo, procuró blindar el proceso de paz con la vigilancia de países garantes, como Cuba y Noruega, facilitó la participación política de los exmiembros de las Farc, con curules directas en el Congreso de la Republica y a través de la conformación de un partido político.

El rearme y las metáforas ilusorias propuestas por Iván Márquez, comparten momentos de descontextualización política y económica, si bien sobrevive la pugna por el poder económico, político y militar, la humanidad no enfrenta la contienda ideológica de la otrora guerra fría, sino las propuestas de la IV Revolución Industrial, a través de la inteligencia artificial, los drones y el esplendor y disrupción de la tecnología. En América Latina, el panorama político mantiene una pugna conveniente, afín con los modelos de subdesarrollo y Venezuela es un espejo en el que nadie quiere mirarse.

Al unísono todos los sectores de la sociedad colombiana deploramos la decisión del exjefe negociador del proceso de paz, asimismo, respaldamos al presidente Iván Duque en su deber de garantizarnos a los colombianos el orden y la seguridad.

Por eso es perentorio mantener el apoyo a los exguerrilleros que siguen comprometidos con el proceso y garantizar la presencia del estado y el cumplimiento de sus fines en todo el territorio nacional. Iván Márquez, no es caudillo ni profeta, su reaparición no puede convertirse en una llama para el restablecimiento de las disidencias de las Farc, ni de esfuerzos con el ELN, al contrario, hay que reprimirlo con el uso de las herramientas institucionales.

Columnista
31 agosto, 2019

La bandola de Iván Márquez

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

Iván Márquez exnegociador del proceso de paz, reapareció en un video paradisiaco en compañía de Santrich, Romaña y el paisa, haciendo alusión a la nueva Marquetalia, utilizando un discurso desgastado, descontextualizado y claramente embustero. Los ahora ex-miembros de las Farc, ratificaron las advertencias del informe de la Fundación Paz y Reconciliación, en el que informaron […]


Iván Márquez exnegociador del proceso de paz, reapareció en un video paradisiaco en compañía de Santrich, Romaña y el paisa, haciendo alusión a la nueva Marquetalia, utilizando un discurso desgastado, descontextualizado y claramente embustero. Los ahora ex-miembros de las Farc, ratificaron las advertencias del informe de la Fundación Paz y Reconciliación, en el que informaron que los grupos disidentes de las Farc, estaban en un proceso de “bandolerización”.

No obstante, basado en el informe de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, puse de presente este acaecimiento a través de una columna (Plan B de las Farc) publicada por esta casa editorial el 9 de Julio de 2016. En el informe quedó consignado lo siguiente: “es posible prever que el fin de las hostilidades y la desmovilización de la guerrilla podría generar vacíos de poder y disputas por controlar las rentas ilícitas (ganancias derivadas del narcotráfico, extorsión, trata de personas, prostitución, minería, captura de recursos estatales, entre otras)”.

Las intenciones de la banda comandada por Iván Márquez, desenmascaró la verdadera orientación de su embaucador y enardecedor discurso, ante el pueblo colombiano y la comunidad internacional ratificaron sus preferencias por permanecer en la ilegalidad.

Pese a los tropiezos para la implementación de los acuerdos del proceso de paz, Iván Márquez, como jefe negociador debe ser consiente de esos aprietos, no solo por la polarización política del país, sino además, por la desconfianza inspirada por las Farc. No hay lectura distinta, sobre todo, porque el estado Colombiano avaló la seguridad jurídica a los exguerrilleros, mediante un tribunal especial (La JEP), para que se encargara de administrar justicia en aras de consolidar la transición hacia la paz y con el fin de garantizar el derecho a las víctimas a la justicia, la verdad y la reparación. Así mismo, procuró blindar el proceso de paz con la vigilancia de países garantes, como Cuba y Noruega, facilitó la participación política de los exmiembros de las Farc, con curules directas en el Congreso de la Republica y a través de la conformación de un partido político.

El rearme y las metáforas ilusorias propuestas por Iván Márquez, comparten momentos de descontextualización política y económica, si bien sobrevive la pugna por el poder económico, político y militar, la humanidad no enfrenta la contienda ideológica de la otrora guerra fría, sino las propuestas de la IV Revolución Industrial, a través de la inteligencia artificial, los drones y el esplendor y disrupción de la tecnología. En América Latina, el panorama político mantiene una pugna conveniente, afín con los modelos de subdesarrollo y Venezuela es un espejo en el que nadie quiere mirarse.

Al unísono todos los sectores de la sociedad colombiana deploramos la decisión del exjefe negociador del proceso de paz, asimismo, respaldamos al presidente Iván Duque en su deber de garantizarnos a los colombianos el orden y la seguridad.

Por eso es perentorio mantener el apoyo a los exguerrilleros que siguen comprometidos con el proceso y garantizar la presencia del estado y el cumplimiento de sus fines en todo el territorio nacional. Iván Márquez, no es caudillo ni profeta, su reaparición no puede convertirse en una llama para el restablecimiento de las disidencias de las Farc, ni de esfuerzos con el ELN, al contrario, hay que reprimirlo con el uso de las herramientas institucionales.